En Montalegre seguimos en obras. Ahora están tomando un aspecto espectacular. No solamente por la existencia de los andamios a todo alrededor del edificio, tanto por la parte que da a la calle Valldonzella, así como la que da a la plaza, sino porque además en la nave central se han erigido varias torres de andamios para poder realizar la restauración del artesonado de madera del techo de la nave.
Todo se está llevando a cabo según lo previsto, y las incidencias se va resolviendo. Sin embargo, lo que más preocupa a la rectoría de Montalegre es poder celebrar el culto como Dios manda y sin peligro para los asistentes. Asimismo, que el sacramento de la reconciliación se pueda impartir con normalidad en los confesionarios. Es evidente que el ruido impera. Pero con esfuerzo y rezando todos conseguiremos que las obras lleguen a buen término.
Y ahora que no hay restricciones para prevenir contagios masivos del covid19, probablemente el aforo se verá reducido por otro motivo: La falta de espacio pues los andamios no permiten una circulación fluida.
En ese sentido, seguimos agradeciendo la paciencia de todos los asistentes, fieles y visitantes al templo de Santa María de Montalegre por los inconvenientes que estas obras están ocasionando. Nos quedan unos cuantos largos meses por delante para que todo vuelva a brillar tal como se merece el conjunto de Montalegre, catalogado como patrimonio histórico de la ciudad de Barcelona.
Isabel Hernández Esteban