El domingo 2 de febrero de 2025 se ha celebrado en Montalegre la gran fiesta de Jesús y de la Santísima Virgen, su madre, conocida como la Candelaria. En esta ocasión al coincidir en domingo, el día del Señor, la hemos celebrado con más solemnidad, inundando con cantos la procesión de las velas y la santa misa.
Se inició al fondo de la nave central con la ceremonia del encendido de las velitas que los fieles pudimos recoger a la entrada de la iglesia. El ceremonial siguió con la bendición, con agua de bendita, de todos nosotros y de las propias velitas. Con la lectura de los textos apropiados al acto y el canto continuo de El Señor es mi luz y mi salvación, el Señor es la defensa de mi vida. Si el Señor es mi luz ¿A quién temeré? ¿Quién me hará temblar? procesionamos por la nave central, detrás del celebrante, hasta nuestro asiento en los bancos.
Al acabar el canto del Gloria in excelsis Deo, antes de las lecturas de la misa, el celebrante indicó al pueblo que era el momento de apagar las velas.
La homilía
En la homilía, el rector de Montalegre nos habló diciendo: Esta es la fiesta del Señor, la presentación del primogénito y la presentación de la madre del niño, ninguno de los dos necesitaba de purificación, pero cumplieron el mandato de la ley de Moisés, tal cual estaba escrito y prescrito para los judíos. Este cumplimiento tiene un significado muy profundo pues se trata del rescate del primogénito. Aquellos ancianos Simeón y Ana que esperaban el cumplimiento de la promesa hecha por Dios al pueblo elegido se estaba cumpliendo, dando así un paso clave, un impulso del Antiguo Testamento al nacimiento del Nuevo Testamento.
Simeón representa a la Esperanza del pueblo, por ello cogiendo el niño en brazos pudo decir Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
Esto es una invitación a los seguidores de Cristo para que sepamos alumbrar, evangelizar ¡Portones! alzad los dinteles, que se alcen las puertas eternales, va a entrar el Rey de la gloria, cantaba el salmo 23. Por eso hemos hecho la procesión con las velas encendidas para que recordemos vivir con esa luz encendida, sin miedo, iluminando a los demás porque hemos sido salvados por el Señor siendo purificados por medio de los sacramentos del bautismo y la confirmación.
Además de la fiesta de la Candelaria, recordamos que era el primer domingo de san José, de los siete que se recuerdan, antes de la fiesta de san José el próximo 19 de marzo, patrono de la Iglesia. Es por ello que en el ofertorio de la misa la directora de la Coral Montalegre cantó una oración a san José y en la post comunión el Himno a san José.
Al día siguiente, el 3 de febrero, celebramos san Blas, el protector de las gargantas, y quién tuvo la oportunidad y la aprovechó recibió la bendición de las velas cruzadas en su cuello con Que san Blas te proteja la garganta.
Isabel Hernández Esteban