Por cada embarazo “in vitro” se pierden 14 embriones, 14 personas humanas

Crónica enviada por Daniel Arasa, periodista

El profesor Venancio Carrión, licenciado en Filosofía, máster en bioética y experto en el campo de fecundidad humana, pronunció en Montalegre la conferencia del mes de mayo de 2024 bajo el título “Los retos de la bioética ante la infertilidad”. En la presentación del ponente, el presidente de la Plataforma por la Familia, Daniel Arasa, explicó que Venancio Carrión y su esposa, Jordina, llevaban años de matrimonio sin que llegaran hijos.

Recurrieron a la Naprotecnología, una técnica que respeta la dignidad de la persona desde el primer momento, y han tenido dos hijos. Desde hace años se dedican a ayudar a matrimonios con problemas de infertilidad o esterilidad. Han llegado ya a centenares de matrimonios.

Carrión explicó que las últimas estadísticas sobre población nos alertan sobre la falta de nacimientos para conseguir el relevo generacional y la primera maternidad de la media de las mujeres se aproxima a los 40 años. Es decir, precisamente cuando biológicamente empieza a ser menos probable lograr embarazo.

Por otro lado, las técnicas de reproducción, especialmente la fecundación in vitro, se presentan como la solución para lograr ser padres “en cualquier momento”. Las técnicas de reproducción se centran en conseguir el hijo deseado sin llegar a diagnósticos completos, manifestó. Pocas veces, dijo Carrión, se informa adecuadamente del proceso, de los efectos de la medicación y de que para que se logre un embarazo normalmente se pierden 14 embriones (personas humanas) por el camino. Enfatizó que el embrión es persona humana.

Delante de la infertilidad, la bioética tiene el reto de informar adecuadamente, de ayudar a ver la infertilidad como una situación, a priorizar el camino médico que siempre busca alcanzar un diagnóstico para restaurar la salud. En este sentido la infertilidad no es una enfermedad, es un síntoma.

Añadió que la preocupación y respeto por las personas se debe también al paciente más pequeño, al embrión, no solo a la madre y al padre, y dijo que “el lugar más adecuado para recibir la vida humana es el acto conyugal, ese entorno de misterio, de sorpresa, de no saber si esta vez llegará. Dos personas que se aman y se predisponen a que se pueda generar vida, pero siempre envuelta en un misterio que les supera. La vida humana llega por sorpresa en este contexto y siempre nos remite a la libertad personal. La persona es fin en sí misma, no es objetivo o finalidad de otros”. Precisó que los hijos no son de los padres, pero llegan por su amor y apertura a la vida. Más adelante dejan al padre y la madre y recorren un camino que remite a una trascendencia.

El ponente manifestó que la juventud necesita conocer que la edad biológica ideal de la maternidad está más hacia los 25 años de la mujer. Mucho se puede hacer, como preparación remota, si la mujer aprende a reconocer los signos y el significado de su ciclo menstrual. Además. esto permitiría ganar en salud mucho antes. “La sociedad nos lleva a normalizar que la menstruación duele y la medicina a paliar síntomas en lugar de profundizar y llegar a la causa del dolor”, añadió.

Venancio Carrión y su esposa dedican su actividad en este campo a través de la Asociación Naprotec, donde se acompaña a los matrimonios infértiles y a las mujeres con desarreglos en el ciclo para ayudarles a afrontar estas situaciones sin hacerse daño y realizando un proceso médico con la ayuda de la Medicina Restaurativa de la Fertilidad.

Comunicación Montalegre

La Virgen del Santuario de Torreciudad acogió a ochenta personas del barrio del Raval de Barcelona

Cada año en la primera semana del mes mayo, dedicado universalmente a la Virgen María, la Iglesia de Santa María de Montalegre organiza una romería al Santuario de Torreciudad, ubicado en el Pirineo de Huesca. En esta ocasión la romería se organizó para el primer día de mayo de 2024.

