Nos vemos en Madrid, adiós Santo Padre!

Hacía siete meses que se había anunciado que el Santo Padre venía a España. Y las 32 horas de su estancia las hemos absorbido profundamente, cosa que será muy difícil de olvidar. La TV3 apostó fuerte a nivel tecnológico y verdaderamente la retransmisión de la Dedicación de la Sagrada Familia fue impresionante. No obstante desde el canal de Intereconomia más de 10 millones de televisores del Estado español  captaron todo, absolutamente todo, minuto a minuto donde estaba el Santo Padre, cosa que no hicieron otros canales de televisión, ni públicas ni privadas. 

Yo también  lo  vi! 

Pero no todos nos conformamos estar sentados ante el televisor, o  simplemente nos decíamos hasta donde los pies me lleven. Así que unos ya lo recibieron a las nueve de la noche del sábado en el aeropuerto de Barcelona; otros con dos horas de anticipación ya estaban situados frente a las barreras que habían instalado a lo largo de la avenida de la Catedral, mirando el reloj con insistencia,  clavados como estatuas y con suerte vieron como una flecha un Mercedes negro, blindado, de cristales oscuros, o simplemente sus luces. Los gritos de los que estábamos allí empezaron a subir de tono a límites insospechados, como un grupo de fans frente a su ídolo musical del que están enamorados. Así recibimos al Santo Padre en el Palacio Episcopal. La emoción se desató cuando salió al balcón para saludar. La señal del movió desapareció, todos se enviaban llamadas o mensajes: “Lo he visto!” 

La marea azul, esta es la juventud del Papa 

La noche sería corta ya que de buena mañana la ciudad hizo un cordón desde el Palacio Episcopal hasta todo alrededor de la Sagrada Familia. Los voluntarios que habían sido convocados el sábado por la mañana en el cruce de  Provença/Marina, donde recibieron las instrucciones, ya sabían lo que tenían que hacer. Sin duda fueron un suporte muy importante para toda la organización. Los que teníamos la entrada del exterior del templo, cuando pudimos acceder a nuestros asientos, nos dieron un pin identificativo y en nuestra silla teníamos el misal completo de la celebración. Aquellos voluntarios y voluntarias iban con un impermeable azul, estaban  por todas partes, pendientes de sus obligaciones, fueran las que fuesen. Era como una marea azul. Un momento muy bonito e irrepetible fue cuando acompañaron a los 300 sacerdotes con la Sagrada Comunión, y para identificarse de lejos, iban con  paraguas, también azules; todos ellos se escamparon por  todas aquellas calles, tan indiferentes hasta esa fecha, Provença, Marina, Avinguda Gaudí, Rosselló, Sardenya…. calles por donde el Señor se paseó y nos vió uno a uno, a cada uno de  nosotros. 

Una de les consignas que oímos en las horas que el Santo Padre estuvo en Barcelona  ha sido “Esta es la juventud del Papa!” y sin duda la marea de voluntarios era segura y fuerte, así como muchos más que no paraban de gritar, dando apoyo incondicional a Benedicto XVI en todo momento, mostrándose una juventud revolucionaria y contracorriente que quiere llevar la bandera de Cristo, de color universal.

Voluntad de servicio

Un rostro muy fotogénico en todos los actos ha sido el  del Secretario personal del Santo Padre, Monseñor Georg Gänswein, el cual ha captado la atención mediática de todas las retransmisiones, como ya va siendo habitual en los viajes de Benedicto XVI. No es un simple personaje que le ayuda a subir escaleras, o le acerca los textos de los discursos, le facilita las gafas, o le acompaña  en el papamóvil. Es alemán, nacido en el año 1956, y desde el 2003 es el asistente personal del entonces Cardenal Joseph Razintger; fue ordenado sacerdote en el año 1984. Recibió el Doctorado en Derecho Canónico por la Universitada de Ludwiig Maximilians en Munich en 1993. En aquel mismo año llegó a Roma y en 1995 se convirtió en oficial de la Congregación para el Culto Divino y de la Disciplina de los Sacramentos. En 1996 fue transferido a la Congregación para  la Doctrina de la Fe por petición de Ratzinger, y  obtuvo una cátedra de derecho canónico por la Universidad Pontifica de la Santa Cruz y del Opus Dei. Recibió el titulo de prelado de honor de SS Benedicto XVI en marzo de 2006. 

