En este mes del Sagrado Corazón de Jesús el Papa Francisco nos invita a rezar por las familias cristianas de todo el mundo, por cada una y por todas, para que, con gestos concretos, vivan la gratuidad del amor y la santidad en la vida cotidiana. El próximo domingo, día 26 de junio, concluye el año de la familia “Amoris Laetitia” y nada mejor que hacerlo rezando para que realmente toda familia cristiana sea un reflejo del amor de Dios. Con gestos pequeños y concretos manifestemos que nos queremos y que agradecemos el amor que recibimos.
El Papa, también, nos anima a rezar para que vivamos la santidad en la vida cotidiana. El año de la familia concluye precisamente en la fiesta de San Josemaría Escrivá de Balaguer, declarado por san Juan Pablo II como el santo de la vida ordinaria. Aprovechemos la ocasión para acudir a la intercesión de este santo para que nos obtenga de Dios la gracia de santificarnos en nuestro día a día, con todas las actividades que llevamos a cabo.
“Que busques a Cristo, que encuentres a Cristo, que trates a Cristo, que ames a Cristo” solía animar frecuentemente san Josemaría a todos los que acudían a él. Es una buena manera de vivir la santidad en la vida corriente y especialmente en la vida familiar. El amor en la familia es un camino personal de santidad para cada uno de nosotros, que se recorre con pequeños gestos de entrega y generosidad, evitando perderse en pequeñeces de egoísmos personales que nos alejan de los demás.
En los pequeños detalles de la vida familiar se construye la santidad personal y de todos los miembros que la componen. Pongamos el corazón en lo que hacemos, pero que sea un corazón a la medida del Corazón de Cristo y de la Virgen María.
Mn. Xavier Argelich.