Se siguió el programa establecido. A las 7 de mañana se reunieron todos los peregrinos en la Ronda de Sant Antoni de Barcelona, en su mayoría del barrio del Raval de Barcelona, relacionadas con las entidades de Terral, Braval y Montalegre. Ochenta personas llenaron dos autocares, rumbo a Torreciudad.

Fueron recibidos en el punto de acogida del santuario por el rector D. Ángel Lasheras. A continuación, los peregrinos pudieron ver un vídeo de testimonios que se habían encomendado a la Virgen de Torreciudad, siendo sus relatos muy emotivos. Seguidamente procesionaron con la réplica de la Virgen de Santa María de Montalegre de Barcelona, la cual forma parte de las imágenes del Museo de Imágenes del Santuario, que también es visitable por los peregrinos. La procesión finalizó cuando la imagen de la Virgen se depositó al pie del presbiterio.

Una vez en el interior del templo los peregrinos pudieron visualizar el Video-maping del retablo de alabastro que es siempre una gran catequesis, la capilla del Cristo Vivo o darle un beso al medallón de la Virgen. A su vez, los fieles pudieron ir confesarse, un momento muy apropiado para ponerse en paz con Dios, como así fue para muchas personas.  La celebración de la santa misa culminó aquella mañana llena de emociones y gracias recibidas.

El almuerzo se hizo con los propios avituallamientos en un local del santuario. Antes  del rezo del santo rosario en el templo, hubo tiempo libre para pasear por el nuevo sendero del Vía Crucis, o por el camino que lleva a la ermita de Nuestra Señora de Torreciudad.

¡No llovió! A pesar de ciertas previsiones y de un trayecto largo como es el de ir de Barcelona hasta el santuario, y volver al inicio del encuentro. Tanto al ir como al volver se rezaron los rosarios para completar la romería, rezando muy especialmente por los más necesitados, en la que abundaron las peticiones, los agradecimientos y la humildad en el perdón, no importándole a Nuestra Madre común el origen multicultural de todos los fieles.

 

Isabel Hernández Esteban

Fotos, Florentino Ysern

Fe y razón en el Cristianismo y el Islam

Crónica enviada por Daniel Arasa. periodista

 

Emili Boronat, profesor de la Facultad de Humanidades y Comunicación de la Universidad Abat Oliba CEU, pronunció en la Sala de Actos de la Montalegre la conferencia titulada “Fe y Razón en el Cristianismo y el Islam”. Abundó sobre todo en lo referente al Islam.

En la presentación del ponente, Daniel Arasa, presidente de la Plataforma per la Familia, hizo referencia al deseo del ser humano de conocer la verdad, en todos los aspectos. Muchos conocimientos derivan de la observación, y, en general las fuentes del conocimiento son la razón y la fe. No hay contradicción entre ellas porque ambas han sido creadas por Dios y están encaminadas a la búsqueda de la verdad desde puntos de vista distintos y complementarios. Señaló que, sin la fe, la razón y la ciencia no llegan a conocer el sentido último de muchas cosas, en tanto que la fe sin la razón puede llevar al fanatismo.

El profesor Boronat. Entre otras muchas ideas, expuso las siguientes:

Islam

Mahoma (que murió en el año 632 de la era cristiana) nunca quiso que se recogieran por escrito sus enseñanzas. Esto no se hizo hasta el tercer sucesor, unos 30 años más tarde. Se recurrió a siete memoriones (personas que recordaban mucho de tales enseñanzas) y se procedió a la destrucción del resto de aportaciones.

El Corán no es “revelado”, sino literalmente “descendido” del Cielo. Según alguna tradición islámica ello se produjo en bloque, en lo que denominaron “Noche del destino”.

No hay sabiduría ni antes ni después del Corán. Éste no es una creación de Mahoma sino una retransmisión material a través del arcángel Gabriel.

El Corán no se interpreta, sino que se considera de naturaleza divina. No es interpretable ni es posible revisar en función del reconocimiento de épocas históricas. Interpretarlo del modo que sea es profanar lo divino, es blasfemia. Por ello no cabe una revisión crítica.

