Cristo ha resucitado y vive para siempre intercediendo por nosotros ¡Te glorificamos Señor!

En este segundo Domingo de Pascua nos viene a la memoria lo sucedido hace una semana en la Vigilia Pascual del sábado santo 19 de abril de 2025, a las 20h en la Iglesia de Santa María de Montalegre. Culminaba con esta celebración el Tridu Pascual, una celebración eucarística única también en toda la liturgia de la Iglesia. Suele ser un acontecimiento muy largo, sobre todo si en la misma se realizan bautizos, que, a su vez, si se trata de adultos pueden recibir el sacramento de la confirmación y después recibir la primera comunión.

En esa noche en Montalegre recibió el bautismo Cloe Brigitte, una niña pequeña y dos catecúmenos adultos, Brandon José y Cecilia Miluska, ambos por su edad fueron muy conscientes del gran baño de gracia que recibieron y se sintieron libres a la hora de manifestar su emoción y agradecimiento.

Esta celebración solemne tiene varias partes diferenciadas: el lucernario, la liturgia de la palabra, la liturgia bautismal, la liturgia eucarística y la comunión.

 El lucernario, la bendición del fuego

El templo se cerró en obscuridad, apenas se percibía la luz natural a través de los vitrales y los monaguillos y presbíteros se acercaron al brasero situado al fondo de la iglesia. Uno de los sacristanes habituales, Eulogio, prendió la madera y ardió prontamente el fuego. El rector de Montalegre rezó las oraciones de la bendición del fuego y dispuso el cirio pascual para su encendido. Del fuego nuevo se encendió el cirio pascual Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu. A continuación, a partir del cirio se encendieron las velitas que los fieles habían tomado al entrar en el templo junto a las hojas de los cantos de la Vigilia. Y cantamos Lumen Christi Deo gratias.

Llegada la procesión al presbiterio con todas las velitas prendidas se encendieron las luces, y se inició la lectura del Pregón Pascual, un texto largo y bello, lleno de gozo y alegría por la resurrección de Jesucristo. A partir de ahí se entra en la Pascua. Terminado el pregón, todos apagamos nuestras velas y nos sentamos.

La liturgia de la Palabra

El leccionario indica siete lecturas con sus salmos cantados y sus oraciones correspondientes. Para nuestra celebración, se leyeron: la primera lectura del libro del Génesis, la tercera lectura del libro del Éxodo, y la séptima del libro del profeta Ezequiel. Además, la epístola de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos y el evangelio según san Mateo. La homilía la pronunció Mn. Xavier Argelich exultando la noche santa que estábamos celebrando porque Cristo ha resucitado causa de nuestra fe, esta es nuestra alegría. Los catecúmenos en la Iglesia de san Sever de Barcelona han rezado por primera vez el Credo y han recibido el aceite de los catecúmenos, rezándole a la Virgen el canto del Virolai. Hemos escuchado, a través de las lecturas leídas, la historia de la salvación, hoy hemos renovado nuestra fe, es decir, nuestra manera de afrontar nuestra vida, nuestras dificultades. Hoy recibirán el bautismo Brigitte, Brandon y Miluska y todos nos alegramos por ellos ya que se convierten en hijos de Dios por el bautismo y entran en la Iglesia.

 La liturgia bautismal

El rector que según se desarrollaba toda la celebración explicaba el sentido y el motivo de lo que estábamos celebrando, nos indicó que la celebración bautismal de la niña se haría por separado de los adultos ya que estos recibirían después la confirmación y la comunión, lo cual requiere además otros ritos propios de los sacramentos.

Previo a los bautismos, el rector bendijo el agua y a su vez, introdujo en el recipiente del agua bendita el cirio pascual:  Te pedimos, Señor, que el poder del Espíritu Santo, por tu Hijo, descienda sobre el agua de esta fuente, para que los sepultados con Cristo en su muerte, por el bautismo resuciten con él a la vida. A continuación, recibieron el bautismo. Los catecúmenos adultos recibieron la confirmación. Y fueron los primeros en comulgar cuando se inició la comunión para todos los fieles.

