La Pascua de la misericordia

El domingo de Resurrección fue un día de gran sobresalto para los seguidores de Cristo que permanecieron fieles a Él después de los acontecimientos ocurridos en Jerusalén los días anteriores. Fieles pero asustados y llenos de incertidumbre. La sorpresa dominical es máxima. No acaban de creérselo. La noticia de la Resurrección, traída por las santas mujeres, los deja todavía más atónitos. No obstante, sus dudas, miedos e incertezas desaparecen ante la aparición de Cristo resucitado. Suenan sus palabras: “la paz sea con vosotros”. Y realmente se llenan de paz y de alegría. Imposible describir el gozo de volver a ver al Maestro, de volver a contemplar el rostro de la Misericordia, pues sólo se puede experimentar. Es la experiencia de que Cristo vive y vive en mí, y lo experimento cuando dejo que Él viva en mí y cuando me decido, a la vez, a vivir en Él y por Él. Me vacío de mi yo, de mi egoísmo, de mi soberbia, de mis manías y caprichos, de mi mundanidad, para que Él llene mi vida, mi existencia entera.

El rostro de la Misericordia es, ahora, un rostro glorioso que ilumina mi caminar terreno y me llena de paz y gozo porque me ha lavado con su Sangre Preciosísima y me ha dado una vida nueva ¡Vivámosla con intensidad!

¡Feliz Pascua de la misericordia!

Mn Xavier Argelich

 

Cuaresma y Misericordia

Todo el año de la misericordia es tiempo oportuno de conversión personal y ocasión para ganar el Jubileo, que comporta la remisión de las penas temporales debidas por nuestros pecados. Ahora bien, dentro de este periodo de tiempo, los cuarenta días de la Cuaresma son una gran oportunidad para llevar a cabo una sincera conversión de vida, de vida cristiana, inseparable de la vida familiar, profesional y social.

Deseo que sepamos convertirnos de nuestra falta de correspondencia a tanta bondad de Dios. Las prácticas cuaresmales que nos propone la Iglesia desde siempre, tienen su origen, como no podría ser de otro modo, en la vida y enseñanzas de Jesucristo. Para vencer las tentaciones y para preparar su predicación se dedicó intensamente a la oración y al ayuno durante cuarenta días. Al término de los mismos, rechazó con firmeza al tentador y sus ofrecimientos de una vida terrenal exitosa. Eligió cumplir la voluntad de Dios Padre con todas sus consecuencias. Eligió a los hombres y mujeres de todos los tiempos por encima de Él, entregándose totalmente por nuestra salvación. Eligió ser el rostro de la Misericordia siendo plenamente misericordioso con la humanidad.

Cómo no conmovernos ante tanta Bondad y Amor. Que de verdad nos convirtamos y escojamos siempre vivir con Dios y para Dios, y con Él y para los demás. La oración, el ayuno (sacrificio voluntario y alegre), la limosna (las obras de misericordia y caridad), son el camino seguro para llegar a la auténtica conversión que tanto deseamos. Y al final encontraremos la alegría de la Pascua.

Mn Xavier Argelich

Redescubrir el amor de Dios

Empezamos un nuevo año, el 2016, y lo hacemos, como siempre, con especial ilusión y renovando nuestros deseos de que sea mejor que el que dejamos atrás. Para esto, es necesario que cada uno de nosotros nos esmeremos en mejorar personalmente.

Es mi intención profundizar, mes a mes, en el significado y el valor de las obras de misericordia y –si me lo permitís-compartir con vosotros mis reflexiones al respecto. Confío que nos sirvan a todos, en primer lugar, a mí mismo, para redescubrir el amor de Dios a los hombres. Un amor realmente misericordioso, un amor sublime de un Padre que es Dios.

La inmensidad del amor de Dios es inabarcable para nosotros. Por mucho que lo intentemos siempre nos quedaremos muy lejos de conseguirlo. No obstante, estoy convencido que podremos penetrar un poco en este amor si, tal como nos propone el Papa Francisco, procuramos vivir con intensidad las obras de misericordia.

Comencemos por recordar lo que son las obras de misericordia. Tal como nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica, son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos al prójimo en sus necesidades corporales y espirituales (n. 2447). Nos llevan a hacer nuestras, las necesidades y miserias de los demás y ayudarlos a superarlas. Como Dios hace con nosotros, Dios se hace uno de nosotros, carga con nuestras miserias y nos diviniza. El que practica las obras de misericordia no busca su propia complacencia, o realizar una simple acción filantrópica; tampoco es consecuencia de la compasión. Es mucho más, es amar como Dios nos ama. Es ponerse en la piel del necesitado y querer resolver esas necesidades con él, sin herir y sin aires de suficiencia porque realmente lo amamos.

