Después de un año marcado por la emergencia sanitaria y sus drásticas consecuencias iniciamos un año con la esperanza de ir saliendo de esta situación con la ayuda de Dios. Y para ello, el Santo Padre nos convoca a vivirlo de una manera muy especial: dedicándolo a San José y, a partir de la festividad de este santo, también a las familias.
El pasado 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, el papa Francisco nos sorprendía gratamente con la proclamación de un año especial dedicado a San José con motivo del 150 aniversario de la proclamación de este santo varón como Patrono de la Iglesia Universal. Para todos nosotros es un motivo de gran alegría poder transcurrir todo este año que acabamos de iniciar bajo el patrocinio de San José.
Durante este año procuraremos acercarnos más a la figura entrañable de San José. Lo haremos siguiendo al Papa Francisco que, en su carta apostólica “Con corazón de Padre”, con la que convoca este año especial, nos lo presenta como Padre amado, Padre en la ternura, Padre en la obediencia, Padre en la acogida, Padre de la valentía creativa, Padre trabajador y Padre en la sombra.
La figura de San José ha estado muy presente en la piedad y enseñanzas de la Iglesia, por eso, nos será fácil tratarlo y conocerlo más provocando en cada uno de nosotros grandes deseos de imitarle, aprendiendo a querer más a Jesús y María. También provocará en nosotros buenos deseos de amar más la Iglesia y acercar a más gente al Amor de Dios.
San José es el cabeza de familia de la Sagrada Familia de Nazaret. Al solaparse en buena parte de este año las dos intenciones del santo Padre puede ser una buena ocasión para que todos pongamos nuestras familias bajo el patrocinio de éste Santo.
Mn. Xavier Argelich