¿La familia está en crisis? Una visión general y algo superficial nos llevaría a contestar afirmativamente a esta pregunta, y seguramente así lo hemos hecho en más de una ocasión. Hay muchas familias realmente en crisis, pero en propiedad, la familia no está en crisis, todo lo contrario, la familia es y será siempre un gran bien. Es más, la familia es la solución a esa supuesta crisis, y por eso los cristianos debemos mostrar la fuerza, la belleza y el bien de la institución familiar.
La familia es un don precioso de Dios. En ella nacemos, crecemos, aprendemos y nos sentimos protegidos, a pesar de los pesares. Debemos valorar mucho nuestra propia familia, sea como sea, porque es la nuestra. En la medida en que la aceptemos y la amemos como es, nos será más fácil apreciarla, estar agradecidos y ayudar a mejorarla.
Todos necesitamos una familia y sentirnos parte de la misma. Cuando es así, es muy fácil reconocer el gran bien que es cada familia. Y cuando no es así, nos falta algo muy importante y básico para nuestro desarrollo integral. Es entonces, cuando debemos darnos cuenta de que la Iglesia es una gran familia capaz de acogernos a todos, sea cual sea nuestra situación personal, porque Dios es Familia y ha querido que el hombre y la mujer vivan en familia y lo mismo su Iglesia.
Preguntémonos cada uno qué puedo hacer para ensalzar el valor de mi familia, cómo puedo contribuir a que realmente refleje más la imagen de la Santísima Trinidad, siguiendo el modelo de la Sagrada Familia de Nazaret. Vale la pena el esfuerzo y el empeño por revalorizar el papel que juega la familia en nuestras vidas y en la sociedad entera. Cuando la familia va bien nos sentimos bien y afrontamos las dificultades con mayor optimismo y esperanza, Empecemos por rezar más por los miembros de nuestra familia y por la Iglesia entera.
Mn. Xavier Argelich