Final

Concluida la plegaria eucarística y la comunión de los celebrantes, monaguillos y fieles vimos el reloj y ya eran las diez y veinte de la noche, y oímos Derrama, Señor, sobre nosotros tu espíritu de caridad para que vivamos siempre unidos en tu amor…podéis ir en paz Aleluya Aleluya.

La coral de Montalegre lució bellamente con los cantos pascuales, mucha gracias a todos ellos. Salimos del templo contentos y alegres felicitándonos las pascuas. Hasta los últimos rezagados pudimos probar un trocito de Colomba, un biscocho de pascua por excelencia.

Isabel Hernández Esteban

Venid, adoremos a Cristo, hijo de Dios, que nos redimió con su sangre

La celebración de la Pasión del Señor sucede al día siguiente del Jueves Santo, en el día llamado Viernes Santo que para este 2025 ha correspondido al 18 de abril a las 5 de la tarde. No se trata de la misa que conocemos habitualmente pero sí de un oficio litúrgico, único en el año, que contiene tres partes bien diferenciadas, sin la plegaria eucarística de la consagración de acuerdo con los cánones del misal romano. En la Iglesia de Santa María de Montalegre el crucifijo que cuelga del baldaquino se ha cubierto de una ropa morada en memoria de aquellas horas en las que ya había muerto crucificado el Señor. La capilla del Santísimo se mantiene cerrada y a oscuras por el mismo motivo. Por la mañana se había rezado un Vía Crucis para acompañar al Señor en su agonía.

La liturgia de la Palabra, Mirarán al que traspasaron

Los celebrantes, revestidos de rojo propio de mártires, abandonan en silencio la sacristía y entran en el presbiterio y los sacerdotes que pueden se tienden en el suelo ante el altar mayor, manteniéndose unos instantes en oración. La lectura del profeta Isaías nos prepara para la impactante lectura de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan, leída por los sacerdotes Mn. Tusquellas, Mn. Mallol i Mn. Argelich.

Mn. Tusquellas en su homilía expuso que el Espíritu Santo nos pone delante de la Pasión del Señor porque lo necesitamos. La crucifixión del Señor es un hecho histórico verdadero que nos concierne a todos porque la Cruz nos libera del pecado. Gracias a la lectura de la Pasión del Señor se hace presente ahora. Dios no quiere el mal, no quiere la tortura infame que padeció el Señor, pero Dios permite el ejercicio de la libertad de cada uno. Si no fuera así, no habría cielo, ni purgatorio ni infierno. Jesús acepta su muerte y lo transfigura en amor. Es la bendición que derrama el Señor en cada eucaristía para que amemos la Cruz que es todo aquello que nos sucede en el día a día y quiere además que entremos en diálogo con el Padre cosa que nos anticipa al cielo. Pidámosle a la Virgen que nos de la gracia para acompañar a Jesús.

A continuación, se rezaron las plegarias de los fieles que en este oficio la peticiones van acompañadas de adoración e invocaciones a Dios todopoderoso y eterno, un episodio largo y con silencios para unirnos al Señor en la Cruz.

La adoración a la Cruz: Mirad el árbol de la cruz

La procesión de la cruz se inicia desde el fondo del templo. La preceden los monaguillos con la cruz procesional, siguen los sacerdotes, el rector va elevando la Cruz para que todos los fieles la vean haciendo pequeñas pausas en el trayecto, arrodillándose también los sacerdotes. Una vez en el presbiterio, se inicia la adoración de los fieles asistentes, que uno a uno da un beso a la cruz, la toca, se genuflexiona, la abraza u ofrece cualquier otro signo de respeto o de amor a la cruz, situándose los monaguillos a ambos lados, recogiendo la limosna.

