Subió a los cielos

La liturgia de la Palabra de este tiempo pascual nos presenta las diversas apariciones de Cristo resucitado a los apóstoles, a algunas mujeres y a otros discípulos, que llenos de alegría escuchan sus últimas enseñanzas sobre el Reino de Dios. A los cuarenta días de la resurrección el Hijo vuelve al Padre. Después de enviarlos al mundo entero a predicar el Evangelio y a bautizar a los que crean en Él, y después de prometerles la venida del Espíritu Santa, mientras los bendecía asciende al cielo y se sienta a la diestra de Dios Padre. Así de sencillo, así de maravilloso.

Cristo, como hemos visto en los meses precedentes, vino al mundo para redimirnos del pecado y conducirnos a la perfecta unión con Dios, por eso, la Ascensión de Jesús inaugura la entrada en el cielo de la humanidad. Jesús es la Cabeza sobrenatural de los hombres, como Adán lo fue en el orden de la naturaleza. Como la Cabeza está en el cielo, también nosotros, que somos sus miembros, tenemos la posibilidad real de alcanzarlo, y a eso estamos llamados. Tal como Él nos ha dicho, se ha ido para prepararnos un lugar en la casa del Padre, para que dónde esté Él, estemos nosotros. ¡No deseemos nada más que llegar hasta Él!

Sentado a la derecha del Padre, Jesús continúa su ministerio de Mediador universal de salvación. Por eso, la Iglesia nos recuerda que “el Señor reina con su humanidad en la gloria eterna del Hijo de Dios, intercede incesantemente ante el Padre en favor nuestro, nos envía su Espíritu y nos da la esperanza de llegar un día junto a Él, al lugar que nos tiene preparado” (Compendio, 132).

Diez días después de la Ascensión al cielo, Jesús envió el Espíritu Santo a los apóstoles, reunido con María, la Madre de Jesús. Y continúa enviándole a los que lo aman. Este mes, junto a María preparémonos para celebrar las fiestas de la Ascensión del Señor y de Pentecostés.

Mn. Xavier Argelich

¡Qué noche tan dichosa en que se une el cielo con la tierra, lo humano y lo divino!

La celebración de la Vigilia Pascual que se celebró en la Iglesia de Santa María de Montalegre el sábado santo 8 de abril de 2023 a las 20h, es uno de los acontecimientos litúrgicos más bellos a los que podamos asistir. En ella, sin lugar a dudas, se celebra la Eucaristía no obstante se añaden, pues así está establecido, otros ritos que son los propios de la Vigilia Pascual. Además, es costumbre que, si hay catecúmenos, en aquella noche se proceda a bautizarlos, y según la edad de cada uno de ellos, pueden recibir el sacramento de la confirmación y por supuesto la primera comunión. Todo ello implica una amplia preparación de la celebración, tanto de los celebrantes como de los catecúmenos. Cada sacramento se imparte uno a uno a cada persona y en el momento de la celebración que corresponde.

Nuestra velada iba a ser larga pero muy gozosa, como dice el pregón ¡Qué noche tan dichosa en que se une el cielo con la tierra, lo humano y lo divino!

La bendición del fuego, Lumen Christi

Los fieles nos habíamos congregado nuevamente en asamblea. El templo estaba semi en penumbra. Habíamos tomado al entrar las velitas de pascua, el pregón y la hoja de los cantos que íbamos a exultar a lo largo de la celebración. Todos los útiles y utensilios para encender el fuego y el cirio pascual se habían dispuesto sobre una mesita al fondo de la nave central. Según salían de la sacristía los sacerdotes, los sacristanes y acólitos se dirigieron hacia allí. Mn. Josep Miquel Bombardó que había sido el maestro de ceremonias en los otros dos días santos, también dirigió la Vigilia Pascual.

Mn. Xavier Argelich leyó el Saludo mientras un sacristán prendía el fuego y a continuación el celebrante lo bendecía. Leyó otras oraciones y se encendió el cirio Pascual que estaría prendido todo el tiempo pascual Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu. Una vez encendido el cirio, con aquella luz se fueron encendiendo todas las velitas de los allí presentes y al tiempo que cantábamos Lumen Christi, Deo grátias.

