Estamos celebrando los cincuenta años del restablecimiento del culto en esta Iglesia de Santa María de Montalegre. El 28 de junio de 1967 por la tarde, víspera de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, se celebraba de nuevo la Eucaristía y desde entonces se ha continuado celebrando todos los días durante estos años y, con la gracia de Dios, seguirá celebrándose.
Este aniversario ha coincidido con el nombramiento y elevación a la dignidad de Cardenal del arzobispo de Barcelona. El pasado miércoles 28 de junio, lo recibía de manos del Papa Francisco en el marco de la celebración del Consistorio de Cardenales en Roma. Desde aquí nos unimos a su acción de gracias, lo felicitamos y le aseguramos nuestras oraciones para que sea un fiel y eficaz colaborador del sucesor de san Pedro, y guía y pastor de nuestra Diócesis a la medida del corazón de Cristo, como ha demostrado desde su llegada a Barcelona.
Los Cardenales son los principales colaboradores del Papa en su función de gobierno de la Iglesia universal, por eso nos alegramos que el Pastor de nuestra Diócesis haya recibido esta nueva tarea, acercando así la figura del Vicario de Cristo a los fieles de esta porción del Pueblo de Dios y potenciando en nosotros la consciencia de formar parte de la Iglesia universal y la responsabilidad de llevar el mensaje de Cristo a todos los hombres y mujeres.
En el Evangelio encontramos numerosas referencias a la misión y tarea de todo el que cree en la Palabra anunciada. Y, en especial, a la misión y función de los elegidos por Dios para servir a todas las almas: a los pastores que dan la vida por sus ovejas. La figura del buen pastor ha sido una constante en la historia de la Iglesia y de su tarea evangelizadora. Que este nombramiento nos empuje a renovar nuestros deseos de servir a la Iglesia, que es servir a Dios y a la humanidad, con fe, humildad, sencillez, con mucho amor a Dios y a los demás, y con un gran afán apostólico.
Mn. Xavier Argelich