Protagonista: La Familia

Durante el mes pasado hemos procurado acompañar al Santo Padre con nuestra oración por el Sínodo sobre las familias. Ahora queremos prepararnos para recibir sus enseñanzas. Para ello, nada mejor que renovar diariamente nuestro amor y entrega a la propia familia.

El Sínodo ha querido destacar el valor de la familia y no centrarse únicamente en las problemáticas particulares. Respecto a esto último,, ha hecho una serie de propuestas para prevenirlas y, en su caso, poner el remedio adecuado. Pero, sobre todo, ha buscado profundizar en el gran misterio de amor que es el matrimonio y la familia. Ha sido un gran acierto poner el acento en el ejemplo de tantos hogares unidos y tratando a las  familias numerosas como una bendición para toda la comunidad cristiana y para la sociedad, porque la apertura a la vida es inherente al amor conyugal.

En todo momento se ha dado un tono positivo a la maravillosa realidad de la familia, tal como ha sido querida por Dios. De ahí que, en las conclusiones del Sínodo, se recurre frecuentemente a los textos bíblicos para descubrir la pedagogía divina con la que se revela el sentido del matrimonio en la familia.

Los temas tratados son muchos y muy interesantes, pero un buen resumen podría ser: Sí, la familia tiene problemas, pero ella misma no es un problema, sino la solución.

Mn Xavier Argelich

El Sínodo de la Familia

descargaDurante este mes, como muy bien sabéis, todos los fieles del mundo entero, estaremos muy unidos al Santo Padre y a los obispos reunidos en Roma del 4 al 25 de octubre dónde tratarán sobre “la vocación y misión de la familia en la Iglesia i en el mundo contemporáneo”.

Esta unidad será real y verdadera si  va acompañada de nuestra oración y de nuestro trabajo bien hecho. El Papa Francisco nos ha pedido, en repetidas ocasiones, que le ayudemos en esta tarea. He aquí sus palabras: “Os pido, por favor, que no falte vuestra oración. Todos estamos llamados a rezar por el Sínodo. Invito también a rezar a quienes se sienten alejados, o que ya no están acostumbrados a hacerlo. Esta oración por el Sínodo sobre la familia es para el bien de todos.” Y continúa animándonos a recorrer juntos el camino sinodal no sólo con la oración sino también con la “compasión del buen Pastor por su rebaño, especialmente por las personas y las familias que por diversos motivos están «extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor» (Mt 9, 36). Así, sostenida y animada por la gracia de Dios, la Iglesia podrá estar aún más comprometida, y aún más unida, en el testimonio de la verdad del amor de Dios y de su misericordia por las familias del mundo, ninguna excluida, tanto dentro como fuera del redil.”

Mn. Xavier Argelich

El drama de los refugiados

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Frente a la tragedia de decenas de miles de prófugos que huyen de la muerte por la guerra y el hambre, y caminan hacia una esperanza de vida, el Evangelio nos llama, nos pide ser prójimo de los más pequeños y abandonados. A darles una esperanza concreta. A no decir sólo ¡Ánimo, paciencia! La esperanza cristiana es combativa, con la tenacidad de quien va hacia una meta segura.

Con estas palabras el Papa Francisco nos urge a movilizarnos para ayudar a todas aquellas personas que abandonan su hogar, trabajo, país y buena parte de sus familiares para encontrar refugio en Europa, como consecuencia de la violencia y persecución que están sufriendo.

Con la experiencia que aquí tenemos les tendemos una mano amiga, dispuestos a acogerlos con nuestra oración, nuestra amistad y con todo aquello que necesiten y podamos darles.

Mn. Xavier Argelich

“Laudato si’, mi’ Signore”

laudato-siNos llega por fin, con el comienzo del verano, la esperada encíclica del Papa Francisco, con la temática de fondo del problema ecológico que el desarrollo rapidísimo de la sociedad tecnológica esta generando.

Las consecuencias de la actividad humana sobre el mundo, la casa común de la humanidad, son evidentes. En la Encíclica encontramos un estudio detallado de los graves problemas que aparecen en muchos ecosistemas del mundo, aunque estas situaciones no están limitadas geográficamente; como en un organismo no hay partes independientes, todo comunica y el daño en los ecosistemas acaba siendo un daño al conjunto del planeta. El problema se agrava cuando se constata que los primeros afectados por la situación y que están recibiendo el impacto directo del deterioro ambiental son las poblaciones más pobres y desfavorecidas.

La Encíclica es un llamamiento a las conciencias de todos, especialmente a la de aquellos que tienen capacidad de decisión: existe la obligación ética y moral de buscar la manera de detener este rapidísimo deterioro.El estudio va mucho mas allá de las cuestiones bioecológicas. Se plantean las raíces teológicas de la necesidad de cuidar la Creación, se estudian las razones que se encuentran detrás de las actuaciones antiecológicas que se descubren en el mundo y se aportan una serie de lineas de orientación y acción para poder ayudar a resolver los problemas.