 

Exsúltet (Pregón Pascual)

La proclamación del Pregón la interpretó el sacerdote polaco que atiende en Montalegre Mn. Michal Twarkowski que nos llamó gratamente la atención por su espléndida voz grave o de barítono. Además, cantó a capela, es decir, sin ningún instrumento musical ni el órgano.

Terminado el pregón, todos apagamos las velitas y nos sentamos.

La liturgia de la Palabra

La primera parte de esta liturgia contiene hasta siete lecturas, siete salmos y sus correspondientes oraciones, del Antiguo Testamento. En esta vigilia se leyeron las lecturas del Libro del Génesis, del Libro del Éxodo y del profeta Ezequiel. A continuación, la epístola de san Pablo a los Romanos. El evangelio según san Mateo, es aquel tan esperado que reza así En la madrugada del sábado al alborear el primer día de la semana fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro…

Ciertamente por variadas razones en muchos lugares del mundo se ha adelantado la hora de la celebración de la Vigilia Pascual, pero en otros tiempos, en otros siglos, la cristiandad la celebraba de madrugada para hacerla coincidir con la descripción de los hechos del evangelio.

Inmediatamente después el rector tomó la palabra. Su homilía fue una introducción a las liturgias sacramentales que iban a proseguir.

¡Jesús ha resucitado! Esto es lo que anunciamos, es el fundamento de la vida del cristiano y ahora en esta Vigilia compuesta de tantos signos, ritos, palabras y cantos nos lo cuenta todo y nos encamina a la vida verdadera. El Cirio Pascual encendido nos recordará que hemos sido renacidos del pecado y de la muerte. Esta es la verdad revelada. Seguidamente serán bautizadas Dámaris, Ana Ivon y Carlota, se les borrará el pecado original y todo lo demás por este gran don de la gracia. A su vez, recibirán por primera vez la Eucaristía que nos ayuda a crecer cada día en amor a Dios, seréis de Dios y Dios será vuestro. También la confirmación las dos adultas y la menor recibirá la confirmación junto con sus compañeras del colegio. Bienvenidas a la familia de Dios, no tengáis miedo ¡Jesús ha resucitado!

 

Liturgia de sacramentos

Se inicia con el canto de las Letanías de los santos y otras oraciones propias del rito bautismal. El sacerdote bendice el agua bautismal y lee con las manos juntas el texto bendicional en el presbiterio donde se habían preparado los utensilios incluida la concha para bautizar. El sacerdote sumerge el Cirio Pascual en el agua al tiempo que lee unas oraciones. Seguidamente invita a cada catecúmena a que responda a las promesas bautismales, una a una. Se procedió a continuación a la imposición de manos de los tres sacerdotes, el que presidía y los que concelebraban, así como los ritos de la confirmación con la autorización previa de la archidiócesis, en la que el confirmante se acerca de nuevo al presbiterio acompañado del padrino o padrina.

Acabados los ritos, las familias y los fieles aplaudimos con gran alegría.

 Al final de la celebración

Siguió la misa por los cánones habituales, con gran exultación de los presentes pues vivimos con intensidad la celebración de la bienvenida de nuevos catecúmenos a la Iglesia. Las primeras personas que recibieron la Comunión fueron ellas tres, como había de ser.

Con respeto, pero sin ceremonial, Mn. Mallol guardó la Reserva en el sagrario de la Capilla del Santísimo al tiempo que el sacristán, Sr. Eulogio, que se había ocupado como siempre del fuego, encendió aquella vela que nos dice Aquí está el Señor. Otro sacristán guardó la llave a buen recaudo. En la despedida, el rector dio las gracias expresamente a la soprano Sra. Rosa Parellada, al organista Sr. Pere Mateu y a Mn. Michal por sus interpretaciones en una celebración tan especial y a todos los presentes.