La revelación coránica es dogma fundamental.

En el Islam hay una profunda compenetración de componentes políticos, sociales y morales.

El Islam es una religión muy normativa. No lo practican tanto como vida privada, sino como ritual que da sentido de pertenencia. Hay un sincronismo colectivo muy decisivo, como se puede ver (por ejemplo) en la celebración de Ramadán o en la peregrinación a La Meca.

Para el Islam no existe un orden natural, sino que lo natural es ser musulmán.

Para el Islam hay fe en Alá y en sus enseñanzas, las cuales hay que aceptar con sumisión. No espacio para la razón.

 

Cristianismo

 

En el Cristianismo la revelación se hace a través de la historia y tiene su plena culminación en Cristo.

Dios (en el Cristianismo) inspira, revela, pero deja libertad.

Dios (en el Cristianismo) es amor, y el hombre está ante el abismo de la libertad. Puede rechazarle.

En el Cristianismo hay una relación entre lo natural y lo sobrenatural.

Actuar contra la razón va contra el querer de Dios, como dijo el papa Benedicto XVI en su discurso de Ratisbona.

Grecia enseñó a pensar, e Israel tuvo fe sin aportar una filosofía, pero ambas sirvieron para el Cristianismo.

 

Punto de encuentro

El profesor Emili Boronat considera que hay una diferencia diametral entre las dos religiones, y solo puede haber punto de encuentro si se habla de la naturaleza humana, ver qué lugar ocupa el ser humano en el mundo y en la misericordia de Dios. Hablar de ello dejando claras cuales son las posiciones.

Por el contrario, Boronat rechazó el multiculturalismo, por considerar que a lo único que lleva a que se vaya renunciando a unos aspectos y otros, incluso fundamentales. “Y ya se ve donde han caído las sociedades occidentales. Una muestra de ello es la reciente aprobación del aborto como un derecho por el Parlamento europeo”, afirmó, a la vez que puso en evidencia que para muchos musulmanes es escandalosa la forma de vivir de gran parte de la población de Occidente, que consideran una verdadera depravación.

Comunicación Montalegre

María, mujer eucarística

Mes de mayo, mes de María. Continuando con nuestras reflexiones mensuales sobre la Eucaristía, vamos a recordar unas palabras de San Juan Pablo II recogidas en su Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, con la que ampliaba el Santo Rosario con los misterios de luz y nos hacía contemplar en ellos la Institución de la Eucaristía. De esta manera “al descubrir en toda su riqueza la relación íntima que une Iglesia y Eucaristía, no podemos olvidar a María, Madre y modelo de la Iglesia. Efectivamente, María puede guiarnos hacia este Santísimo Sacramento porque tiene una relación profunda con él”.

“A primera vista, el evangelio no habla de este tema. En el relato de la institución, la tarde del Jueves Santo, no se menciona a María. Se sabe, sin embargo, que estaba junto con los apóstoles, concordes en la oración (cf. Hch 1, 14), en la primera comunidad reunida después de la Ascensión en espera de Pentecostés. Esta presencia suya no pudo faltar ciertamente en las celebraciones eucarísticas de los fieles de la primera generación cristiana, asiduos en la fracción del pan (Hch 2, 42).”

“Pero, más allá de su participación en el banquete eucarístico, la relación de María con la Eucaristía se puede delinear indirectamente a partir de su actitud interior. María es mujer eucarística con toda su vida. La Iglesia, tomando a María como modelo, ha de imitarla también en su relación con este santísimo misterio”. Descubriremos, al contemplar la actitud de María durante toda su vida, su constante adoración, gratitud, petición a favor de las necesidades de los demás y su unión en la cruz al misterio redentor.

