Domingo de la Divina Misericordia

Divina-Misericordia-16El segundo domingo de Pascua del año 2000, el Papa San Juan Pablo II canonizó a Sor Faustina Kowalska, la religiosa que había recibido de Jesús, tal como se cuenta en su diario, el encargo de promover la devoción a la Divina Misericordia:

“Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea un refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de mi Misericordia. Derramo un mar de gracias sobre las almas que se acerquen al manantial de mi Misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas” (Diario 699)

Aquel día el Papa anunció que a partir de ese año el Domingo segundo de Pascua recibiría el nombre de Domingo de la Divina Misericordia, un día en el que los cristianos estamos llamados a acudir con gran confianza a la benevolencia divina para sobrellevar las dificultades y pruebas que tenemos que afrontar en la vida por causa de nuestra fe.

Con Decreto del día 5 de Mayo del año 2000 la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede determinó que el Segundo Domingo de Pascua, el domingo siguiente al Domingo de Resurrección, se llamaría “Segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia”

Como todas las devociones genuinas esta también se va extendiendo poco a poco, sin llamar mucho la atención, pero cada vez se pueden ver en mas lugares las imágenes del Señor de cuyo corazón surgen los rayos que figuran la Misericordia que reparte abundantemente.

Mn Francesc Perarnau

El Ayuno, una larga tradición

jesus-en-el-desiertoEl ayuno forma parte de la tradición religiosa judeo-cristiana desde sus orígenes. Aparece en el Antiguo Testamento como una manifestación de penitencia y de expiación por los pecados, y por consiguiente de purificación.

Jesús lo vive dentro de la tradición judía y prepara su vida pública con un largo tiempo ayuno en el desierto.

Los Hechos de los apóstoles nos hablan de la práctica del ayuno, que acompañaba a la oración:

Act 13, 1 En la iglesia de Antioquía había profetas y doctores: Bernabé y Simón, llamado el Negro, Lucio el de Cirene y Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo. 2 Mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, dijo el Espíritu Santo: Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que les he destinado. 3 Y después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron.

Esta práctica se ha mantenido viva en la tradición cristiana posterior, vivida por las distintas comunidades y aconsejada por la Iglesia, especialmente en tiempos penitenciales como el de Cuaresma.

En sentido estricto se refiere a los alimentos, como manera de sacrificar los propios gustos, cuya satisfacción se convierte tantas veces en el único objetivo de la vida de las personas. En sentido lato se refiere a abstenerse no solo de alimentos, sino de aquellas cosas que nos atraen con fuerza o satisfacen los sentidos, para crecer así en dominio propio, lo que nos hace más señores de nosotros mismos y nos permite estar más centrados en lo que es más importante: en Dios, a quien se ofrece además el esfuerzo que supone ese ayuno, y en la preocupación por los demás, que se ve muy disminuida cuando estamos demasiado centrados en nosotros mismos. En este sentido amplio más que de ayuno hablaríamos ya de mortificación.

Mn Francesc Perarnau

El respeto

corcovadoEl pasado mes de Enero hemos vivido momentos de tensión muy delicados con motivo de los atentados terroristas contra una revista satírica en París, motivado por la publicación de unas viñetas sobre Mahoma, el profeta del Islam.

Con el paso de los días, una vez superada la primera impresión, y la primera reacción visceral por la barbarie a la que hemos asistido, se hace necesaria la reflexión mas pausada sobre el punto clave que desencadena toda esta violencia.

No se trata, de ninguna manera de justificar mínimamente la acción terrorista, siempre execrable: es una gravísima ofensa a Dios y al prójimo, y la ola de odio y rencor que genera la convierte en algo diabólico.

En el ánimo de todos, de esto no hay ninguna duda, está el construir una sociedad que viva en paz y armonía, teniendo en cuenta que cada día es mas plural. Y esto requiere unas condiciones. Entre ellas y muy en primer lugar, se encuentra el respeto a los demás: a su raza, a su cultura y a su religión. No es posible construir la paz sobre el racismo, sobre una pretendida superioridad cultural o sobre la burla a los principios religiosos de los demás.