En el atrio nos esperaba una porción de un bizcocho de almendras, riquísimo, realizado por una familia filipina colaboradora de Montalegre

¡Felices Pascuas!

Isabel Hernández Esteban

Hoy acompañamos a Cristo con ese peso de la cruz y dejaremos que nos salve y nos ame

A la hora nona muere Jesús en la cruz asfixiado y de fiebre tetánica por la paralización de los músculos respiratorios que finalmente causaron la parada cardíaca. De este modo tan cruel, después de más de veinticuatro horas de torturas y tormentos, humillaciones y escupitajos, Jesús expira. Pero si alguien pensase que es un fracaso, en abundancia de bien al tercer día resucitó y esa Resurrección se convierte en el fundamento de nuestra fe. No es baladí esta celebración. Al contrario, nos une a todos los cristianos al árbol de la cruz.

El Viernes Santo lo celebramos en Montalegre el 7 de abril de 2023 a las 5 de la tarde.  Minutos antes del inicio de la Celebración de la Pasión del Señor, el sacerdote maestro de la ceremonia se dirigió a los fieles para explicar en qué iba a consistir el oficio del Viernes Santo, pues no se trataba de la santa misa que conocemos. Se trataba de una celebración litúrgica que siguiendo los cánones de la Iglesia tiene tres partes. No hay ofertorio ni consagración ni cantos de gloria ni aleluyas. La cruz del baldaquino del presbiterio de la Iglesia de Santa María de Montalegre estaba cubierto con pieza de ropa morada.

Primera parte, la Palabra

Al inicio de la celebración, los tres sacerdotes celebrantes se postraron en el suelo e hicieron oración en silencio. Los fieles en pie también rezamos. El altar estaba desnudo, los candelabros sin velas, ni música ni cantos.

Siguieron las lecturas de oraciones, un fragmento del Libro de Isaías, el Salmo 30 y un fragmento de la carta a los Hebreos de san Pablo. Después de expresar la Gloria y la Alabanza a ti Cristo, los tres sacerdotes leyeron el Evangelio de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

La homilía del rector

Cristo cumple la voluntad del Padre para darnos esa vida sobrenatural que es el camino que nos da a conocer a Dios. Hemos escuchado con fervor y silencio las lecturas en un día de dolor, pena y ayuno en el que Cristo se encamina hacia la cruz porque Cristo quiere que alcancemos la vida eterna. Hoy queremos adorar la cruz, abrazándola con nuestro corazón. Y la cruz pesa porque suma todos los pecados de la humanidad, los nuestros también y por ello necesita al Cireneo. Hoy acompañamos a Cristo con ese peso de la cruz y dejaremos que nos salve y nos ame. Procuremos mirarnos a nosotros mismos en la cruz y preguntémonos ¿Mi vida es una entrega total al prójimo? ¿Deseo identificarme con Cristo? Hemos de vivir en servicio a los demás, muriendo a nosotros mismos, aceptando y amando la cruz. Dolor y sufrimiento es signo de Esperanza, mirar al crucificado es mirar nuestra Esperanza.

A continuación, siguió el episodio de la Oración Universal que contiene diez plegarias extensas con su petición especial a Dios todopoderoso y eterno.

Todo ello lo podemos leer en los libritos de apoyo de la Semana Santa o en alguno de nuestros dispositivos electrónicos, pues son textos universales por lo que cada año es igual en todo el mundo católico.

 

Segunda parte, la Adoración a la Cruz

El sacerdote presenta la cruz a la asamblea de fieles tres veces diciendo Mirad el árbol de la cruz. La cruz sale en procesión por todo el templo cuyos fieles la miran y la adoran. En ese momento se elevan los cantos de adoración que nos invitan a mirar el árbol de la cruz y todos respondemos Venid a adorarlo. Al pie del presbiterio se sitúa el sacerdote que lleva la Cruz, y uno a uno todos los asistentes pasamos a reverenciar, tocar o besar la cruz. En el recorrido de vuelta a nuestro asiento, pudimos depositar una limosna que se recoge para los Franciscanos Custodios de los lugares santos en Tierra Santa (Israel). Así se hace en todos los templos católicos en esa celebración.