La comunión  

Tal como comentamos en la crónica del Jueves Santo, se había recogido la Reserva para que en el Oficio del Viernes Santo los fieles, celebrantes y monaguillos pudiéramos comulgar. Precedida del rezo del Padrenuestro, se repartió la sagrada comunión. Una vez distribuida, el rector leyó varias oraciones y se dio por acabada la celebración, con el aviso de que a partir de ese momento y durante el sábado la iglesia se mantenía cerrada. Montalegre se abriría a las 7 de la tarde del sábado santo, una hora antes de la celebración de la Vigilia Pascual.

Datos finales

La lectura de la Pasión del Señor está establecida litúrgicamente solo para el Domingo de Ramos y el Viernes Santo. La limosna que se recoge en esta celebración, en todo el mundo católico, va dirigida siempre para el mantenimiento de los lugares santos en Tierra Santa (Israel), que están custodiados desde hace muchísimos años por los Padres Franciscanos. La Coral Montalegre puso sus cantos en muchos momentos, arropando nuestro recogimiento.

Isabel Hernández Esteban

 

El cardenal Omella glosa la figura del papa Francisco: «Un gran don de Dios»

El papa Francisco ha traspasado la puerta de esta existencia terrena y avanza hacia el Padre acompañado de Jesucristo, de santa María y de san José, a los que tanto amó mientras estuvo entre nosotros.

El papa Francisco ha sido un gran don de Dios para la Iglesia y para el mundo. Elegido en el Cónclave del año 2013, para suceder al papa Benedicto XVI, el papa Francisco ha sido el primer Papa latinoamericano, el primer Papa surgido de la Compañía de Jesús y el primer Papa que ha llevado como Pontífice el nombre de san Francisco de Asís.

El santo de Asís fue un enamorado de Jesucristo, un amigo de los pobres, un apóstol de la paz y del diálogo con todo el mundo en tiempos de las cruzadas; un poeta, un cantor y un defensor de la creación, escogido patrono de los ecologistas; un fundador que fue partidario de “salir de los ambientes monásticos”, para llevar el Evangelio a la nueva sociedad medieval, a las nuevas ciudades; un hermano de todos y muy especialmente de los pobres y marginados.

Demos gracias a Dios por el diversificado franciscanismo que ha practicado el papa Francisco, imitando a su patrono. Justo elegido Papa, el cardenal Bergoglio tenía como vecino, en la Capilla Sixtina, al cardenal Claudio Hummes, brasileño y franciscano, que le dijo abrazándolo: “Enhorabuena, y ¡no te olvides de los pobres!” Realmente no se ha olvidado y ha sido padre y defensor de los más frágiles y vulnerables, de los “descartados”.

Ha buscado la paz, el diálogo ecuménico y el diálogo interreligioso, sobre todo con el mundo islámico. En Abu Dhabi firmó una declaración conjunta sobre fraternidad, tema al que dedicó una encíclica (Fratelli tutti).

Ha impulsado el pensamiento ecológico y ha hecho de él capítulo obligado de la Doctrina Social de la Iglesia. Con la encíclica Laudato Si’ y con el documento Laudate Deum, podemos decir que se ha convertido en un profeta y en un abogado defensor de la “casa común”, la creación, que Dios nos ha confiado. Una creación que necesita ser protegida para asegurar que el ser humano pueda vivir con dignidad y en comunión con Dios y con todas las personas.

El papa Francisco ha querido dinamizar una Iglesia católica “en salida” y alegre; una Iglesia “abierta a todos, todos, todos”, como repitió ante los jóvenes reunidos en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa en agosto de 2023. Él ha animado a las Iglesias jóvenes y ha dado preferencia a las Iglesias “periféricas” y pequeñas. El Papa nos ha ayudado a tomar conciencia de la necesaria presencia de la mujer en la misión de la Iglesia confiándole cada vez más espacios de responsabilidad en la Curia vaticana.

