Josep María Simón, presidente emérito de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas, manifestó que “la principal función de cada uno es cuidar a su familia. Si uno quiere cambiar el mundo debe cuidar a su familia”. Hizo esta manifestación en la conferencia que pronunció en la sala de actos de Montalegre sobre el tema “Cómo podemos influir positivamente los católicos en la esfera internacional”.
Simón afirmó que “este mensaje de cuidar a la familia es lo más importante que deseo transmitir. La mayor parte de los dictadores, aparte de algunos que pudieron tener una base de problemas genéticos, fueron niños infelices”. Animó por ello a dar ejemplo priorizando la atención a la familia sobre otras actividades, aunque sean interesantes y positivas, proponiendo dedicar tiempo a los niños, a los abuelos, a los enfermos.
Simón, que es oftalmólogo, autor del libro “Ojos para siempre” y coautor de un tratado de Neuroftalmología, así como de diversos artículos en revistas de su especialidad, fue presidente de la Federació de Metges Cristians de Catalunya, miembro del Consejo Pontificio de Asuntos Sanitarios y presidente de la Federación Internacional de Médicos Católicos. Fue presentado por el presidente de la Plataforma per la Família, Daniel Arasa. Este recordó la importancia de que los cristianos estén presentes en la vida pública en todos los ámbitos para mejorar la sociedad, pero especialmente en aquellos asuntos que tocan de manera directa la dignidad de la persona, como el derecho a la vida, la familia, el derecho de los padres a decidir la educación de sus hijos, la libertad religiosa y otros.
“Para participar en las organizaciones internacionales hace falta tener la cabeza bien amueblada y buscar la verdad. Hay verdades absolutas”, dijo Simón, recordando que en diversas ocasiones personas hostiles a sus ideas les han impedido intervenir en foros internacionales. En otro momento de su conferencia señaló que “el mal existe, y en algunos casos no es mal humano”, citando el islamismo radical, la masonería, el comunismo, el modernismo, el consumismo.
Josep Maria Simón se centró de forma especial en asuntos referentes al campo médico, tales como el aborto, la eutanasia y la mentalidad anticonceptiva, recordó que algunas píldoras anticonceptivas son abortivas e antiimplantatorias y tienen efectos secundarios importantes, y destacó el valor de los métodos naturales para espaciar la natalidad. Sobre la píldora anticonceptiva explicó que está contribuyendo a disminuir la fertilidad masculina. En referencia al testamento vital señaló que es un arma de doble filo y animó a que sean los familiares o amigos del enfermo terminal quienes, en caso de personas que están en su última etapa, comuniquen a los médicos que aquel enfermo no desea que se le aplique la eutanasia.
Animó a los asistentes a sumarse a organizaciones que trabajan en la promoción de valores positivos. En relación a las entidades que actúan a nivel internacional reconoció que no siempre es posible para todos participar en ellas, dado que en muchos casos se requiere conocimiento de idiomas, disponer de unos medios y tiempo que no está al alcance de todos, etc., pero ejemplarizó la posible actuación diciendo que “quizás no podemos hacer nada para la paz entre Rusia y Ucrania, aparte de rezar, pero quizás sí podemos ayudar a que haya amistad entre dos personas que han estado enfrentadas”.
Texto y foto, Daniel Arasa