 

Tercera parte, Reserva y Comunión

A aquella hora el sagrario de la Capilla del Santísimo no estaba vacío,  pero no brillaban las luces de las velas porque Jesús había muerto. La reserva era del día anterior. Los fieles nos acercamos a recibir la comunión cantando Perdona a tu pueblo Señor, perdona a tu pueblo, perdónale Señor.

Finalizó la celebración. No se podía hacer nada más pues habíamos de esperar a que se cumpliera la profecía de que Jesús resucitase al tercer día. Y con esa alegría de la Resurrección de Cristo nos íbamos a congregar de nuevo en Montalegre, en la Vigilia Pascual.

Isabel Hernández Esteban

Padeció, murió y resucitó

Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre para redimirnos y salvarnos, después de recorrer toda Palestina, durante tres años, se apresura a subir a Jerusalén por última vez. Lo hace junto a los Apóstoles que lo siguen dispuestos a morir con Él.

El Señor entra en Jerusalén y el pueblo le sale al encuentro con alegría y júbilo. Lo aclama como Mesías y Rey. Las ramas de olivo, palma y laurel, los mantos extendidos en el suelo y los gritos de alabanza nos ayudan a descubrir a Cristo Salvador. El Hijo de Dios hecho hombre es reconocido como el Mesías anunciado y esperado.

Pero Jesús entra en Jerusalén para padecer y morir en la cruz. Y es precisamente aquí, como nos dice el Papa Francisco, donde resplandece su ser rey según Dios: su trono regio es el madero de la cruz. Su amor por nosotros llega hasta el extremo. Cumple la voluntad de su Padre Dios, padeciendo toda su pasión y muerte por amor a cada uno de nosotros, para rescatarnos de la muerte, purificarnos del mal, perdonarnos nuestros pecados y obtenernos la vida eterna.

¿Cómo no vamos a sumergirnos en este gran misterio de nuestra fe? Los acontecimientos que celebramos en la Semana Santa son la manifestación más sublime del amor de Dios por el hombre, creado a su imagen y semejanza. Por eso, son días propicios para volver a despertar en nosotros un deseo más intenso de unirnos a Cristo y seguirle generosamente, conscientes de que nos ha amado hasta dar su vida por nosotros. Estos días santos procuraremos sumergirnos, mediante la contemplación y la celebración, en el derroche de amor de Dios por nosotros y buscaremos corresponder con obras concretas a tanto amor.

Cristo muere pero al tercer día resucita. Esta es la gran verdad que proclamamos y anunciamos llenos de alegría. Su resurrección da sentido y fundamenta nuestra fe. Cristo vive y quiere vivir en ti y en mí. Abrámonos a la gran verdad que ilumina el mundo entero y vivamos siempre en ella.

Mn Xavier Argelich

En el Jueves Santo se celebra el memorial de tres sacramentos

Nos preparamos durante los cuarenta días de la Cuaresma, cada uno a su modo y como pudo. Como el calendario es inexorable, acabada la gran fiesta de aclamación a Jesucristo en el Domingo de Ramos, se iniciaba la Semana Santa. Algo estaba pasando pues en muchísimos lugares de nuestro país se iniciaron sin parar procesiones de imágenes de Jesucristo y de nuestra Madre del cielo. Además, se nos había pedido a los cristianos recogimiento, penitencia y algo de ayuno. Y así se ha ido haciendo.

Y llegó el Jueves Santo, el único día del año donde en el mundo católico se celebra una sola misa, busquemos donde busquemos. En Montalegre, la Ultima Cena del Señor se celebró con la máxima solemnidad, siguiendo los cánones de la Iglesia, el 6 de abril de 2023 a las 5 de la tarde. El templo se abrió una hora antes para quién quisiera, hiciera oración. A la hora en punto, se inició la procesión de sacerdotes que iban a celebrar, así como del maestro de ceremonias, también de acólitos que cumplieron en todo momento con las múltiples funciones que en una celebración de tal gravedad se despliegan.