Un voluntario de la Acción Social de Montalegre

Un momento especialmente entrañable para  nosotros fue cuando Fernando Sánchez Costa leyó la segunda lectura de la celebración de la Dedicación a templo de Dios. No dudó, leyó con claridad  y con seguridad. Él es un hombre sencillo y afable, licenciado por la Universidad Internacional de Catalunya; en la actualidad es profesor universitario, está preparando su tesis doctoral, y además colabora en  la Acción Social de la Església de Santa Maria de Montalegre; entre otras cosas visita habitualmente a varias familias del Raval de Barcelona, dándoles amor y confianza. También forma parte del consejo pastoral de la Església Sant Gregori Taumaturg de Barcelona. 

Hasta pronto!

Barcelona ha sido por unas horas, entre el 6 y 7 de noviembre de 2010, el punto visual de más de 150 millones de personas de todo el mundo, con unos beneficios económicos incontables, todavía, para aquellos que hacen este tipo de cálculos. No obstante lo más importante es que a todos, de una manera o de otra, nos ha golpeado en el corazón una vibración nueva. Este Santo Padre, de 83 años, ha llegado a todos, pequeños, jóvenes y mayores, creyentes o gentiles, en un marco único e incomparable como lo es La Sagrada Familia de Antoni Gaudí. Y Benedicto XVI lo supo. Así en el hangar del Aeropuerto de El Prat se le veía feliz, sonriente. En  su discurso final, la última palabra que pronunció fue “Adiós” pronunciada  como la dice un amigo, como un padre.

Gracias! Santo Padre, nos veremos en Madrid en la JMJ, del 16 al 21 de agosto del 2011. 

Isabel Hernández Esteban

Un texto para recordar siempre, la homilía del Santo Padre en Barcelona

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CONSAGRACIÓN DE LA IGLESIA DE LA SAGRADA FAMILIA Y DEL ALTAR

HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Barcelona
Domingo 7 de noviembre de 2010

En catalán:

Estimats germans i germanes en el Senyor:

«La diada d’avui és santa, dedicada a Déu, nostre Senyor; no us entristiu ni ploreu… El goig del Senyor sarà la vostra força» (Ne 8, 9-11). Amb aquestes paraules de la primera lectura que hem proclamat vull saludar-vos a tots els qui us trobeu aquí presents participant en aquesta celebració. Adreço una salutació afectuosa a Ses Majestats els Reis d’Espanya, que han volgut acompanyar-nos cordialment. La meva salutació agraïda al Senyor Cardenal Lluís Martínez Sistach, Arquebisbe de Barcelona, per les seves paraules de benvinguda i la seva invitació a dedicar aquesta Església de la Sagrada Família, suma admirable de tècnica, d’art i de fe. Saludo també al Cardenal Ricard Maria Carles Gordó, Arquebisbe emèrit de Barcelona, als altres Senyors Cardenals i Germans en l’Episcopat, especialment, al Bisbe auxiliar d’aquesta Església particular, com també als nombrosos sacerdots, diaques, seminaristes, religiosos i fidels que participen en aquesta solemne cerimònia. També adreço la meva deferent salutació a totes les Autoritats Nacionals, Autonòmiques i Locals, com també als membres d’altres comunitats cristianes, que s’han unit al nostre goig i a la nostra lloança agraïda a Déu.