La paz se construye sobre el respeto mutuo, muy especialmente en esos aspectos esenciales y que tienen tanta trascendencia en la vida de las personas. Cuando no existe ese respeto se genera un clima de división que deriva, como se ha podido comprobar tantas veces a lo largo de la historia, en violencia.

Mn Francesc Perarnau

El año nuevo

año-nuevo-2015Empezar un año siempre hace una ilusión especial. El año 2015 se presenta ante nosotros como si fuera una libreta nueva, sin estrenar. Un conjunto de 365 páginas limpias, que están esperando aquellas palabras que las han de llenar. Poco a poco, día a día, cada uno de nosotros iremos escribiendo estas páginas, y entre todos construiremos el que será el año 2015.

Ahora que contemplamos este tiempo todavía en blanco y antes de empezar a vivirlo, podemos hacer, o mejor, debemos hacer nuestros proyectos. Nosotros, que somos racionales y que, en cierto modo, gobernamos nuestro tiempo, podemos hacer el ejercicio mental de situarnos en el final del año 2015, y pensar que nos gustaría que dijeran las paginas que nos disponemos a escribir . Y como somos cristianos y conscientes de que Dios es el Señor de la historia, mejor si lo hacemos tema de nuestra oración y le preguntamos a Él: ¿qué te gustaría a Ti, Señor, que ponga en estas hojas que ahora están tan blancas?.

Si afrontamos el año con este espíritu, en diálogo con Dios y buscando hacer lo que Él quiere, con la ilusión de ir cumpliendo su voluntad, estaremos contribuyendo a hacer un mundo mejor.

Como tantas veces la Liturgia de la Iglesia nos hace repetir con palabras del salmista, ojalá nosotros le digamos: aquí estoy Señor para hacer tu voluntad.

 

Mn Francesc Perarnau

La Navidad

naixementDespués de los cuatro domingos del tiempo de Adviento, un tiempo fuerte de la liturgia, en el que nos habremos preparado a través de la penitencia y la oración, llegaremos al día 25, en el que conmemoraremos nuevamente el Nacimiento de Jesús en Belén.

Realmente es grande el hecho que recordamos, que resumimos en pocas palabras, pero que es casi inabarcable por nuestro entendimiento: Dios infinito y eterno se hace hombre, y encierra su divinidad en una naturaleza humana… Y así entra Dios en el mundo, hecho un niño y sometido a las leyes de la Naturaleza que Él mismo creó. Y así le veremos muchas veces a lo largo de estos días, en tantas representaciones inspiradas en el relato que encontramos en los Evangelio: Jesús, María y José, los pastores y sus ovejas, la estrella, y allá lejos los Magos que vienen de Oriente…

Quizá porque la Navidad es algo tan grande hay que verla con ojos de niño, que aceptan la Verdad sin hacerse grandes preguntas, sencillamente, que se acerca al nacimiento a mirar y a rezar, y a jugar con la imaginación junto a Jesús pequeñito…

Quizá por eso los mejores textos para la vivir la Navidad no son los grandes tratados de teología que intentarán explicarnos el misterio, sino que los encontramos en los Villancicos, esas canciones en las que la tradición ha querido rendirse ante la gran maravilla, ante aquello que es tan grande que no cabe en nuestra cabeza, pero que comprendemos con el corazón, que es el que sabe de amor.

Mn Francesc Perarnau

Fin del Año litúrgico

Liturgia (1)Con la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, terminamos un año litúrgico en la Iglesia. Esto nos permite hacer una breve reflexión sobre la Liturgia en la Iglesia y su importancia.

La palabra Liturgia tiene su origen en una palabra griega (leitourgia) y se refiere a un servicio público, generalmente ofrecido por un individuo a la comunidad. Entre los diferentes usos que hoy tiene este término, lo usamos en la Iglesia Católica para designar todo el conjunto de la oración pública de la Iglesia y de la celebración de los sacramentos.