Los cantos tan elevados en su contenido y en su interpretación nos llenaban de gozo. Las flores en el altar, las vestiduras de blanco, las velas encendidas, toda la iluminación y micrófonos en marcha y mucho incienso nos llevaban el alma hacia Dios y nos invitaba a una celebración de gran trascendencia para la Iglesia Universal y para cada uno de los fieles que en ella participamos.

El rector en la entrada nos dijo que Las instituciones que hoy se celebran nos muestran la gran misericordia de Dios.

La homilía de Mn. Manel Mallol

En primer lugar, comentó el pasaje de la lectura del Libro del Éxodo del Antiguo Testamento. Este relato nos enseña el origen de la Pascua, en la que Dios libera a los hebreos de la esclavitud de Egipto, que duró cuatrocientos años, y cuya liberación se produjo 1300 años antes de Jesucristo. En segundo lugar, narra como San Pablo explica la institución de la Eucaristía según se la habían explicado a él. Sigue con la explicación del texto leído del Evangelio de San Juan en el que Jesús descubre a Judas Iscariote en su infamia, les habla del mandamiento de la caridad, y de la institución del orden sacerdotal con aquella frase de Lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.

Dios no para de alimentarnos con su gracia, Él se esconde y se hace alimento. Esto es un don. Luego nos da un mandamiento que os améis unos a otros. La Eucaristía es mandamiento para los cristianos cada domingo. Y la Caridad también es un don. Si no lo fuera, no podríamos amar a los demás. Si tomo la Eucaristía me parezco más a Jesús. El pan se convierte en Cristo y nos abre nuestro corazón, y se hace así para que lo podamos comer. Somos el Pan que alimenta a nuestra familia.

La caridad es escuchar a los demás. Las personas que nos hablan merecen ser escuchadas. Dar paz y dar alegría y vivirlo en familia, en el trabajo, con los demás, pobres y enfermos. Hemos de querernos como los primeros cristianos que participaban en comunidad escuchando a los apóstoles y en la fracción del pan. Nosotros hemos de querer lo mismo.

 

La procesión al monumento

Después de la homilía, siguió la santa misa hasta que después de la comunión se iniciaba el traslado del Santísimo Sacramento con candelabros encendidos y cruz procesional por el pasillo central hasta depositar la Reserva en el Sagrario. Tal como está estipulado, el rector recogió la llave del Sagrario.

La capilla del Santísimo de Montalegre se llenó de gente para velar un rato en oración junto al Señor.

Se nos emplazó para el Viernes Santo por la mañana para el rezo del Viacrucis y a las 5 de la tarde para el Oficio de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

Isabel Hernández Esteban

Consuelo de León: Hay una fuerte relación entre pornografía y violencia de género

La profesora Consuelo de León Llorente manifestó que hay una fuerte relación entre la pornografía y la violencia de género, y que se han normalizado conductas que predisponen a la violencia. Tales afirmaciones las realizó durante la conferencia que pronunció sobre el tema ¿Sabemos qué está sucediendo con la violencia de género? en la sala de actos de la Iglesia de Santa María de Montalegre el 14 de marzo de 2023.

Añadió que los jóvenes están viendo pornografía en edad cada vez más temprana, y si antes era un actuar casi exclusivo de un alto porcentaje de chicos, también ha crecido entre las chicas. De otro lado, con las redes sociales se ha incrementado la violencia y, según estadísticas de diversos países, la mujer tiene el doble de probabilidades que los hombres de sufrir acoso sexual por esta vía.

La doctora Consuelo de León, responsable de Igualdad e Inclusión y directora del Observatorio de Políticas Familiares de la Universitat Internacional de Catalunya, Doctora en Administración de Empresas UPC, hizo un repaso al proceso legal e institucional dirigido a la identificación de la violencia de género y la lucha contra ella, tanto a nivel internacional como en España. Hizo referencia a las iniciativas de las Naciones Unidas, del Consejo de Europa y de diversos encuentros mundiales. Entre ellas destacó en 1999 la Declaración de la ONU del Dia Internacional de la violencia contra las mujeres y las niñas y el Convenio de Estambul de 2011 que amplió el concepto, pasando de la violencia contra las mujeres a la violencia basada en el género. Detalló también los cambios legislativos realizados en España.