Como todas las encíclicas conviene leerla despacio, comprender bien el mensaje contenido, pensar como podemos secundarlo, y difundirlo cuanto mas mejor.

Mn Francesc Perarnau

Llamados a ser santos

np2Entre las múltiples celebraciones y fiestas del mes de Junio nos encontramos con la de San Josemaría, el dia 26. En un discurso con motivo de la Canonización, el Papa San Juan Pablo II decía:

San Josemaría fue elegido por el Señor para anunciar la llamada universal a la santidad y para indicar que la vida de cada día, las actividades comunes, son camino de santificación. Se podría decir que fue el santo de lo ordinario. En efecto, estaba convencido de que, para quien vive en una perspectiva de fe, todo es ocasión de un encuentro con Dios, todo se convierte en estímulo para la oración. La vida diaria, vista así, revela una grandeza insospechada. La santidad está realmente al alcance de todos. (Juan Pablo II 07/10/2002).

En estas palabras queda condensado el mensaje del Fundador de la Obra: Todos estamos llamados a la santidad y cada uno puede y debe alcanzarla en el desempeño de su vida diaria. No existe en el mundo un grupo selecto de personas que estarían llamadas por Dios a ser santas, mientras que los demás se habrían de conformar con un simple ir tirando. La llamada a la santidad, como quedó bien claro en el Concilio Vaticano II, es para todos los  hombre y mujeres del mundo. Alcanzarán esta santidad si procuran encontrarse con Dios en las cosas de la vida diaria, por muy sencillas o intrascendentes que pudieran parecer; procurando cumplir la voluntad que Dios tiene para cada uno en las circunstancias que le toca vivir.

Mn Francesc Perarnau

Mira la Estrella

mira la estrellaEntramos en el Mes de Mayo, un mes tradicionalmente dedicado a María. Quienes tenemos la suerte de poder frecuentar la Iglesia de Santa María de Montalegre, nos encontramos al entrar y dirigir nuestra mirada al presbiterio, con esa magnifica imagen de María, que acoge y cubre con su manto a aquellos niños que recuerdan aquellos niños que fueron acogidos en la Casa de la Caridad, pero que de alguna manera nos representan también a nosotros, que somos criaturas muy necesitadas de su ayuda y protección.

Todos tenemos experiencia de que vivir una vida cristiana es exigente, y que la tendencia natural no nos lleva precisamente a vivir las virtudes; muchas veces es mucho mas fácil salir de un apuro diciendo una mentira, dejarnos llevar por la pereza y perder el tiempo que es un tesoro que Dios ha puesto en nuestras manos, o hacer una crítica de alguien no con deseo positivo de ayudar, sino por canalizar una envidia u otro sentimiento negativo que nos corroe por dentro… Y, aunque somos concientes de que esto está mal sucumbimos con facilidad. ¡Cuantas veces vemos que esas inclinaciones son tan fuertes que, sin ayuda que venga de fuera, no seremos capaces de salir adelante!

Habría motivos para desanimarnos si no tuvieramos la certeza de que hay quien puede echarnos una mano. A San Bernardo debemos este precioso texto:

“¡Oh tú que te sientes lejos de la tierra firme, arrastrado por las olas de este mundo, en medio de las borrascas y de las tempestades, si no quieres zozobrar, no quites los ojos de la luz de esta Estrella, invoca a María!. Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, mira a la Estrella, llama a María. Si eres agitado por las ondas de la soberbia, si de la detracción, si de la ambición, si de la emulación, mira a la Estrella, llama a María.

Si la ira, o la avaricia, o la impureza impelen violentamente la navecilla de tu alma, mira a María…”

Mn Francesc Perarnau

Domingo de la Divina Misericordia

Divina-Misericordia-16El segundo domingo de Pascua del año 2000, el Papa San Juan Pablo II canonizó a Sor Faustina Kowalska, la religiosa que había recibido de Jesús, tal como se cuenta en su diario, el encargo de promover la devoción a la Divina Misericordia:

“Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea un refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de mi Misericordia. Derramo un mar de gracias sobre las almas que se acerquen al manantial de mi Misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas” (Diario 699)

Aquel día el Papa anunció que a partir de ese año el Domingo segundo de Pascua recibiría el nombre de Domingo de la Divina Misericordia, un día en el que los cristianos estamos llamados a acudir con gran confianza a la benevolencia divina para sobrellevar las dificultades y pruebas que tenemos que afrontar en la vida por causa de nuestra fe.

Con Decreto del día 5 de Mayo del año 2000 la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede determinó que el Segundo Domingo de Pascua, el domingo siguiente al Domingo de Resurrección, se llamaría “Segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia”

Como todas las devociones genuinas esta también se va extendiendo poco a poco, sin llamar mucho la atención, pero cada vez se pueden ver en mas lugares las imágenes del Señor de cuyo corazón surgen los rayos que figuran la Misericordia que reparte abundantemente.

