La santa misa en sufragio del alma del Siervo de Dios, presbítero, José María Hernández Garnica se ha celebrado en Montalegre a las 7 de la tarde del martes 17 de noviembre de 2020, coincidiendo con el aniversario de su nacimiento en Madrid hace 107 años. Al no haber impedimento canónico, la misa fue de difuntos con los ornamentos morados.
Los fieles habituales de Montalegre conocen la sepultura de este Siervo de Dios ubicada en la Capilla del Santísimo del templo. Allí rezan, imploran y escriben sus peticiones en un Cuaderno dispuesto para esta finalidad. Como dijo el rector de Montalegre al inicio de la celebración eucarística Rezamos para impetrar su intercesión, acudiendo hoy también a Santa Isabel de Hungría.
En la homilía, Mn. Argelich incidió en los padecimientos y enfermedades que sufrió José María Hernández Garnica: Fue uno de los más íntimos colaboradores de San Josemaría, entregándose fidelísimamente al Fundador de la Obra y a la Iglesia… Prestó un servicio discreto y eficaz… San Josemaría confiaba en él, siendo uno de los tres primeros sacerdotes de la Obra. Impulsó muchas actividades apostólicas y centros, especialmente en países de expansión, en el empeño por secundar la llamada de Dios plenamente. Sufrió muchísimo. En los años de la Guerra Civil estuvo en la cárcel, allí sufrió penalidades, estuvo a punto de ser fusilado. Fueron tiempos de muchas carencias que le provocaron secuelas importantes. Le extirparon un riñón lo cual también le produjo consecuencias… En los momentos más difíciles y graves al inicio del conflicto bélico tuvo un encuentro providencial con el ahora Beato Álvaro que le repuso el ánimo y le dio fuerzas para sobreponerse a los desconciertos que dificultaban su avance personal y espiritual. Luego, con ese ánimo pudo impulsar las actividades apostólicas…
… Hoy he referido las enfermedades e incertidumbres de nuestro hermano José María porque hoy en día se vive la pandemia con frenos a la actividad apostólica. El rector recordó como que, en los primeros meses de la pandemia, el templo se mantuvo abierto, pero sin fieles, y lo primero que hacían los sacerdotes que acudían a Montalegre para atender a los pobres que solicitaban ayudas o para ofrecer sufragios, después de visitar al Santísimo era rezar a José María. También hizo alusión a la encíclica del Papa Francisco Fratelli tutti, el cual se dirige a los que gobiernan el mundo para que cambien sus directrices en bien de los pobres.
A lo largo de la celebración de Réquiem, la soprano Rosa Parellada interpretó en gregoriano junto al organista de la Casa Josep Masabeu las siguientes piezas: En la entrada el Requiem aeternam, en el salmo el Aleluya, en la comunión Lux Aeterna, y en el traslado a la capilla del Santísimo In Paradisum, así como otras de Segarra, y al final de todo el acto El Virolai.
El responso por el siervo de Dios
Mientras José María Hernández Garnica no sea canonizado, la Comisión impulsora de la devoción privada seguirá adelante con sus trabajos, señalando el rector que hay milagros, pero de momento José María es Siervo de Dios, por ello ante su sepulcro dirigió un responso y aspergió agua bendita.
Pequeños detalles
Miembros de la Comisión colaboraron en la celebración, así como otros colaboradores habituales de Montalegre, a todos ellos Mn. Argelich agradeció sus servicios.
Para ayudarnos a recordar las medidas de seguridad y de distancia, en toda la nave central se pegaron en los bancos unas etiquetas que indicaban el lugar para sentarse. Igualmente, en el vestíbulo, se colocaron carteles a tal efecto, además de mantenerse el dispensador del gel hidroalcohólico para la higiene de las manos.
Isabel Hernández Esteban