Aportó datos como que 81.000 mujeres y niñas fueron asesinadas en 2021, el 50 por ciento de ellas en el entorno familiar; que el 70 por ciento de tales delitos fueron cometidos por hombres, y que, entre 2008 y 2017, el 95 por ciento de los asesinatos en el ámbito de la pareja fueron realizados por hombres. Asimismo, el 75 por ciento de los hombres asesinados lo fueron por otros hombres. De otro lado, según datos oficiales, es muy bajo el porcentaje de denuncias falsas por maltratos.

Aunque remarcó las cifras y su gravedad, y dijo que no había que dejar de citar la violencia por su nombre, la doctora León declaró que se está haciendo un uso político de esta violencia y se sobredimensiona la información en tanto no se hace lo mismo con otros tipos de violencia.

De la misma forma en que lo había hecho el presentador, Daniel Arasa, presidente de la Plataforma per la Família, la ponente puso en evidencia que algunos sectores presentan al hombre de forma general como violento, cuando no es así, ni el maltrato en el hogar es generalizado.

Entre otros aspectos hizo referencia a los medios de comunicación, que no dan de forma adecuada muchas de tales informaciones. Por ejemplo, deberían evitarse detalles morbosos sobre los hechos producidos, las armas utilizadas y la forma en que la mujer fue asesinada, se deben evitar entrevistas al círculo más cercano al maltratador.

Crónica facilitada por Daniel Arasa

Comunicación Montalegre

Nos amó hasta el extremo

Hemos iniciado la Cuaresma con verdaderos deseos de conversión personal y con la ilusión de acercarnos más a Jesús. Continuamos profundizando en este conocimiento y este mes lo haremos acompañándolo en el desierto para poder unirnos a su Pasión, muerte y resurrección.

Los cuarenta días de Jesús en el desierto son de preparación para su ministerio evangelizador y para la consumación de su obra redentora. San Juan lo expresa de manera maravillosa al introducirnos al momento central de la vida de Cristo diciendo que Habiéndonos amado nos amó hasta el extremo. Toda la vida de Jesucristo es amarnos y su entrega en la Cruz es amor extremo, hasta la totalidad. Por eso, sus últimas palabras en la cruz son: Todo está cumplido.

La conversión cuaresmal nos lleva a aborrecer el pecado y a poner los medios para evitar caer en él. Jesucristo muere en la cruz para obtener el perdón de nuestros pecados y para otorgarnos la fuerza suficiente para evitarlo, aunque continuemos experimentando la tentación. Después de su estancia en el desierto Él también se deja tentar por el demonio y así enseñarnos a vencer la tentación. Ésta se vence con las prácticas cuaresmales: la oración, el ayuno y la limosna. Son medios bien conocidos por todos nosotros que la Iglesia no deja de proponer en cualquier época de la historia porque son de probada y secular eficacia.

Busquemos tener cada día esos ratos de encuentro con el Señor meditando los misterios de nuestra salvación y descubriremos por nosotros mismos cuán grande es el amor de Dios por nosotros y hasta que límites llega, límites insondables e inabarcables. De este modo no tendremos miedo al sacrificio, todo lo contrario, lo viviremos con gusto, uniéndonos al amor de Dios por cada uno de nosotros y de la humanidad entera. Y esa oración y ese sacrificio nos conducirán directamente al servicio, a la limosna, a ayudar a los demás a descubrir el amor de Dios, provocando en ellos una autentica conversión de corazón. Dios reza, se sacrifica y se nos entrega.

Mn. Xavier Argelich

La Doctrina Social de la Iglesia ¿tiene vigencia hoy?