La liturgia es mucho mas que la organización de los diferentes ritos, de su estructura y las normas por las que se rige; se refiere mas bien a la razón y significado de los símbolos y de los signos que en los ritos se contiene, en los que se expresa la celebración de la fe.

En la constitución del Concilio Vaticano II dedicada a la Liturgia (Sacrosantum Concilium), un auténtico tratado sobre el tema, se explican los fundamentos de la misma y los criterios con los que hay que vivirla.

Una idea central es que Jesucristo es el Sacerdote principal, y toda la Liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo:

“La Liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella, los signos sensibles significan y cada uno a su manera realizan la santificación del hombre, y así el Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia” (SC 7).

A través de las celebraciones litúrgicas, que se desarrollan a lo largo del Año litúrgico, la Iglesia nos ilumina, nos enseña, nos introduce en la vida del Cuerpo Místico de Cristo. Se puede decir que es a través de ella que vivimos en Cristo.

Mn Francesc Perarnau

El gran tema de la familia

familiaEs evidente que el tema de la familia es un tema esencial para la vida de la sociedad y también para la vida de la Iglesia. La familia en sentido cristiano, de acuerdo con la revelación contenida en la Sagrada Escritura y en la Tradición, nace en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, en cuyo seno entran en el mundo y son acogidos con la dignidad que les corresponde, los nuevos seres humanos, hijos de la familia e hijos de Dios.

Como es fácil comprobar dando una rápida ojeada a nuestro alrededor, la realidad familiar está atravesando en nuestra sociedad unos momentos difíciles, en los que se ve interpelada por habitos y fórmulas de convivencia diferentes que, con frecuencia, ponen en contradicción los modos de hacer que se han desarrollado en las sociedades de inspiración cristiana a lo largo de los siglos.

También es indudable que hay una presión importante por parte de aquellos cristianos que se encuentran en situaciones familiares difíciles o contradictorias y que necesitan una luz clara, una orientación adecuada, que los pastores de la Iglesia, a quienes corresponde la misión de enseñar y gobernar, han de procurarles.

Para tratar el tema de la familia en la actualidad,  del 5 al 19 de octubre se celebrará en Roma la   III Asamblea General del Sínodo de Obispos que tiene como tema “Los desafíos Pastorales de la familia en el contexto de la evangelización.

La Asamblea General Extraordinaria del Sínodo se reúne, cuando el tema a tratar tiene una relevancia especial y necesita una respuesta urgente, lo que ya da idea de la importancia que el Papa da a la temática de la familia en estos momentos históricos.

El tema del Sínodo empezó a prepararse en el año 2013 con las encuestas que se realizaron en todos los obispados del mundo, en las que se recogieron las diversísimas problemáticas que se dan. Llega ahora el momento de las reuniones de los Padres Sinodales.

Es importante que todos recemos y encomendemos al Espíritu Santo que les ilumine y que ellos sepan ser dóciles a sus inspiraciones para que la Iglesia, una vez mas, pueda dar la respuesta adecuada a los retos que en estos momentos se le presentan.

Mn Francesc Perarnau

Don Álvaro

Alvaro-del-PortilloEl dia 27 de este mes tendrá lugar en Madrid, ciudad en la que nació, la beatificación del siervo de Dios Álvaro del Portillo. Tengo como una gracia de Dios el haber tenido la oportunidad de vivir en Roma en los años de mi preparación para el sacerdocio y de haber podido estar muy cerca del Don Alvaro. Para mi, esta beatificación es la confirmación de algo que se podía constatar cada vez que le veíamos o le oíamos: era un hombre de Dios, que hablaba de Dios, que llevaba a Dios.

En la información que nos brinda la pagina web del Opus Dei se puede leer una entrevista con el actual postulador de la Causa en la que responde a esta pregunta: ¿Por qué es D. Álvaro candidato a la Beatificación? Lo hace con estas palabras:

Para abrir una causa de canonización, el elemento determinante es la existencia de una sólida fama de santidad, espontánea y difundida entre una parte significativa del Pueblo de Dios. Se dio inicio a la causa de Mons. del Portillo porque, desde el día de su muerte, había demostraciones evidentes de esta fama. Mucha gente en todo el mundo estaba convencida de que era una persona santa e invocaba su intercesión con el objeto de obtener favores del Cielo. La función de la causa es verificar si esa fama de santidad tiene un fundamento real. El decreto sobre las virtudes heroicas promulgado por la Congregación para las Causas de los Santos el 28 de junio de 2012 nos dice que la Iglesia ha llegado a un juicio positivo sobre su santidad de vida.