[Amadísimos Hermanos y Hermanas en el Señor:

«Hoy es un día consagrado a nuestro Dios; no hagáis duelo ni lloréis… El gozo en el Señor es vuestra fortaleza» (Neh 8,9-11). Con estas palabras de la primera lectura que hemos proclamado quiero saludaros a todos los que estáis aquí presentes participando en esta celebración. Dirijo un afectuoso saludo a Sus Majestades los Reyes de España, que han querido cordialmente acompañarnos. Vaya mi saludo agradecido al Señor Cardenal Lluís Martínez Sistach, Arzobispo de Barcelona, por sus palabras de bienvenida y su invitación para la dedicación de esta Iglesia de la Sagrada Familia, admirable suma de técnica, de arte y de fe. Saludo igualmente al Cardenal Ricardo María Carles Gordó, Arzobispo emérito de Barcelona, a los demás Señores Cardenales y Hermanos en el Episcopado, en especial, al Obispo auxiliar de esta Iglesia particular, así como a los numerosos sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosos y fieles que participan en esta solemne ceremonia. Asimismo, dirijo mi deferente saludo a las Autoridades Nacionales, Autonómicas y Locales, así como a los miembros de otras comunidades cristianas, que se unen a nuestra alegría y alabanza agradecida a Dios.]

Este día es un punto significativo en una larga historia de ilusión, de trabajo y de generosidad, que dura más de un siglo. En estos momentos, quisiera recordar a todos y a cada uno de los que han hecho posible el gozo que a todos nos embarga hoy, desde los promotores hasta los ejecutores de la obra; desde los arquitectos y albañiles de la misma, a todos aquellos que han ofrecido, de una u otra forma, su inestimable aportación para hacer posible la progresión de este edificio. Y recordamos, sobre todo, al que fue alma y artífice de este proyecto: a Antoni Gaudí, arquitecto genial y cristiano consecuente, con la antorcha de su fe ardiendo hasta el término de su vida, vivida en dignidad y austeridad absoluta. Este acto es también, de algún modo, el punto cumbre y la desembocadura de una historia de esta tierra catalana que, sobre todo desde finales del siglo XIX, dio una pléyade de santos y de fundadores, de mártires y de poetas cristianos. Historia de santidad, de creación artística y poética, nacidas de la fe, que hoy recogemos y presentamos como ofrenda a Dios en esta Eucaristía.

La alegría que siento de poder presidir esta ceremonia se ha visto incrementada cuando he sabido que este templo, desde sus orígenes, ha estado muy vinculado a la figura de san José. Me ha conmovido especialmente la seguridad con la que Gaudí, ante las innumerables dificultades que tuvo que afrontar, exclamaba lleno de confianza en la divina Providencia: «San José acabará el templo». Por eso ahora, no deja de ser significativo que sea dedicado por un Papa cuyo nombre de pila es José.

¿Qué hacemos al dedicar este templo? En el corazón del mundo, ante la mirada de Dios y de los hombres, en un humilde y gozoso acto de fe, levantamos una inmensa mole de materia, fruto de la naturaleza y de un inconmensurable esfuerzo de la inteligencia humana, constructora de esta obra de arte. Ella es un signo visible del Dios invisible, a cuya gloria se alzan estas torres, saetas que apuntan al absoluto de la luz y de Aquel que es la Luz, la Altura y la Belleza misma.

En este recinto, Gaudí quiso unir la inspiración que le llegaba de los tres grandes libros en los que se alimentaba como hombre, como creyente y como arquitecto: el libro de la naturaleza, el libro de la Sagrada Escritura y el libro de la Liturgia. Así unió la realidad del mundo y la historia de la salvación, tal como nos es narrada en la Biblia y actualizada en la Liturgia. Introdujo piedras, árboles y vida humana dentro del templo, para que toda la creación convergiera en la alabanza divina, pero al mismo tiempo sacó los retablos afuera, para poner ante los hombres el misterio de Dios revelado en el nacimiento, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. De este modo, colaboró genialmente a la edificación de la conciencia humana anclada en el mundo, abierta a Dios, iluminada y santificada por Cristo. E hizo algo que es una de las tareas más importantes hoy: superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza. Esto lo realizó Antoni Gaudí no con palabras sino con piedras, trazos, planos y cumbres. Y es que la belleza es la gran necesidad del hombre; es la raíz de la que brota el tronco de nuestra paz y los frutos de nuestra esperanza. La belleza es también reveladora de Dios porque, como Él, la obra bella es pura gratuidad, invita a la libertad y arranca del egoísmo.