Su lectura en profundidad del Concilio Vaticano II lo ha llevado a ser un gran defensor de la fe ante las diferentes lecturas ideológicas que se han hecho de él. Se ha opuesto con coraje al clericalismo, a la mundanidad espiritual y al “carrerismo eclesiástico”. El Papa nos ha ayudado, no sin algunas resistencias, a redescubrir la dimensión sinodal de la Iglesia, que fue preeminente durante su primer milenio de historia y que nos recuerda que todos somos corresponsables en la misión evangelizadora recibida de Jesucristo bajo la guía del Espíritu Santo.

Queridos hermanos y hermanas, demos gracias a Dios por el servicio del papa Francisco a la Iglesia y al mundo de hoy. Os pido que recéis intensamente por él y también por los cardenales que ahora tenemos la responsabilidad de escuchar al Espíritu Santo con tal de escoger a su sucesor.

† Card. Juan José Omella Omella

Arzobispo de Barcelona

 

El 28 de junio de 2017 el papa Francisco creó cardenal al arzobispo de Barcelona, Juan José Omella Omella. Imagen, Vatican media

(Fuentes: Artículo publicado en ‘La Vanguardia’ el pasado miércoles 23 de abril de 2025 y a continuación publicado en la web de la Archidiócesis de Barcelona el 24 abril de 2025)

Transcripción literal en la web de Montalegre

Misa vespertina de la Cena del Señor

La celebración se inició con la cruz procesional y ocho monaguillos, seguidos por los sacerdotes celebrantes y el maestro de ceremonias procesionando por la nave central desde el fondo hasta el presbiterio, recibiéndolos los fieles cantando. Se trataba del memorial de cuando el Señor instituyó los sacramentos del sacerdocio y de la eucaristía, y el mandamiento nuevo de la caridad. En la antífona de entrada se dice Nosotros hemos de gloriarnos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra salvación, vida y resurrección, por él hemos sido salvados i libertados.

Era el jueves 17 de abril de 2025, a las cinco de la tarde. El templo de Montalegre estaba al completo, incluso con algunos fieles en la grada principal. Teníamos por delante una celebración de una hora y cuarto llena de júbilo e incienso.

En esta ocasión, proclamó el evangelio y predicó la homilía Mn. Mallol: El Tridu Pascual son tres días que forman una unidad. Se hace presente la Palabra de Dios. La primera lectura del Éxodo era una visión histórica de la liberación y salida de los israelitas de Egipto, un acontecimiento que hoy se sigue celebrando. La segunda lectura corresponde a la primera carta de san Pablo a los Corintios en la que describe la institución de la Eucaristía, texto que se considera de los más antiguos que refiere este hecho sucedido en el jueves santo. Y el evangelio de san Juan que describe los hechos acaecidos en la Ultima Cena del Señor, en especial el lavado de los pies de Jesús a sus discípulos. La Eucaristía es el Amor de Dios por nosotros, nos da dos dones, dos encargos: vivir la eucaristía y el mandamiento de la caridad. Es Jesús que se hace cuerpo con carne y sangre en la eucaristía, por ello si nos olvidásemos de la caridad, la eucaristía se desvanecería. Mn. Mallol recuerda que muchas personas, sin ser obligatorio, sienten la necesidad de participar de la eucaristía diariamente, ello hace que nos volvamos más disponibles para los demás viviendo la caridad al comprender, escuchar, hablar sin herir y ayudando con alegría. Allí está el Señor en el comportamiento cristiano pues la caridad es un don de Dios. Agradezcamos a Dios estos dones y estemos junto a María, de la que el evangelio no dice dónde estaba en aquella cena, pero sí estuvo al pie de la cruz de nuestro Señor Jesucristo.