“María está presente con la Iglesia, y como Madre de la Iglesia, en todas nuestras celebraciones eucarísticas. Así como Iglesia y Eucaristía son un binomio inseparable, lo mismo se puede decir del binomio María y Eucaristía”. Procuremos descubrir la presencia de María al participar en la Santa Misa.

Mn. Xavier Argelich.

Con gozo celebramos el Tridu Pascual de Resurrección

En esta Octava de Pascua hacemos memoria del gozo recibido en el Tridu Pascual de Resurrección vivido en la semana santa de 2024. La Iglesia de Santa María de Montalegre los tres días se ha llenado de fieles, que con recogimiento, piedad y silencio han participado activamente en las tres celebraciones.

La solemnidad de la Cena del Señor

El día 28 de marzo de 2024 fue el Jueves Santo. Para esa tarde los cánones de la Iglesia Católica tienen establecida una sola celebración, la llamada La Cena del Señor. En la celebración Eucarística se hace el memorial de la institución de dos sacramentos, el de la Eucaristía y el del sacramento del Orden Sacerdotal. Además, Jesucristo instituye un mandamiento nuevo, el de la Caridad. Por lo tanto, las vestiduras de los sacerdotes son blancas. No obstante, siendo el gozo muy grande, el Evangelio según san Juan nos sitúa en las palabras, gestos, diálogos, ocurridos en la Cena del Señor, acontecimientos previos a la traición de Judas, a la que siguen los hechos de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

En la homilía, Mn. Lluís Tusquellas, nos dijo que el Jueves Santo es uno de los días más grandes del año. Hoy, rezando con Jesús, Él se hará presente en nuestra vida pues instituirá la Eucaristía. Con esas palabras que decimos en la Consagración de la misa, Jesús nos regala su cuerpo y su sangre. En la Eucaristía podemos unirnos a Jesús. No podemos rechazar la venida del Señor. Es la acción más grande y trascendente, nuestra unión con la sangre y el cuerpo del Señor nos transporta a otra realidad. Dios te quiere porque eres tú, Dios nos ama a cada uno. Tal cual eres te quiere a ti con tu intimidad. Hoy es la revelación, Dios se hace como apariencia de cosa y quiere saber de ti y de tu interior. Le diremos sí al Señor.

En el Jueves Santo, el Señor da ese poder a los discípulos: Haced esto en memoria mía, desligados de las ataduras de la tierra. A su vez hoy es el día del Amor fraterno, lo que hace feliz a los demás, a todo el mundo. Al lavar los pies a sus discípulos les dice Jesús que solo ama quien sabe servir. Hermanos, pidamos la gracia para poder participar en la Eucaristía con un corazón sensible capaz de servir.

Siguió la santa misa hasta el final, pero con la particularidad de llevar al Señor en procesión por el pasillo central del templo hasta el sagrario de la Capilla del Santísimo, precedido de la cruz procesional, grandes candelabros, laicos y los sacerdotes celebrantes, todo ello acompañado del canto Pange Lingua, gloriosi, Corporis mysterium que cantamos todos los fieles, dirigidos por la soprano Rosa Parellada.

El Monumento de la capilla lucía especialmente por los arreglos florales y de ramas aromáticas, el brillo del sagrario, el incienso humeante y el amor de los asistentes que se trasmitía con fe y recogimiento. Una vez cerrado el sagrario, el rector se puso al cuello la llave para guardarla y protegerla hasta la Vigilia Pascual.

Las cruces se cubren, ha muerto el Señor

Al día siguiente, en la mañana del Viernes Santo se rezó el Via Crucis. Por la tarde, nuevamente a las 17h. numerosos fieles acudieron a Montalegre ataviados de color oscuro, por respeto a los hechos que se iban a vivir, en el memorial de la Crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo. La Capilla del Santísimo estaba sin iluminación. El Señor había muerto por nosotros. El celebrante que presidía el Oficio explicó que tenía tres partes: La liturgia de la Palabra, en la que se leyó la Pasión de Nuestro Señor según san Juan; la Adoración a la Cruz y por último la Comunión, que estaba en la Reserva desde el día anterior, pues en el Viernes Santo no se realiza la consagración.