Hemos dedicado este espacio sagrado a Dios, que se nos ha revelado y entregado en Cristo para ser definitivamente Dios con los hombres. La Palabra revelada, la humanidad de Cristo y su Iglesia son las tres expresiones máximas de su manifestación y entrega a los hombres. «Mire cada cual cómo construye. Pues nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, que es Jesucristo» (1 Co 3,10-11), dice San Pablo en la segunda lectura. El Señor Jesús es la piedra que soporta el peso del mundo, que mantiene la cohesión de la Iglesia y que recoge en unidad final todas las conquistas de la humanidad. En Él tenemos la Palabra y la presencia de Dios, y de Él recibe la Iglesia su vida, su doctrina y su misión. La Iglesia no tiene consistencia por sí misma; está llamada a ser signo e instrumento  de Cristo, en pura docilidad a su autoridad y en total servicio a su mandato. El único Cristo funda la única Iglesia; Él es la roca sobre la que se cimienta nuestra fe. Apoyados en esa fe, busquemos juntos mostrar al mundo el rostro de Dios, que es amor y el único que puede responder al anhelo de plenitud del hombre. Ésa es la gran tarea, mostrar a todos que Dios es Dios de paz y no de violencia, de libertad y no de coacción, de concordia y no de discordia. En este sentido, pienso que la dedicación de este templo de la Sagrada Familia, en una época en la que el hombre pretende edificar su vida de espaldas a Dios, como si ya no tuviera nada que decirle, resulta un hecho de gran significado. Gaudí, con su obra, nos muestra que Dios es la verdadera medida del hombre. Que el secreto de la auténtica originalidad está, como decía él, en volver al origen que es Dios. Él mismo, abriendo así su espíritu a Dios ha sido capaz de crear en esta ciudad un espacio de belleza, de fe y de esperanza, que lleva al hombre al encuentro con quien es la Verdad y la Belleza misma. Así expresaba el arquitecto sus sentimientos: «Un templo [es] la única cosa digna de representar el sentir de un pueblo, ya que la religión es la cosa más elevada en el hombre».

Esa afirmación de Dios lleva consigo la suprema afirmación y tutela de la dignidad de cada hombre y de todos los hombres: «¿No sabéis que sois templo de Dios?… El templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros» (1 Co 3,16-17). He aquí unidas la verdad y dignidad de Dios con la verdad y la dignidad del hombre. Al consagrar el altar de este templo, considerando a Cristo como su fundamento, estamos presentando ante el mundo a Dios que es amigo de los hombres e invitando a los hombres a ser amigos de Dios. Como enseña el caso de Zaqueo, del que se habla en el Evangelio de hoy (cf. Lc 19,1-10), si el hombre deja entrar a Dios en su vida y en su mundo, si deja que Cristo viva en su corazón, no se arrepentirá, sino que experimentará la alegría de compartir su misma vida siendo objeto de su amor infinito.

La iniciativa de este templo se debe a la Asociación de amigos de San José, quienes quisieron dedicarlo a la Sagrada Familia de Nazaret. Desde siempre, el hogar formado por Jesús, María y José ha sido considerado como escuela de amor, oración y trabajo. Los patrocinadores de este templo querían mostrar al mundo el amor, el trabajo y el servicio vividos ante Dios, tal como los vivió la Sagrada Familia de Nazaret. Las condiciones de la vida han cambiado mucho y con ellas se ha avanzado enormemente en ámbitos técnicos, sociales y culturales. No podemos contentarnos con estos progresos. Junto a ellos deben estar siempre los progresos morales, como la atención, protección y ayuda a la familia, ya que el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural. Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad. Por eso, la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente. Por eso, la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar.

Al contemplar admirado este recinto santo de asombrosa belleza, con tanta historia de fe, pido a Dios que en esta tierra catalana se multipliquen y consoliden nuevos testimonios de santidad, que presten al mundo el gran servicio que la Iglesia puede y debe prestar a la humanidad: ser icono de la belleza divina, llama ardiente de caridad, cauce para que el mundo crea en Aquel que Dios ha enviado (cf. Jn 6,29).