Lavatorio de los pies

No siempre es posible realizar la experiencia del lavado de los pies por parte del celebrante, sin embargo, ese día pudo hacerse gracias al numeroso grupo de monaguillos. Mn. Xavier Argelich se retiró la casulla  y fue lavando los pies uno a uno de los ocho jóvenes que asistieron, los cuales se mantuvieron sentados mientras el celebrante se inclinaba y con la ayuda del maestro de ceremonias vertía el agua de la jarra en los pies de cada joven, que caía en la jofaina.

Sigue la santa misa

Inmediatamente después del lavatorio de los pies el sacerdote se lava y se seca las manos, vuelve a ponerse la casulla y va a la sede desde la que dirige la oración universal. Los monaguillos, secos los pies y calzados, leen las plegarias. En esta misa no se dice Credo. A continuación, se sigue la misa por sus cánones habituales.

Una vez acabada la celebración, desde el presbiterio se inicia la procesión de los monaguillos, la cruz procesional y de los presbíteros hacia la capilla del Santísimo, con el canto del Pange Lingua. Allí se guardará la Reserva en el Sagrario y el rector velará por ella guardando la llave en su poder hasta el día siguiente, y de este modo poder repartir la comunión entre los celebrantes y los fieles en el Oficio del Viernes Santo.

Detalles finales

Concelebraron con el rector, Mn. Tusquellas, Mn. Mallol, Mn. Peris y Mn. Barceló. Ejerció de maestro de ceremonias Mn. Orfila. Además, había dos sacerdotes confesando. En todo momento la soprano Rosa Parellada cantó y dirigió los cantos de la Coral Montalegre con el organista Pere Xiberta.

Tratándose de una celebración tan importante y llena de gloria a Dios, las vestiduras de los sacerdotes eran de color blanco, y hubo flores en el altar. Asimismo, el monumento para la oración ante el sagrario donde se conservaría la Reserva para el día siguiente estaba adornado con muchas más flores, ramos de laurel y palmones bendecidos en el Domingo de Ramos.

Isabel Hernández Esteban

Lauda Jerusalem, Dominum, Lauda Deum tuum Sion, Hosanna, hosanna Filio David

Hemos celebrado en Montalegre el inicio de la Semana Santa con la celebración solemne del Domingo de Ramos en la Pasión del Señor que en este año 2025 ha correspondido al 13 de abril.

Es una celebración absolutamente singular. Se inicia con la conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén. Los fieles con nuestros ramos y palmas ya estábamos esperando el inicio de la ceremonia en el lugar establecido, en el caso de Montalegre ha sido el Pati Manning que en días festivos está cerrado salvo excepciones como el día de Ramos. Los presbíteros y monaguillos han salido de la sacristía procesionando por la nave central del templo hasta el atrio. Allí el rector ha leído los textos litúrgicos de la antífona, la oración y el evangelio. Hemos aclamado al Señor nuestros ramos y hemos sido bendecidos con abundante agua bendita. Mn. Xavier Argelich ha referido un comentario breve recordando que aquellas palabras de Jesús de Ir a la aldea de enfrente, encontrareis enseguida una borrica atada con su pollino, los desatáis y me los traéis, y si alguien os dice algo, contestadle que el Señor los necesita y os los devolverá pronto, eran palabras conocidas pues las había anunciado el profeta, y en ese día se cumplió.

A continuación, se inició la procesión de los presbíteros, los monaguillos y todos los fieles que estábamos allí, cantando al unísono Lauda Jerusalem, Dominum, Lauda Deum tuum Sion, Hosanna, hosanna Filio David. Seguimos por la nave central de Montalegre situándonos en los bancos. La cruz procesional subió al presbiterio, lugar en el cual el rector se retiró la capa pluvial y se revistió con la estola y la capilla para la celebración eucarística. La puerta principal del templo se mantuvo abierta, la que da al Pati Manning, como pocas veces la hemos visto.