Mn. Xavier Argelich

El Jubileo de la Misericordia

El día 8, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, comenzó el año Santo de la Misericordia. El Santopuerta misericordia Padre, Francisco, abrió en Roma la Puerta Santa. Queremos unirnos a este acontecimiento reflexionando unas palabras suyas recogidas en la Bula “El Rostro de la Misericordia” con la que se convoca el Jubileo:

“Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos, signo eficaz del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes. El Año Santo se abrirá el 8 de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada Concepción. Esta fiesta litúrgica indica el modo de obrar de Dios desde los albores de nuestra historia. Después del pecado de Adán y Eva, Dios no quiso dejar la humanidad en soledad y a merced del mal. Por esto pensó y quiso a María santa e inmaculada en el amor (cfr Ef 1,4), para que fuese la Madre del Redentor del hombre. Ante la gravedad del pecado, Dios responde con la plenitud del perdón. La misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona. En la fiesta de la Inmaculada Concepción tendré la alegría de abrir la Puerta Santa. En esta ocasión será una Puerta de la Misericordia, a través de la cual cualquiera que entrará podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza.”

Feliz Navidad a todos y que la Sagrada Familia de Nazaret nos acompañe en nuestro caminar hacia la misericordia de Dios.

Mn. Xavier Argelich

Protagonista: La Familia

Durante el mes pasado hemos procurado acompañar al Santo Padre con nuestra oración por el Sínodo sobre las familias. Ahora queremos prepararnos para recibir sus enseñanzas. Para ello, nada mejor que renovar diariamente nuestro amor y entrega a la propia familia.

El Sínodo ha querido destacar el valor de la familia y no centrarse únicamente en las problemáticas particulares. Respecto a esto último,, ha hecho una serie de propuestas para prevenirlas y, en su caso, poner el remedio adecuado. Pero, sobre todo, ha buscado profundizar en el gran misterio de amor que es el matrimonio y la familia. Ha sido un gran acierto poner el acento en el ejemplo de tantos hogares unidos y tratando a las  familias numerosas como una bendición para toda la comunidad cristiana y para la sociedad, porque la apertura a la vida es inherente al amor conyugal.

En todo momento se ha dado un tono positivo a la maravillosa realidad de la familia, tal como ha sido querida por Dios. De ahí que, en las conclusiones del Sínodo, se recurre frecuentemente a los textos bíblicos para descubrir la pedagogía divina con la que se revela el sentido del matrimonio en la familia.

Los temas tratados son muchos y muy interesantes, pero un buen resumen podría ser: Sí, la familia tiene problemas, pero ella misma no es un problema, sino la solución.

Mn Xavier Argelich

El Sínodo de la Familia

descargaDurante este mes, como muy bien sabéis, todos los fieles del mundo entero, estaremos muy unidos al Santo Padre y a los obispos reunidos en Roma del 4 al 25 de octubre dónde tratarán sobre “la vocación y misión de la familia en la Iglesia i en el mundo contemporáneo”.

Esta unidad será real y verdadera si  va acompañada de nuestra oración y de nuestro trabajo bien hecho. El Papa Francisco nos ha pedido, en repetidas ocasiones, que le ayudemos en esta tarea. He aquí sus palabras: “Os pido, por favor, que no falte vuestra oración. Todos estamos llamados a rezar por el Sínodo. Invito también a rezar a quienes se sienten alejados, o que ya no están acostumbrados a hacerlo. Esta oración por el Sínodo sobre la familia es para el bien de todos.” Y continúa animándonos a recorrer juntos el camino sinodal no sólo con la oración sino también con la “compasión del buen Pastor por su rebaño, especialmente por las personas y las familias que por diversos motivos están «extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor» (Mt 9, 36). Así, sostenida y animada por la gracia de Dios, la Iglesia podrá estar aún más comprometida, y aún más unida, en el testimonio de la verdad del amor de Dios y de su misericordia por las familias del mundo, ninguna excluida, tanto dentro como fuera del redil.”

Mn. Xavier Argelich

El drama de los refugiados

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Frente a la tragedia de decenas de miles de prófugos que huyen de la muerte por la guerra y el hambre, y caminan hacia una esperanza de vida, el Evangelio nos llama, nos pide ser prójimo de los más pequeños y abandonados. A darles una esperanza concreta. A no decir sólo ¡Ánimo, paciencia! La esperanza cristiana es combativa, con la tenacidad de quien va hacia una meta segura.

Con estas palabras el Papa Francisco nos urge a movilizarnos para ayudar a todas aquellas personas que abandonan su hogar, trabajo, país y buena parte de sus familiares para encontrar refugio en Europa, como consecuencia de la violencia y persecución que están sufriendo.

Con la experiencia que aquí tenemos les tendemos una mano amiga, dispuestos a acogerlos con nuestra oración, nuestra amistad y con todo aquello que necesiten y podamos darles.

Mn. Xavier Argelich

“Laudato si’, mi’ Signore”

laudato-siNos llega por fin, con el comienzo del verano, la esperada encíclica del Papa Francisco, con la temática de fondo del problema ecológico que el desarrollo rapidísimo de la sociedad tecnológica esta generando.