En la homilía, Mn. Manel Mallol nos dijo que habíamos seguido el relato de La Pasión, no solo hoy mismo sino también en el Domingo de Ramos y en el Via crucis de esta mañana. La vivimos con fe, y conocimiento histórico de que los hechos fueron así. Podemos preguntarnos quién es el otro protagonista, además de Jesús ¿santa María? ¿los apóstoles? ¿san Juan que estuvo al pie de la Cruz con María y otras mujeres? No. Somos cada uno de nosotros el otro protagonista junto a Jesús. Al leer el Evangelio y meditarlo no debemos hacerlo como algo que ha pasado, sino leer el Evangelio como si estuviera sucediendo ahora mismo. Sin ti, sin mi tampoco habría habido La Pasión, pues Jesús muere para salvarnos.

Fomentemos la lectura de la Pasión viviéndola, así estaremos en cada encuentro con Jesús y las personas que le salen al paso en la subida al calvario, como el Cireneo, la Verónica, las santas mujeres, dejando nuestros pesos y nuestros cargos. Pensemos en los detalles que le brindaron, llevar la cruz, secar la sangre y el sudor, de esta manera también nosotros podremos hacer obras de caridad. Para resucitar hemos de morir primero, para la conversión es necesario morir a muchas cosas, pues nadie resucita sin haber muerto antes, es decir, se trata de morir a uno mismo con la esperanza de la resurrección.

La adoración a la Cruz

La procesión de la Cruz se inició al fondo de la nave, detrás caminaban los celebrantes y los laicos llevando los candelabros encendidos. Llegados del altar se inició la adoración. A continuación, los fieles con pausa y recogimiento, fueron acercándose para besarla, para hacer una reverencia o una genuflexión, a su vez dos laicas recogieron las limosnas que los adoradores iban depositando.

Después recibimos la comunión.

Al día siguiente, sábado, fue el Día del Silencio, todas las iglesias católicas se mantienen cerradas hasta la celebración de la Vigilia Pascual.

 Lumen Chisti, Deo Gratias

 Al atardecer se inició la Vigilia Pascual, adelantándonos a los hechos que iban a producirse al tercer día, es decir, al alba del domingo. La Iglesia de Santa María de Montalegre quedó a oscuras, al fondo de la nave se prendía el fuego con el que se iban a iluminar el Cirio Pascual y todas las velitas de los fieles asistentes, se iniciaba así una celebración larga, pero los presentes lo sabíamos.

Mientras se encendían las velas, la procesión del Cirio inició su marcha desde el fuego incensado al altar mayor. Los cantos se repetían Lumen Chisti, Deo Gratias. El rector leyó por entero el Pregón Pascual. A continuación, se anunció la Liturgia de la Palabra, consistente en siete textos del Antiguo Testamento (extractos del Génesis, del Éxodo, y de los profetas Isaías, Baruc y Ezequiel) con sus correspondientes salmos, tres de los cuales fueron cantados, y siete oraciones después de los salmos. Seguidamente, se leyó un fragmento de la epístola de san Pablo a los romanos y el Evangelio según san Marcos.

El rector, Mn. Xavier Argelich, en su homilía dijo que el Pregón y las lecturas del Antiguo Testamento nos explican la historia de la salvación la cual se ha cumplido en el Nuevo Testamento. Repitiendo Lumen Chisti, Deo Gratias nos abrimos paso hacia la luz de la Resurrección, como aquellas santas mujeres se abrieron paso y vieron a Jesús resucitado, Salomé, María Magdalena, María de Santiago. San Pablo nos dice que caminemos hacia una nueva vida y ahora la empezamos. Dejémonos renovar por el Señor.

Esas mujeres se encuentran a un hombre vestido de blanco y les explica la Novedad. Que sea Novedad también para nosotros para que nos renueve interiormente renovando de nuevo nuestra fe. Seremos anunciadores de Cristo, provoquemos la revolución del amor de la familia, con ese anuncio volverán muchos a Cristo, amemos al Hijo de María.