Queridos hermanos, al dedicar este espléndido templo, suplico igualmente al Señor de nuestras vidas que de este altar, que ahora va a ser ungido con óleo santo y sobre el que se consumará el sacrificio de amor de Cristo, brote un río constante de gracia y caridad sobre esta ciudad de Barcelona y sus gentes, y sobre el mundo entero. Que estas aguas fecundas llenen de fe y vitalidad apostólica a esta Iglesia archidiocesana, a sus pastores y fieles.

En catalán:

Desitjo, finalment, confiar a l’amorosa protecció de la Mare de Déu, Maria Santissima, Rosa d’abril, Mare de la Mercè, tots els aquí presents, i tots aquells que amb paraules i obres, silenci o pregària, han fet possible aquest miracle arquitectònic. Que Ella presenti al seu diví Fill les joies i les penes de tots els qui vinguin en aquest lloc sagrat en el futur, perquè, com prega l’Església en la dedicació dels temples, els pobres trobin misericòrdia, els oprimits assoleixin la llibertat veritable i tots els homes es revesteixin de la dignitat dels fills de Déu. Amén.

[Deseo, finalmente, confiar a la amorosa protección de la Madre de Dios, María Santísima, Rosa de abril, Madre de la Merced, a todos los que estáis aquí, y a todos los que con palabras y obras, silencio u oración, han hecho posible este milagro arquitectónico. Que Ella presente también a su divino Hijo las alegrías y las penas de todos los que lleguen a este lugar sagrado en el futuro, para que, como reza la Iglesia al dedicar los templos, los pobres puedan encontrar misericordia, los oprimidos alcanzar la libertad verdadera y todos los hombres se revistan de la dignidad de hijos de Dios. Amén.]

© Copyright 2010 – Libreria Editrice Vaticana

 

NOVEDADES!!! Ampliación del itinerario del papamóvil por Barcelona

El recorrido que el Santo Padre hará a lo largo de la ciudad de Barcelona, el día 7 de noviembre, en el conocido papamóvil, que ya hace unos días que llegó a Barcelona en avión, se ha ampliado en lo que se refiere al regreso al Arzobispado después de la celebración de la Dedicación de la Sagrada Familia y el Ángelus.

 Recordemos que a la ida saldrá a las 9 horas del Arzobispado, subirá por la Via Laietana, seguirá por Pau Claris hasta la calle de La Diputació, después todo recto hasta la calle Marina donde girará a la izquierda, pasando por delante de la fachada del Nacimiento de la Sagrada Familia, rodeando el templo por  la calle Provença, después bajará por la calle Sardenya pasando por delante de la fachada de la Pasión, girará por la izquierda para ir por la calle Mallorca, para entrar por el nuevo acceso del templo, de la fachada de la Gloria, a las 9.30 h de la mañana. 

La novedad está en que se ha establecido el regreso  por las mismas calles que a la ida. Una vez acabados los actos a las 12.45 h. saldrá por la calle Mallorca, por la fachada de la Gloria, seguirá por Sardenya hacia arriba, por la fachada de la Pasión, girará a la derecha por Provença, bajará y pasará de nuevo por la fachada del Nacimiento, seguirá hacia abajo,  por la calle Marina hasta la calle de La Diputació, girará a la izquierda por Pau Claris en sentido mar, seguirá por Via Laietana, girará en la Catedral y a las 13 h. ya será en el Arzobispado donde almorzará con los obispos y sacerdotes invitados, y el séquito papal. 

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Localización de las zonas para asistir a la Misa del Santo Padre

En esta semana , los medios de comunicación han podido hacer pública la ubicación de las sillas exteriores a todo alrededor de la Sagrada Família para asistir a la celebración de la Dedicación del templo que realizará SS Benedicto XVI el próximo 7 de noviembre a partir de las 10 h. de la mañana.  Se pueden observar en el plano la distribución de las zonas por colores:

 Rojo, calle Nápoles.

Marrón, interior de la Plaza de la Sagrada Familia.

Naranja, calle Cerdeña

Amarillo, calle Marina

Salmón, Avda. Gaudí

Verde, calle Provenza

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La Dedicación del templo de la Sagrada Familia

En los libros litúrgicos la consagración de un templo a la oración  se encuentra específicamente en la Dedicación, termino que es más adecuado ya que solamente se consagra a Nuestro Señor Jesucristo en los altares de las iglesias, y en ellos se hacen a partir del momento en que el templo se dedica a Él para siempre.