La sociedad actual reúne unas características muy distintas no solo a la de las del período en que nació la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) de la época moderna hace más de 130 años, sino, simplemente, respecto a la de unas décadas atrás. Hoy, incluso es muy inferior el peso de la religión, al menos en Occidente. Algunas de aquellas características son: pluralismo religioso e ideológico; olvido de Dios y hasta de la naturaleza humana; la democracia como régimen político y la economía de mercado como sistema económico; mundo globalizado y fuertemente interconectado, pero con grandes desigualdades y, en muchos casos, pobreza; reivindicaciones selectivas y fragmentarias como exigencias de justicia (ecologismo, diversidad, igualdad e inclusión…) y de “derechos” no fundamentales (aborto, eutanasia, derechos de los animales…); una modernidad líquida (con valores morales escasos y cambiantes, relativismo ético; incertidumbre por los cambios vertiginosos; desvinculación (falta de sentido del compromiso, todos los lazos son provisionales); lucha por el dominio ideológico en educación y medios de comunicación, con fuerte acción de poderes fácticos y grupos de presión).

En esta situación, ¿tiene algo que decir hoy la Doctrina Social de la Iglesia? ¿Alguien la tiene en cuenta?

A ello responde el Dr. Domènec Melé, profesor emérito de Ética Empresarial del IESE, doctor en Ingeniería Industrial y en Teología, y director de la revista “Temes d’Avui”, que pronunció en la Sala de Actos de la Iglesia de Montalegre una conferencia sobre el tema “¿Tiene vigencia en la sociedad actual la Doctrina Social de la Iglesia?”, en la tarde del 24 de febrero de 2023. Fue presentado por el presidente de la Plataforma per la Família, Daniel Arasa, que hizo referencia a diversas características de la sociedad actual antes apuntadas, a las que la DSI debe dar respuestas de alguna forma.

El Dr. Melé dejó claro en primer lugar que la Doctrina Social de la Iglesia “no es una ideología” y precisó que está dirigida primordialmente a los católicos, pero también a personas de buena voluntad. Entre sus grandes temas están la visión del hombre y de la sociedad, la promoción de la justicia y de la paz en el mundo, el trabajo humano, la actividad económica y empresarial, la familia y la vida humana, la comunidad internacional y el desarrollo y el medio ambiente. Contiene principios, criterios y directrices relativos a la vida social, y aunque no hay en ella modelos y programas políticos permite analizarlos y ser fuente de inspiración.

Añadió que aquellos principios y criterios han de aplicarse con sabiduría práctica, tienen lógica interna y están orientados a la acción.

El Dr. Melé detalló que la DSI se puede aplicar a una multitud de aspectos, pero se centró de forma especial en los de la convivencia y la democracia y planteó algunos de los retos actuales, distinguiendo entre comunidad política y sociedad civil y afirmando la preeminencia de esta última y precisando que la comunidad política debe estar al servicio de la sociedad civil.

“La Iglesia aprecia el sistema democrático en la medida que asegura la participación de los ciudadanos, pero la etiqueta de democracia no puede favorecer la formación de grupos dirigentes restringidos que, por intereses particulares o por motivos ideológicos usurpan el poder”, dijo el profesor Melé, que añadió que “la democracia no puede sustentarse en el relativismo ético, sino que requiere unos valores morales superiores que la sustenten y le den legitimidad. Entre ellos respetar la dignidad del ser humano y considerar el bien común como fin y criterio regulador de la vida pública”.

El profesor Melé dijo que “Con el relativismo ético, la legalidad fácilmente se toma como sucedáneo de moralidad”. En este sentido precisó que las leyes civiles no pueden ignorar el orden moral ni ser contrarias a él, hasta el punto de que cuando existen “hay que considerarlas como mera coacción externa y resistirlas”.

Entre los retos actuales propuso promover una “laicidad positiva”, que defiende la aconfesionalidad del Estado, pero reconoce el papel de la religión en la sociedad y promueve relaciones de cooperación entre el Estado y las confesiones religiosas. Puso sobre la mesa la importancia de la responsabilidad de todos para sacar adelante la sociedad, también en ámbito social y político, actuando con libertad.

Crónica facilitada por Daniel Arasa

Comunicación Montalegre

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