Fue una noche santa llena de signos el fuego, el cirio, la Luz y la Palabra. La renovación de las promesas bautismales, la aspersión del agua bendita y el humo del incienso, nos envolvió a todos los presentes y nos sentimos pletóricos y preparados para renovar nuestra fe.

Detalles de las celebraciones

Todos los servicios litúrgicos de las celebraciones fueron realizados por numerosos laicos y laicas de Montalegre: portadores de candelabros, cruces procesionales, velas, bandejas de comunión y el agua bendita; todas las lecturas de textos muy diversos y salmos; monaguillos y otros servicios del altar; recogidas de las limosnas; el encendido del fuego en la Vigilia Pascual; el cubrimiento de la Cruz en el Viernes Santo; y especialmente la soprano y el organista, que con sus cantos y músicas no cesaron de ayudar a nuestras almas y al ánimo para elevarlos al cielo.

Se agradece a todos ellos su inestimable colaboración pues sin ellos no se hubiera podido celebrar tal como se hizo.

Por otra parte, han concelebrado de cuatro a cinco sacerdotes en cada celebración, otro presbítero hizo de maestro de ceremonias, y dos más confesando siempre, de la Prelatura del Opus Dei.

El conjunto de todo ello nos ha producido un gran gozo, que será duradero ¡gracias a Dios!

Isabel Hernández Esteban

¡El Señor ha resucitado!

Este es el anuncio que la Iglesia proclama desde hace siglos, el mismo que durante estos días de Pascua resuena sin cesar en la Liturgia, como un canto de alegría que llena de esperanza nuestra vida. Una esperanza que es sobrenatural y, por lo tanto, no es un simple deseo de alcanzar algo que no se tiene, como las esperanzas puramente terrenas, que a menudo no llegan a realizarse y, cuando se cumplen, dejan siempre un poso de insatisfacción. No, es una esperanza teologal y por lo tanto cierta, segura y de la cual ya disfrutamos en esta vida porque la resurrección de Cristo nos pone en condición de conocer y de gustar los bienes eternos que esperamos alcanzar con plenitud en la vida eterna.

La Santa Misa nos hace presente constantemente esta esperanza, por eso, la comunión eucarística es prenda de vida eterna. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, así nos lo ha asegurado el mismo Cristo. Además, la Santa Misa es el memorial de la muerte y resurrección de Jesucristo. Es memorial, no sólo memoria o recuerdo de algo que pasó. La palabra memorial significa que el Sacrificio del Calvario y la Resurrección de Cristo se hacen presentes cada vez que se celebra la Misa. Es decir, la Santa Misa es el mismo sacrificio de la Cruz que se renueva sobre el altar. Cristo se vuelve a ofrecer a Dios Padre por nosotros.

La misa, al ser el memorial del misterio pascual de Cristo, nos convierte en partícipes de su victoria sobre el pecado y la muerte y da significado pleno a nuestra vida. Nos llena de esperanza y nos impulsa a llevar esta esperanza a los demás. El tiempo pascual que iniciamos es un tiempo eminentemente eucarístico y, si lo vivimos así, nos ayudará a buscar en todo lo que hacemos a Dios y nos impulsará a anunciar que Cristo vive y nos invita a seguirle llenando de verdadera esperanza nuestra existencia.

¡Feliz Pascua de Resurrección!

Mn. Xavier Argelich

La Cruz es la culminación de la divinidad de Cristo

La frase de san Josemaría Escrivá BUSCAR a CRISTO, ENCONTRAR a CRISTO, AMAR A CRISTO nos anima en esta Semana Santa 2024 a meternos como un personaje más en la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo para culminar con la Pascua de Resurrección.