Mn Francesc Perarnau

El Ayuno, una larga tradición

jesus-en-el-desiertoEl ayuno forma parte de la tradición religiosa judeo-cristiana desde sus orígenes. Aparece en el Antiguo Testamento como una manifestación de penitencia y de expiación por los pecados, y por consiguiente de purificación.

Jesús lo vive dentro de la tradición judía y prepara su vida pública con un largo tiempo ayuno en el desierto.

Los Hechos de los apóstoles nos hablan de la práctica del ayuno, que acompañaba a la oración:

Act 13, 1 En la iglesia de Antioquía había profetas y doctores: Bernabé y Simón, llamado el Negro, Lucio el de Cirene y Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo. 2 Mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, dijo el Espíritu Santo: Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que les he destinado. 3 Y después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron.

Esta práctica se ha mantenido viva en la tradición cristiana posterior, vivida por las distintas comunidades y aconsejada por la Iglesia, especialmente en tiempos penitenciales como el de Cuaresma.

En sentido estricto se refiere a los alimentos, como manera de sacrificar los propios gustos, cuya satisfacción se convierte tantas veces en el único objetivo de la vida de las personas. En sentido lato se refiere a abstenerse no solo de alimentos, sino de aquellas cosas que nos atraen con fuerza o satisfacen los sentidos, para crecer así en dominio propio, lo que nos hace más señores de nosotros mismos y nos permite estar más centrados en lo que es más importante: en Dios, a quien se ofrece además el esfuerzo que supone ese ayuno, y en la preocupación por los demás, que se ve muy disminuida cuando estamos demasiado centrados en nosotros mismos. En este sentido amplio más que de ayuno hablaríamos ya de mortificación.

Mn Francesc Perarnau

El respeto

corcovadoEl pasado mes de Enero hemos vivido momentos de tensión muy delicados con motivo de los atentados terroristas contra una revista satírica en París, motivado por la publicación de unas viñetas sobre Mahoma, el profeta del Islam.

Con el paso de los días, una vez superada la primera impresión, y la primera reacción visceral por la barbarie a la que hemos asistido, se hace necesaria la reflexión mas pausada sobre el punto clave que desencadena toda esta violencia.

No se trata, de ninguna manera de justificar mínimamente la acción terrorista, siempre execrable: es una gravísima ofensa a Dios y al prójimo, y la ola de odio y rencor que genera la convierte en algo diabólico.

En el ánimo de todos, de esto no hay ninguna duda, está el construir una sociedad que viva en paz y armonía, teniendo en cuenta que cada día es mas plural. Y esto requiere unas condiciones. Entre ellas y muy en primer lugar, se encuentra el respeto a los demás: a su raza, a su cultura y a su religión. No es posible construir la paz sobre el racismo, sobre una pretendida superioridad cultural o sobre la burla a los principios religiosos de los demás.

La paz se construye sobre el respeto mutuo, muy especialmente en esos aspectos esenciales y que tienen tanta trascendencia en la vida de las personas. Cuando no existe ese respeto se genera un clima de división que deriva, como se ha podido comprobar tantas veces a lo largo de la historia, en violencia.

Mn Francesc Perarnau

El año nuevo

año-nuevo-2015Empezar un año siempre hace una ilusión especial. El año 2015 se presenta ante nosotros como si fuera una libreta nueva, sin estrenar. Un conjunto de 365 páginas limpias, que están esperando aquellas palabras que las han de llenar. Poco a poco, día a día, cada uno de nosotros iremos escribiendo estas páginas, y entre todos construiremos el que será el año 2015.

Ahora que contemplamos este tiempo todavía en blanco y antes de empezar a vivirlo, podemos hacer, o mejor, debemos hacer nuestros proyectos. Nosotros, que somos racionales y que, en cierto modo, gobernamos nuestro tiempo, podemos hacer el ejercicio mental de situarnos en el final del año 2015, y pensar que nos gustaría que dijeran las paginas que nos disponemos a escribir . Y como somos cristianos y conscientes de que Dios es el Señor de la historia, mejor si lo hacemos tema de nuestra oración y le preguntamos a Él: ¿qué te gustaría a Ti, Señor, que ponga en estas hojas que ahora están tan blancas?.

Si afrontamos el año con este espíritu, en diálogo con Dios y buscando hacer lo que Él quiere, con la ilusión de ir cumpliendo su voluntad, estaremos contribuyendo a hacer un mundo mejor.

Como tantas veces la Liturgia de la Iglesia nos hace repetir con palabras del salmista, ojalá nosotros le digamos: aquí estoy Señor para hacer tu voluntad.

 

Mn Francesc Perarnau

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