La Santa Misa

Los cánones litúrgicos establecen solemnidad para el Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, eso significa que los cantos, el incienso y las bendiciones tienen más protagonismo de lo habitual, todo para dar más gloria al Señor. Las lecturas son las fijas de cada año, a excepción de la lectura del Evangelio que es la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Para el ciclo A de este año 2025, se leyó la Pasión según San Lucas, en su versión completa. Tal como comentó el rector, el texto describe con todo tipo de detalle la última cena del jueves santo, el prendimiento, los juicios a que fue sometido Jesucristo, su crucifixión y muerte en la cruz. Nos invitó a que en estos días de semana santa la meditásemos, fijándonos en los numerosos personajes, algunos de ellos fuertes pues se mantuvieron fieles a Jesús, otros huyeron como los apóstoles, las mujeres lloraron, pero estaban ahí, con Él. De todo ello hemos de sacar consecuencias prácticas para nuestra vida familiar, social y profesional.

Las plegarias de los fieles la leyeron cuatro jóvenes que próximamente recibirán el sacramento de la Confirmación.

Nota final

Acabada la larga lectura de la Pasión, en uno de los últimos bancos de Montalegre, se desvaneció una feligresa, cosa que hizo interrumpir el inicio de la homilía del rector, el cual pidió a los presentes que si había entre nosotros un médico o una enfermera acudieran a asistirla. Se trataba de una súbita bajada de azúcar. A los diez minutos se prosiguió la celebración sin otro percance. ¡Gracias a Dios! El templo estaba llenísimo de fieles hasta el final participando con piedad y oración en todo momento, actitud que agradeció el rector, deseando a la feligresa una pronta recuperación. En la despedida, recordó los horarios de las misas y oficios de estos días santos, anunciando que en la Vigilia Pascual serían bautizados dos adultos y un bebé.

Isabel Hernández Esteban

El triunfo del amor y de la esperanza

Transcurrido el tiempo cuaresmal nos introducimos en el triduo pascual y en el tiempo pascual. El camino cuaresmal culmina en la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Tal como nos lo recuerda el apóstol san Juan: “habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo” En pocas palabras el apóstol nos presenta con gran belleza y profundidad  lo que sucederá a continuación: El Verbo encarnado se entrega libremente, por amor, a la muerte en rescate de la humanidad, para luego llenarnos de esperanza y alegría con su resurrección. Ha triunfado el amor de Dios y nos llena de esperanza para que también nosotros podamos recorrer el camino que nos conduce hasta la felicidad plena, hasta Él, Dios y hombre verdadero.

Al revivir una vez más la agonía en el huerto de los Olivos, el prendimiento, la injusta acusación, el proceso ante Pilato, el camino al Calvario, su muerte y sepultura, nos sentimos impulsados a acompañarlo de cerca, a esforzarnos por vivir más atento a sus requerimientos, es decir, a evitar el pecado y buscar hacer el bien. La contemplación de la Pasión de Señor nos ayuda a desprendernos de nuestras soberbias y egoísmos para poder vivir más en Él y por Él. De esta manera, nuestra vida cobrará renovado vigor, querremos amar más, de verdad, entregándonos al servicio de Dios, de su Iglesia y de los demás. Nos entusiasmaremos con recorrer, por amor, el camino de la Cruz que es el camino de Cristo y del cristiano.

Ese camino culmina en la alegría de la Resurrección, donde todo es luz, esperanza y amor. Es el triunfo del amor y de la esperanza. La resurrección de Cristo ilumina y llena de vida toda nuestra existencia, todo lo que hacemos y somos. Ante esta gran Verdad, no podemos quedar pasivos y mudos. Nos lleva a anunciarlo continuamente y llevar este anuncio a todos los sitios. Cristo ha vencido y nos ha obtenido la vida eterna. Por eso, el cristiano que vive de fe, esperanza y amor nunca fracasa, siempre triunfa, su vida tiene sentido e ilumina a los demás. Si contemplamos la actitud de la Virgen María al pie de la Cruz y ante la resurrección de su Hijo, nos será más fácil darnos cuenta de esta realidad.