La Iglesia confirma de esta manera la certeza que tantos teníamos sobre la santidad de vida de ese hombre de Dios.

Muchas personas constatan, además, que es un buen intercesor delante de Dios. Hay algunos hechos, como los que se han aportado para la Causa, que son verdaderos milagros, pero sobre todo hay muchos favores pequeños que se atribuyen a su intercesión. También así Don Álvaro sigue llevando almas a Dios.

Mn Francesc Perarnau

Guerras y rumores de guerras

guerraJesús lo avisó y sus palabras se cumplen a lo largo de los siglos. Después de tanto tiempo sigue habiendo guerras y rumores de guerras. Gracias a los modernos medios de comunicación somos mucho más conscientes que en tiempos pasados de los multiples conflictos y guerras que hay en los cinco continentes. Desde nuestros hogares podemos contemplar a diario la barbarie y la destrucción de la que somos capaces los seres humanos. Ante nuestra mirada desfilan los cadáveres de hombres mujeres y niños, las familias destrozadas, las casas y los pueblos arrasados por las bombas.

Existe el riesgo de que nos lleguemos a acostumbrar a esta realidad; de que se produzca un «callo» en nuestra conciencia, que nos haga insensibles ante los horrores que contemplamos.

Tendremos que pensar que algo muy grave nos sucede si un día descubrimos que estamos viendo esas noticias con curiosidad, quizá con atención, y en nuestro corazón no se da al mismo tiempo, una reacción más profunda, de compasión, de pena, de solidaridad,  que conlleve además  una oración por esas personas que sufren y un acto de desagravio a Dios por los gravísimos pecados contra la humanidad y contra Dios que estas situaciones implican.

Pensemos también en los llamamientos continuos que el Papa viene haciendo para que recemos por la paz en el mundo: ¿encuentran en nosotros estas peticiones una respuesta pronta y generosa?

Mn Francesc Perarnau

 

Ubi Petrus, ibi Ecclesia

Terminábamos el mes de Junio con el recuerdo de la institución del Primado en la Iglesia, y la promesa a Pedro de la asistencia divina. Han pasado los siglos, ha habido tormentas importantísimas en el mundo, grandes guerras y revoluciones, los mapas geopolíticos se han movido de manera espectacular, los regímenes políticos han ido cambiando. El mundo es muy diferente de aquel en el que la Iglesia empezó su andadura.

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También la Iglesia ha sufrido situaciones convulsas a lo largo de estos milenios, pero a diferencia de lo que ha sucedido en el mundo, en el que todo ha cambiado, no ha sucedido así en la Iglesia; sustancialmente la es la misma que fundo Jesús y aquella promesa del Señor se ha mantenido, como signo de que su palabra no puede fallar, y como para reforzar nuestra fe, a pesar de los pesares. Efectivamente, sin solución de continuidad, y con algunos sobresaltos puntuales, al frente de la iglesia se han ido sucediendo los Romanos Pontífices. En algunos momentos los vientos han sido tan fuertes que ha parecido que la nave de la Iglesia podía naufragar, pero no, la nave de Pedro no puede hundirse porque tiene la promesa del Señor.

Ciertamente del tronco se han separado ramas, a veces grandes, muchas almas han sufrido y siguen sufriendo las consecuencias… Pero aquella barca sigue navegando, porque Él no dejará de la mano a su Iglesia. Y al frente de ella está el sucesor de Pedro. Porque él es quien tiene la garantía de asistencia, y allí donde está Pedro es donde está la Iglesia: Ubi Petrus, ibi ecclesia, ibi Deus, decía san Ambrosio ya en el siglo IV.

 

Mn Francesc Perarnau

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