La celebración del Domingo de Ramos es especial y única, no hay otra igual en la liturgia de la Iglesia. Vemos como Jesús entra en Jerusalén, las gentes lo aclaman, ponen sus vestidos en el suelo para que su pollino no pase por encima de barro u otras cosas, basura o excrementos de los animales, sino que entre en la ciudad santa como un rey, aclamado con gritos de alegría.

El pueblo conocía sus milagros y habían oído sus Palabras de Vida. A pesar de todo ello, Jesús ya sabía que en pocos días sería clavado en la Cruz según lo habían anunciado los profetas. A los tres días resucitará tal como Él mismo había predicho. El celebrante lee textos, salmos, el Evangelio y después, los fieles también aclamamos con cantos, movemos las palmas, palmones, los ramos de laurel y hierbas aromáticas y el celebrante los bendice, también nos bendice a nosotros con mucha alegría y agua bendita.

Sigue una procesión con más cantos y los fieles entramos ya en el templo y continúa la santa misa con más lecturas y salmos cantados. A continuación, se proclama el Evangelio que es toda la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo que termina con la Resurrección. Con todo tipo de detalles, los evangelistas relatan los hechos ignominiosos de la Cruz. En este año 2024, que es el Año Litúrgico B, se lee la Pasión de san Marcos.

A lo largo de la Semana Santa se profundiza en la entrega de Jesús al hacer la voluntad de Dios hasta el extremo pues, siendo Dios, se deja crucificar por este pueblo de corazón duro, sordo y olvidadizo que ya no se acuerda de los grandes bienes que Jesús ha hecho por ellos.

Pero más que nunca, recordemos que la Cruz de Cristo no es un fracaso: La Cruz es la culminación de su divinidad y con la Resurrección demuestra su Gloria.

Isabel Hernández Esteban

Encarga una misa: Rezamos por los vivos y por los difuntos

Una de las siete obras espirituales de misericordia nos invita a orar por los vivos y por los difuntos. La santa Misa es la renovación del santo sacrificio de Cristo en la Cruz, donde Jesús dio por Amor su vida por cada uno de nosotros.

Encargar una misa es la mejor forma que tenemos de rezar por quien amamos y hemos amado, ya que la misa es oración y amor. La Eucaristía es el acto de Amor más sublime y santo que se celebra todos los días en la tierra.

Ofrecer la santa misa por algún motivo o persona es una bonita tradición muy antigua. Son muchas las razones por las que se puede ofrecer una misa. Desde solicitar una gracia particular, pedir por la salud de un enfermo, dar gracias por la intercesión de un beato o santo y, por supuesto, por el descanso en paz de un ser querido.

Como bien nos enseña la Iglesia, cuando algún muerto, aunque éste puede dejar su vida terrenal en el estado de amistad con Dios, podría darse la situación de que no se encontrara completamente santificado.

Los católicos creemos convencidos de que la misa tiene efectos de reparación.

En numerosas ocasiones esta es la razón que anima al donante a ofrecer la misa, ayudar a esa alma a salir del purgatorio, liberarla de sus penas y así poder disfrutar lo antes posible de la Gloria eterna.

Como dejó por escrito el santo cura de Ars, Mn. Juan María Vianney: La santa misa tiene un valor infinito, alegra a toda la corte celestial, alivia a todas las almas más olvidadas del purgatorio, lleva sobre todos nosotros toda clase de bendiciones y, por encima de todo, da gloria a Dios.

¡Encargar una misa es, sin duda, el regalo más bonito que podemos hacer! Cuando el sacerdote celebra la Eucaristía allí estamos todos los asistentes en nombre de todo el pueblo de Dios, y supone un verdadero consuelo para quien ha encargado esa misa, saber que son muchos los que se unen a esa oración.

Por último, recordemos que, en el caso de querer encargar una misa o un conjunto de misas por una intención, se puede:

Llamar a Secretaría de lunes a viernes en el teléfono 933014347.

Enviar correo electrónico: secretariamontalegre@gmail.com

Pedir en la Sacristía directamente.

 

Comunicación Montalegre

 

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