El papa Francisco ha traspasado la puerta de esta existencia terrena y avanza hacia el Padre acompañado de Jesucristo, de santa María y de san José, a los que tanto amó mientras estuvo entre nosotros.
El papa Francisco ha sido un gran don de Dios para la Iglesia y para el mundo. Elegido en el Cónclave del año 2013, para suceder al papa Benedicto XVI, el papa Francisco ha sido el primer Papa latinoamericano, el primer Papa surgido de la Compañía de Jesús y el primer Papa que ha llevado como Pontífice el nombre de san Francisco de Asís.
El santo de Asís fue un enamorado de Jesucristo, un amigo de los pobres, un apóstol de la paz y del diálogo con todo el mundo en tiempos de las cruzadas; un poeta, un cantor y un defensor de la creación, escogido patrono de los ecologistas; un fundador que fue partidario de “salir de los ambientes monásticos”, para llevar el Evangelio a la nueva sociedad medieval, a las nuevas ciudades; un hermano de todos y muy especialmente de los pobres y marginados.
Demos gracias a Dios por el diversificado franciscanismo que ha practicado el papa Francisco, imitando a su patrono. Justo elegido Papa, el cardenal Bergoglio tenía como vecino, en la Capilla Sixtina, al cardenal Claudio Hummes, brasileño y franciscano, que le dijo abrazándolo: “Enhorabuena, y ¡no te olvides de los pobres!” Realmente no se ha olvidado y ha sido padre y defensor de los más frágiles y vulnerables, de los “descartados”.
Ha buscado la paz, el diálogo ecuménico y el diálogo interreligioso, sobre todo con el mundo islámico. En Abu Dhabi firmó una declaración conjunta sobre fraternidad, tema al que dedicó una encíclica (Fratelli tutti).
Ha impulsado el pensamiento ecológico y ha hecho de él capítulo obligado de la Doctrina Social de la Iglesia. Con la encíclica Laudato Si’ y con el documento Laudate Deum, podemos decir que se ha convertido en un profeta y en un abogado defensor de la “casa común”, la creación, que Dios nos ha confiado. Una creación que necesita ser protegida para asegurar que el ser humano pueda vivir con dignidad y en comunión con Dios y con todas las personas.
El papa Francisco ha querido dinamizar una Iglesia católica “en salida” y alegre; una Iglesia “abierta a todos, todos, todos”, como repitió ante los jóvenes reunidos en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa en agosto de 2023. Él ha animado a las Iglesias jóvenes y ha dado preferencia a las Iglesias “periféricas” y pequeñas. El Papa nos ha ayudado a tomar conciencia de la necesaria presencia de la mujer en la misión de la Iglesia confiándole cada vez más espacios de responsabilidad en la Curia vaticana.
Su lectura en profundidad del Concilio Vaticano II lo ha llevado a ser un gran defensor de la fe ante las diferentes lecturas ideológicas que se han hecho de él. Se ha opuesto con coraje al clericalismo, a la mundanidad espiritual y al “carrerismo eclesiástico”. El Papa nos ha ayudado, no sin algunas resistencias, a redescubrir la dimensión sinodal de la Iglesia, que fue preeminente durante su primer milenio de historia y que nos recuerda que todos somos corresponsables en la misión evangelizadora recibida de Jesucristo bajo la guía del Espíritu Santo.
Queridos hermanos y hermanas, demos gracias a Dios por el servicio del papa Francisco a la Iglesia y al mundo de hoy. Os pido que recéis intensamente por él y también por los cardenales que ahora tenemos la responsabilidad de escuchar al Espíritu Santo con tal de escoger a su sucesor.
† Card. Juan José Omella Omella
Arzobispo de Barcelona
El 28 de junio de 2017 el papa Francisco creó cardenal al arzobispo de Barcelona, Juan José Omella Omella. Imagen, Vatican media
(Fuentes: Artículo publicado en ‘La Vanguardia’ el pasado miércoles 23 de abril de 2025 y a continuación publicado en la web de la Archidiócesis de Barcelona el 24 abril de 2025)
Transcripción literal en la web de Montalegre