¡Cristo ha resucitado! Este es el gran anuncio a toda la humanidad desde hace veintiún siglos y que la Iglesia no se cansa de anunciar ininterrumpidamente.
La Resurrección de Jesucristo es el mayor acontecimiento de la historia del mundo entero y del universo. Es el motivo principal de nuestra fe y la certeza más sólida de toda esperanza del cristiano. Por eso la celebramos con gran júbilo y una alegría inmensa. Animemos a nuestros familiares, amigos y conocidos a participar de esta celebración.
La Pascua de Resurrección es un buen momento para celebrarla, no sólo en la Iglesia, sino también en la Familia, por eso es una tradición bien arraigada la Bendición de las Familias durante este tiempo pascual. Podemos hacerlo comunitariamente o con la familia reunida. Pienso que este año es una buena ocasión para que todos recibamos esta bendición. Lo podemos hacer recitando esta oración en familia en nuestro propio hogar:
“Oh Dios, creador y misericordioso restaurador de tu pueblo, que quisiste que la familia, constituida por la alianza nupcial, fuera signo de Cristo y de su Iglesia, derrama la abundancia de tu bendición sobre nuestra familia, reunida en tu Nombre, para que quienes en ella vivimos unidos por el amor nos mantengamos fervientes en el espíritu y asiduos en la oración, nos ayudemos mutuamente, contribuyamos a las necesidades de todos y demos testimonio de la fe a través de nuestro amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén”.
La Resurrección de Cristo es un gran don para todos. Procuremos que sus frutos lleguen a todas las familias, tan necesitadas de la bendición de Dios. ¡Feliz Pascua!
Mn. Xavier Argelich