 Así, el Santo Padre iniciará a las 10 horas del mañana del día 7 de noviembre el acto de la Dedicación, en el que todos  sus gestos tendrán un significado espiritual y concreto. Hasta llegar a la celebración de la Eucaristía que todos conocemos, veremos en primer lugar como un grupo de delegados que han participado en la edificación del templo se le ofrecerán a SS Benedicto XVI la iglesia, a continuación el Sant Pare  bendecirá el agua y con ella aspergerá el pueblo y después las paredes y el altar. Proseguirá la proclamación de las lecturas y a continuación el Santo Padre hará la homilía. Seguirá la profesión de fe, el “Creo en un Dios”, y el canto de las letanías de los Santos.

 A partir de ese momento comenzará específicamente la celebración de la Dedicación. Se colocarán las reliquias de algunos santos y se rezará una oración de Dedicación; con ella se manifestará el propósito de dedicar la iglesia al Señor por lo que se le  pedirá su bendición. A continuación tendrá lugar la unción del altar y de las paredes de la iglesia. El altar se convertirá en símbolo de Cristo, y la unción dará el significado a la iglesia que se dedicará completamente y para siempre al culto cristiano. Se hará la incensación  que indica  que la nave de la iglesia,  por la dedicación, se convierte en casa de oración. Seguidamente se recubrirá el altar con los manteles cosa que indica que es la mesa del Señor, se adornará como para una fiesta y un banquete en el que los fieles toman el alimento divino. Y ya, por fin, se producirá la iluminación del altar seguida de la iluminación de la iglesia que recuerda que “Cristo es la Luz que se revela a las naciones”.

 Así se llegará al punto en el que el Santo Padre celebrará la  Eucaristía, juntamente con 1100 celebrantes, entre obispos y sacerdotes presentes, esta es la parte más antigua y la más importante de todo el acto, ya que la Eucaristía consagra el altar y el lugar de la celebración.  

 La Sagrada Familia será Basílica

 Al mismo tiempo el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia será declarado Basílica porque responde a la obra pensada, diseñada y trabajada por D. Antoni Gaudí. El quería que toda la Creación, el cielo y la tierra, estuviera representada en la Sagrada Familia. Y todo ello se va viendo, todos los animales y vegetales están representados pero también todos el pasajes de la vida de Nuestro Señor Jesucristo, todas las advocaciones marianas, todas las diócesis del mundo, un templo, en definitiva, de significación universal y católico. Todo ello motivó a  que el arzobispo cardenal D. Lluís Martinez Sistach solicitara a SS Benedicto XVI que fuera él quien lo dedicara a templo de Dios. La Basílica de la Sagrada Familia será sino la única iglesia, o de las pocas del mundo, que tenga cinco naves, ya que habitualmente son de tres naves.

En el interior del templo asistirán 6900 personas debidamente acreditadas, y en el exterior de todo alrededor 40.000 persones con silla, las cuales verán la celebración por medio de pantallas gigantes. Se calcula que verán la transmisión por televisión unos 150 millones de personas de todo el mundo. A largo de todo el acto SS Benedicto XVI utilizará los idiomas catalán, castellano y latín.

 Isabel Hernández Esteban

Itinerario del papamóvil por Barcelona

El día 6 de octubre se hizo público el recorrido que el Santo Padre hará a lo largo de la ciudad de Barcelona, en el ya conocido papamóvil, el día 7 de noviembre de este año, por la mañana. Era toda una incógnita pues se barajaban varias posibilidades. Finalmente se ha anunciado que SS Benedicto XVI saldrá de la Catedral a las 9 horas, a continuación subirá por la Via Laietana, seguirá por Pau Claris hasta la calle de La Diputació, después seguirá recto hasta  la calle Marina por donde girará a la izquierda, pasando por delante de la fachada del Nacimiento de la Basílica de la Sagrada Familia, rodeándola por la calle Provença, después bajará por la calle Sardenya pasando por delante de la fachada de la Pasión, a continuación  girará por la izquierda de la calle Mallorca, y se parará  para entrar por el nuevo acceso del templo.  De esta manera a las 9.30 se iniciaran los actos en el interior de la Basílica con la recepción a sus SM los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, para seguir después con los actos litúrgicos del programa oficial previsto.

