Iniciamos un nuevo curso y, como siempre, lo hacemos llenos de ilusión y esperanza. Dejamos atrás un curso transcurrido entre andamios, polvo y ruido. Ahora que vemos los resultados nos damos cuenta que ha valido la pena. Gracias a todos. Nos alegra que, a pesar de todos los inconvenientes que producen unas obras de este calibre, hemos podido atender toda la labor pastoral y social del curso. Siempre hemos dado preferencia a la atención sacerdotal de la Iglesia.
Esto es así porque queremos que nuestra vida esté centrada en Cristo. Es decir, queremos vivir en Cristo, de Cristo y para Cristo.
Para vivir centrados en Cristo lo principal es estar centrados en la Eucaristía, en los Sacramentos y en la oración. Cristo está realmente presente en la Eucaristía por eso el cristiano vive de Ella, ahí es donde se realiza el mayor encuentro con Dios, donde podemos tratarlo con mayor amor y unión. De cómo vivamos la Misa dependerá toda nuestra vida. Podremos, entonces, vivir nuestras ocupaciones habituales inmersos en la Vida de Cristo. Sabremos vivir para Cristo y, consecuentemente, vivir en Cristo. Reconoceremos que sin Él no somos nada, sin Él no podemos nada, sin Él no hay esperanza. Descubriremos que con Él todo cambia, todo es Luz, todo adquiere su verdadero sentido y se llena de auténtico valor y significado. Con Él todo lo nuestro nos ilusiona, lo realizamos de buen ánimo y confiados, con iniciativa propia, Él nos empuja porque buscamos vivir en Él, de Él y para Él.
Consecuencia inmediata de esta manera de vivir será una gran alegría interior que ni las dificultades, ni los errores, ni nada nos la podrán arrebatar. Vivir en Cristo es la felicidad. Si empezamos el nuevo curso con el deseo ardiente de vivir en Cristo sabremos poner los medios para conseguirlo y para eso nos adentraremos en su Vida, recordando sus palabras y su paso por la tierra, tal como hace la Iglesia a lo largo del año a través de la liturgia diaria y de la dominical, siguiendo sus huellas a través del año litúrgico que no es otra cosa que el compendio de la Vida de Cristo y el camino para alcanzar la meta: La vida en Cristo.
Mn. Xavier Argelich