Mn. Xavier Argelich

Montalegre inicia los actos jubilares en el Jubileo de la Esperanza para 2025

A la vista de la convocatoria del Papa Francisco de establecer el Año Jubilar de la Esperanza para 2025, la pastoral de Montalegre está preparando para este año diversos actos jubilares en los templos que así han quedado establecidos de acuerdo con las decisiones de la Conferencia Episcopal Española.

El primero de ellos lo hemos celebrado este pasado sábado 22 de marzo de 2025 en la Catedral de Barcelona. Un total de 45 feligreses de Montalegre hemos acudido a esa llamada. Unos cuántos peregrinaron por sus medios desde sus domicilios y otros a pie desde Montalegre junto al rector. El encuentro se produjo a las 10.15 h. Una vez congregados todos, entramos en grupo a la Catedral atravesando la Puerta Santa del templo, acto que forma parte de las condiciones establecidas para ganar las indulgencias jubilares.

Atravesamos parte de la nave central y el coro. Descendimos a la cripta de Santa Eulalia, patrona menor de la archidiócesis de Barcelona, la cual está enterrada en un sepulcro de mármol a la vista ubicado debajo del altar mayor de la Catedral. Mientras los fieles nos situamos en los bancos, Mn. Xavier Argelich se revestía en la sacristía.

 

El acto jubilar

Además de las dos velas propias de una misa ordinaria, colocamos en el altar una vela que simbólicamente nos recordaba que estábamos celebrando un acto jubilar. Unos peregrinos que recientemente habían estado en Roma para ganar el jubileo la compraron en la librería vaticana para este fin.

El rector de Montalegre inició el acto con las lecturas de diversas oraciones que nos ponían en presencia de Dios y nos preparaban para el arrepentimiento de nuestros pecados y de sus huellas. Nos recordó que para ganar la indulgencia plenaria del jubileo habíamos de cumplir, cada uno, las siguientes condiciones: Rezar por el Papa un padrenuestro, con el avemaría y el gloria, acudir a un acto eucarístico como el de ese día, arrepentirnos de nuestros pecados, acudir a la confesión sacramental, recibir la comunión, rechazar personalmente el pecado y no querer volver a pecar. Con ello, se gana la indulgencia plenaria para uno mismo (no para otros vivos) y para los fieles difuntos del purgatorio. Apuntó que como decía san Josemaría, fundador del Opus Dei, que Dios repartía las indulgencias por igual a todos los que estaban en la vida purgante. Así pues, rezamos el padrenuestro completo y la oración escrita por el Papa Francisco para este jubileo 2025.

La homilía de la santa misa

Cuando organizamos este acto jubilar no lo hicimos escogiendo el día de acuerdo con las lecturas de la misa, sin embargo, el santo evangelio de hoy es el texto del perdón por antonomasia, es decir, es el relato de la parábola en la que se nos presenta el Dios de la Misericordia y del perdón ante el Hijo Pródigo. El evangelio nos habla de este padre que perdona. El hijo recibió la mitad de su herencia y se fue de casa pensando que iba a vivir mejor haciendo uso de su libertad y de sus fuerzas como quería. Sin embargo, acabó cuidando cerdos, que para los judíos era el peor trabajo que podían ejercer. Pero vio la luz, recordó lo bueno que era su padre y se arrepintió de su conducta. Decidió regresar a la casa del padre, el cual al verlo de lejos salió a su encuentro y lo llenó de besos. El hijo le pidió perdón. De la misma manera Dios te perdona a ti. El padre le puso un anillo devolviéndole la condición de hijo, y celebró una fiesta.