En días sucesivos sabremos si habrán otros recorridos, por la tarde del sábado día 6 que es el día de la su llegada a Barcelona, o bien el domingo de regreso al Palacio Episcopal, o por la tarda en su visita a la Institución Benéfico Social del Niño Dios.

 

 

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Últimos datos del horario del Santo Padre en Barcelona

El Arzobispado de Barcelona ha concretado más detalles de los horarios de los actos en los que participará SS Benedicto XVI en la capital catalana:

Sábado, 06 de noviembre

21:00 Llegada del Papa Aeropuerto del Prat, procedente de Santiago de Compostela.

21:45 Llegada al Arzobispado, donde el Papa pasará la noche

Domingo 07 de noviembre

09:00 Salida del Arzobispado en papamóvil.

09:30 Reunión privada con Sus Majestades los Reyes de España, en la Sagrada Familia.

10:00 Misa con la Dedicación de la iglesia de la Sagrada Familia. Homilía del Santo Padre.

(Al inicio de la Misa, el Cardenal Arzobispo de Barcelona pronunciará unas palabras de saludo al Santo Padre)

12:00 Rezo del Ángelus en la fachada del Nacimiento, del templo de la Sagrada Familia.

12:45 Salida de la Sagrada Familia hacia el Arzobispado, en papamóvil.

13:00 Almuerzo en el Arzobispado con los cardenales y obispos presentes, y el séquito papal.

16:45 Salida del Arzobispado de Barcelona.

17:15 Visita a la “Obra Benéfico Social del Niño Dios” en Barcelona. Saludo del Santo Padre.

18:30 Ceremonia de despedida oficial aeropuerto del Prat. Discurso del Santo Padre y del Rey

19:15 Salida en avión hacia Roma.

20:55 Llegada al aeropuerto de Roma.

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La Santa Sede ha hecho público el programa oficial del Santo Padre en Barcelona

En relación con las informaciones que se dieron a conocer este verano * se han observado pequeñas diferencias, derivadas de los ajustes de agenda de las recepciones con diferentes autoridades públicas, por lo que básicamente el programa se ha modificado ligeramente.

Sábado, 06 de noviembre

21:00 Llegada del Papa Aeropuerto del Prat, procedente de Santiago de Compostela.

21:45 Llegada al Arzobispado, donde el Papa pasará la noche

Domingo 07 de noviembre

09:30 Reunión privada con Sus Majestades los Reyes de España.

10:00 Misa con la dedicación de la iglesia de la Sagrada Familia. Homilía del Santo Padre.

(Al inicio de la Misa, el Cardenal Arzobispo de Barcelona pronunciará unas palabras de saludo al Santo Padre)

12:00 Rezo del Ángelus en la fachada del Nacimiento, del templo de la Sagrada Familia.

13:00 Comida Arzobispado con los cardenales y obispos presentes, y el séquito papal.

16:30 Salida del Arzobispado de Barcelona.

17:15 Visita a la “Obra Benéfico Social del Niño Dios” en Barcelona. Saludo del Santo Padre.

18:30 Ceremonia de despedida oficial aeropuerto del Prat. Discurso del Santo Padre.

19:15 Salida en avión hacia Roma.

20:55 Llegada al aeropuerto de Roma.