Las consecuencias de la actividad humana sobre el mundo, la casa común de la humanidad, son evidentes. En la Encíclica encontramos un estudio detallado de los graves problemas que aparecen en muchos ecosistemas del mundo, aunque estas situaciones no están limitadas geográficamente; como en un organismo no hay partes independientes, todo comunica y el daño en los ecosistemas acaba siendo un daño al conjunto del planeta. El problema se agrava cuando se constata que los primeros afectados por la situación y que están recibiendo el impacto directo del deterioro ambiental son las poblaciones más pobres y desfavorecidas.

La Encíclica es un llamamiento a las conciencias de todos, especialmente a la de aquellos que tienen capacidad de decisión: existe la obligación ética y moral de buscar la manera de detener este rapidísimo deterioro.El estudio va mucho mas allá de las cuestiones bioecológicas. Se plantean las raíces teológicas de la necesidad de cuidar la Creación, se estudian las razones que se encuentran detrás de las actuaciones antiecológicas que se descubren en el mundo y se aportan una serie de lineas de orientación y acción para poder ayudar a resolver los problemas.

Como todas las encíclicas conviene leerla despacio, comprender bien el mensaje contenido, pensar como podemos secundarlo, y difundirlo cuanto mas mejor.

Mn Francesc Perarnau

Llamados a ser santos

np2Entre las múltiples celebraciones y fiestas del mes de Junio nos encontramos con la de San Josemaría, el dia 26. En un discurso con motivo de la Canonización, el Papa San Juan Pablo II decía:

San Josemaría fue elegido por el Señor para anunciar la llamada universal a la santidad y para indicar que la vida de cada día, las actividades comunes, son camino de santificación. Se podría decir que fue el santo de lo ordinario. En efecto, estaba convencido de que, para quien vive en una perspectiva de fe, todo es ocasión de un encuentro con Dios, todo se convierte en estímulo para la oración. La vida diaria, vista así, revela una grandeza insospechada. La santidad está realmente al alcance de todos. (Juan Pablo II 07/10/2002).

En estas palabras queda condensado el mensaje del Fundador de la Obra: Todos estamos llamados a la santidad y cada uno puede y debe alcanzarla en el desempeño de su vida diaria. No existe en el mundo un grupo selecto de personas que estarían llamadas por Dios a ser santas, mientras que los demás se habrían de conformar con un simple ir tirando. La llamada a la santidad, como quedó bien claro en el Concilio Vaticano II, es para todos los  hombre y mujeres del mundo. Alcanzarán esta santidad si procuran encontrarse con Dios en las cosas de la vida diaria, por muy sencillas o intrascendentes que pudieran parecer; procurando cumplir la voluntad que Dios tiene para cada uno en las circunstancias que le toca vivir.

Mn Francesc Perarnau

Mira la Estrella

mira la estrellaEntramos en el Mes de Mayo, un mes tradicionalmente dedicado a María. Quienes tenemos la suerte de poder frecuentar la Iglesia de Santa María de Montalegre, nos encontramos al entrar y dirigir nuestra mirada al presbiterio, con esa magnifica imagen de María, que acoge y cubre con su manto a aquellos niños que recuerdan aquellos niños que fueron acogidos en la Casa de la Caridad, pero que de alguna manera nos representan también a nosotros, que somos criaturas muy necesitadas de su ayuda y protección.

Todos tenemos experiencia de que vivir una vida cristiana es exigente, y que la tendencia natural no nos lleva precisamente a vivir las virtudes; muchas veces es mucho mas fácil salir de un apuro diciendo una mentira, dejarnos llevar por la pereza y perder el tiempo que es un tesoro que Dios ha puesto en nuestras manos, o hacer una crítica de alguien no con deseo positivo de ayudar, sino por canalizar una envidia u otro sentimiento negativo que nos corroe por dentro… Y, aunque somos concientes de que esto está mal sucumbimos con facilidad. ¡Cuantas veces vemos que esas inclinaciones son tan fuertes que, sin ayuda que venga de fuera, no seremos capaces de salir adelante!

Habría motivos para desanimarnos si no tuvieramos la certeza de que hay quien puede echarnos una mano. A San Bernardo debemos este precioso texto:

“¡Oh tú que te sientes lejos de la tierra firme, arrastrado por las olas de este mundo, en medio de las borrascas y de las tempestades, si no quieres zozobrar, no quites los ojos de la luz de esta Estrella, invoca a María!. Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, mira a la Estrella, llama a María. Si eres agitado por las ondas de la soberbia, si de la detracción, si de la ambición, si de la emulación, mira a la Estrella, llama a María.

Si la ira, o la avaricia, o la impureza impelen violentamente la navecilla de tu alma, mira a María…”

Mn Francesc Perarnau

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