La conducta del hijo mayor no fue la misma, pues reacciona recriminándole al padre la fiesta y los regalos. Pero el padre le hace recapacitar que no ama, diciéndole Todo lo mío es tuyo. Así es nuestro Padre Dios, todo su amor es nuestro, de cada uno.

A Él hemos de pedirle gracia y ayuda para ir al sacramento de la confesión. También démosle gracias porque no siempre pecamos, es nuestro bien y nos alegramos por estar cerca del amor de Dios, y por último por la gracia jubilar que ahora recibimos.

Recordó a santa Eulalia, una mujer joven y mártir que fue sometida a distintas torturas, pero no renunció a su fe. Para acabar nos dijo que ante tanta indiferencia y actitudes contra Dios podemos temer, pero no nos pongamos tristes y demos gracias a Dios porque estamos a su lado. Pidámoselo a la Virgen Santísima, a san José y a santa Eulalia.

Detalles de la celebración

Los colaboradores habituales de Montalegre acometieron sus servicios con total delicadeza e iniciativa, los lectores David, Luz María e Isabelita; recogiendo la limosna para la Catedral Gogui; de monaguillo Joan. Un agradecimiento especial para David y Gogui ya que permanecieron de pie toda la celebración cerrando el acceso a cualquier persona aliena al grupo, por razones de seguridad de la Catedral.

A continuación, el rector pidió a los asistentes que nos juntásemos para la foto del grupo. Un turista fue reclamado para realizar las fotos. Después cada familia realizó la visita por la catedral el tiempo que quiso, así como un ratito de oración ante el conocido Cristo de Lepanto y su Madre dolorosa que en la Catedral de Barcelona se da la costumbre de descolgarlos de la Capilla del Santísimo durante las semanas de Cuaresma, para ponerlos más al alcance de los fieles, teniendo en cuenta la gran devoción popular que existe en Barcelona a estas imágenes, antiguas y santas.

Isabel Hernández Esteban

El camino cuaresmal en el año santo

Iniciamos la cuaresma en este año santo y por eso os propongo que os la planteéis como un camino a recorrer con verdadero espíritu de conversión y penitencia personal. El camino cuaresmal siempre nos invita a la conversión del mismo modo que lo hace el año jubilar. Tenemos una doble motivación para que esta cuaresma suponga un auténtico encuentro con el amor misericordioso de Dios.

La Iglesia nos invita siempre en este tiempo a reencontrarnos con Cristo mediante la oración, el sacrificio y las obras de caridad, que nos facilitan reconocer nuestros pecados y nos llevan al arrepentimiento y la contrición, que culmina en el abrazo paterno y materno de Dios en el fabuloso sacramento del perdón. De esta manera, nuestra alma queda limpia y purificada para poder unirse a Cristo en su Pasión y muerte y gozar con Él en su Resurrección.

El camino cuaresmal que procuraremos recorrer en este año santo nos conduce a la penitencia que proviene de la palabra griega metanoia que en la Biblia significa la conversión (cambio espiritual) del pecador. La penitencia hace referencia a todo un conjunto de actos interiores y exteriores dirigidos a la reparación del pecado cometido, y el estado de cosas que resulta de ello para el pecador. Supone un cambio de vida, ya que es un acto del pecador por el que vuelve a Dios después de haber estado alejado de Él. De ahí, que este año jubilar sea una gran ocasión para crecer en ese espíritu de penitencia que tanto nos ayuda a acercarnos más a Dios, a manifestarle nuestro agradecimiento y amor por su entrega total a los hombres.

Tal como nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica: “La penitencia interior del cristiano puede tener expresiones muy variadas. La Escritura y los Padres insisten sobre todo en tres formas: el ayuno, la oración, la limosna, que expresan la conversión con relación a sí mismo, con relación a Dios y con relación a los demás (n. 1434)”. Busquemos, con la ayuda de la Virgen María y de San José, la mejor manera de recorrer este camino cuaresmal.

Mn. Xavier Argelich

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