En la Iglesia de Santa María de Montalegre se celebró la Primera Misa Roja de juristas en honor al Espíritu Santo. La misa del miércoles 7 de marzo de 2018, a las 20h. fue presidida por el arzobispo de Barcelona, Cardenal Juan José Omella. En la concelebración participó el Vicario de la delegación de Cataluña del Opus Dei Mn. Ignasi Font; el secretario del arzobispo Mn. Marc Labori, y el rector de Montalegre, Mn. Xavier Argelich. Dirigió la ceremonia Mn. Joan Juventeny.
Se ciñó una expectativa al entorno de la convocatoria de esta primera Misa Roja, en Barcelona, pues de España no se conoce ningún precedente. Sin embargo, se siguió adelante con la organización del evento que corrió a cargo de unas jóvenes estudiantes y profesionales del derecho, bajo el patrocinio de la ceremonia del ISDE (Barcelona) Law Business School.
El arzobispo Omella, en su homilía, nos disipó las dudas, hasta él mismo había pensado ¿Qué es esto de una Misa Roja? No hay que temer nada, ni es raro ni nuevo pues en muchos países se celebra al inicio del Año Judicial para pedir ayuda al Espíritu Santo… La primera misa Roja fue en París y Roma, siguió en Inglaterra… A mediados del siglo XX se inició en Washington y ahora en Barcelona. Hemos de ser como Salomón que no pidió honores sino sabiduría para saber y evitar el mal… Y las vestiduras son rojas porque es el color del fuego, el color del Espíritu Santo, y el color también de los jueces del Tribunal Eclesiástico. El arzobispo Omella recordó la necesidad de que tanto jueces y abogados han de saber conciliar y encontrar la verdad, aunque cueste… Que no seáis corruptos, defender siempre la verdad… buscar la honestidad y la coherencia, y para ello necesitas al Espíritu Santo…. En estas profesiones la tentación de los honores y el prestigio, la tentación del poder y de la ambición se pueden producir en cualquier momento… ante todo lo que vale es la lealtad a Dios…. Necesitamos abogados y jueces honrados. Nos pidió que recemos por ellos pidiendo la intercesión del Espíritu Santo. También nos recordó que en la profesión jurídica nos han precedido muchos santos, entre ellos Santo Tomás Moro, San Antonio María de Ligorio, y aquí en Barcelona, San Raimon de Penyafort.
La bendición especial
Después de la lectura del Evangelio el arzobispo impartió la bendición a los miembros de la profesión jurídica con estas palabras y con las manos extendidas:
“Señor, Dios nuestro, en Tu sabiduría y amor, Tú nos rodeas con los misterios del universo. En tiempos pasados, nos enviaste a tus profetas para enseñar tus leyes y para dar testimonio de tu amor eterno. Nos enviaste a tu Hijo para que nos enseñe con palabras y ejemplos que la verdadera sabiduría proviene solo de ti. Envía tu Espíritu a estos miembros de la profesión jurídica y llénalos con tus dones de sabiduría, consejo, buen juicio, conocimiento, comprensión, fortaleza, piedad y temor del Señor y con todas tus bendiciones.
Conceda que durante este año jurídico puedan dedicarse en el trabajo y el servicio a todos los necesitados con el amor, la alegría y la misericordia de la Santísima Trinidad.
Concede esto por medio de Cristo nuestro Señor, Amén.
La Tradición de la Misa Roja
La organización del evento repartió un folleto para seguir la misa. Además, incluía diversas informaciones. De él extractamos lo siguiente:
“Se remonta al París de 1245, donde se celebró por primera vez en la capilla Sainte Chapelle. Desde esa primera celebración, la tradición se ha extendido por todo el mundo, llegando a Inglaterra durante el reinado de Eduardo I, alrededor de 1310. Allí donde la tradición se mantiene, se celebra cada año la tradicional Misa Roja en honor a Santo Tomás Moro y San Ives, santos patronos de la profesión jurídica para pedir la guía divina en la representación adecuada de clientes y en la adecuada administración de justicia en los tribunales y en los cargos públicos”.
En el pasillo central del templo se extendió la alfombra roja que dispone Montalegre para celebraciones especiales. Acudieron muchos fieles de la profesión jurídica y tanto el arzobispo como la organización agradecieron la posibilidad de haber podido celebrar esta Primera Misa Roja en Montalegre, un templo catalogado como Patrimonio Histórico de la Ciudad.
Acabada la celebración Eucarística, la organización invitó a un aperitivo en el exterior, en el Pati Manning. Allí el arzobispo, los otros celebrantes y los fieles cambiaron impresiones en un buen ambiente togado.
Isabel Hernández Esteban