*ver “Últimas Noticias” de 21-8-2010

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El arzobispo de Oviedo Mons. Jesús Sanz Montes presidió la misa de la XXI Jornada Mariana de la Familia del año 2010 en Torreciudad

En el Santuario de Torreciudad (en los Pirineos de Huesca) se celebró el 11 de septiembre, como suele ser habitual por estas fechas, la Jornada Mariana. Concentró alrededor de 14000 personas procedentes de  toda España. El horario de los actos se desarrolló tal como estaba previsto. A la hora del Ángelus y durante media hora se hizo la ofrenda de las familias, las cuales expresaron su devoción mariana dando gracias por los favores recibidos o con peticiones muy variadas, por el próximo viaje del Santo Padre, para tener un buen curso escolar, por intenciones particulares, etc.; las ofrendas de flores, de frutos frescos, secos o un calabacín de más de dos kilos,  también fueron acompañados de un jamón, o de aceite de Córdoba, peanas de madera para imágenes, un palio, etc. La santa misa fue concelebrada, presidida por el arzobispo de Oviedo Mons. Jesús Sanz Montes, conjuntamente con el Vicario regional del Opus Dei para  España, D. Ramon Herrando, y el rector del santuario, D. Javier Mora, entre otros presbíteros. Cantó el Coro Polifónico de la Parroquia de Sant Josepmaria de Valencia. 

Nuestra respuesta ha de ser un Sí a la vida, a toda la vida, en ella se nos susurra Dios

 En la homilía Mons. Sanz  dijo que la familia cristiana, aunque pequeña, se enfrenta a un gran desafío ante el futuro de la sociedad, y ha de ser audaz ya que en un entorno donde nos presentan un modelo confuso en el que vale todo, donde se banaliza el matrimonio, donde se ridiculiza la familia, donde se legaliza la supresión del no nacido, nos pidió que defendiéramos los derechos innegables del don de la vida, del matrimonio y la familia, ocupando los púlpitos de la sociedad que no han de ser solamente de la Iglesia sino de todos los laicos que la forman. Ante la cultura de la muerte, y del holocausto legal y abierto del aborto y de la eutanasia, Nuestra respuesta ha de ser un Sí a la vida, a toda la vida, en ella se nos susurra Dios.

 Después del almuerzo bajo los porches, los pinos, les galerías, o en el pequeño túnel bajo el Servicio de Información al peregrino, actuaron las familias y a continuación se hizo el ofrecimiento de los niños a la Virgen. Mientras  todo esto pasaba, constantemente los peregrinos entraban y salían del santuario donde se intentaba un recogimiento especial para aprovechar y rezar profundamente a la Virgen de Torreciudad; otros subían o bajaban de la ermita, y los más atrevidos, sobre todo los chicos, se encaramaban a pleno sol a la Torreón. Desde cualquier punto de vista se podían admirar unos paisajes casi más propios de la Costa Brava catalana, ya que el embalse de El Grado estaba totalmente lleno.

 A las cuatro y media de la tarde, la imagen de la Virgen salió del templo,  momento en el que se  inició el Santo Rosario, dando toda la vuelta al exterior del santuario. Todo ello propició uno de los momentos más emotivos, en el que varios miles de personas, a una, rezábamos e implorábamos a la Virgen desde el lugar donde estuviésemos; a continuación, el rector  dirigió la Exposición Solemne en la explanada. En estos actos también participaron, como fieles, Mons. Jesús Sanz y  D. Ramón Herrrando.

 Y así se  llegó al final de la Jornada. En este punto, D. Javier Mora nos tiene habituados a una o a más anécdotas, siempre relacionadas con la Jornada Mariana, y no nos falló. Si el arzobispo de Oviedo se  refirió en la homilía a sus padres y en especial a su madre, agradeciéndole por haberle permitido que continuara vivo en sus entrañas, el rector refirió que un sacerdote le explicó que su madre cuando escogió la tela para su vestido de novia, la ropa la pensó para que fuera útil para la casulla de un posible hijo y que además pudiera ser sacerdote,  y pasados los años así fue, y aquel hijo en  su primera misa llevaba una casulla de aquella tela. Todo esto le sirvió para decirnos que donde nacen más vocaciones es en el seno de las familias cristianas.

 La salida del recinto fue muy fluida. Un conductor de uno de los autocares de los peregrinos nos comentaba que era la primera vez que iba a Torreciudad, y que había quedado impresionado porque “no había un campo de fútbol lleno de autocares, sino dos!”. Al caer la tarde, aquel sol implacable ya nos había aumentado el bronceado del verano, regresando a casa muy contentos, aunque tuviéramos por delante muchos kilómetros.

 Isabel Hernández Esteban

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