A mediados del mes de julio de 2017, el prelado del Opus Dei visitó Barcelona. Ofreció diversas tertulias y visitó colegios y entidades socio culturales de la ciudad. También visitó la basílica de la Virgen de la Merced y la Iglesia de Santa María de Montalegre.
La expectación que teníamos las personas que trabajamos o colaboramos en Montalegre era grande. La ocasión de poder saludar y hablar directamente con el Padre iba a ser algo tan especial como irrepetible, por mucho tiempo. La Obra está extendida por todo el mundo, y justo en aquella tarde del domingo 16 de julio de 2017 el Padre iba a estar en Montalegre.
Mons. Fernando Ocáriz llegó a Montalegre junto al vicario de la delegación de Cataluña y al vicario de la Obra en España. Entró por el Pati Manning y fue recibido por el rector, Mn. Xavier Argelich, otros sacerdotes y el equipo de la Comisión en pro de la devoción privada de José María Hernández Garnica, los cuales le explicaron el estado de la causa de los santos. El Padre y los acompañantes entraron en la capilla del Santísimo, en la cual ya había fieles rezando. Rezar junto al Padre nos emocionó muchísimo pero a la vez nos serenó ya que Mons. Ocáriz nos transmitió mucha paz. Al finalizar, dio dos golpecitos en el sepulcro de José María Hernández Garnica pidiéndole algo expresamente.
A continuación, el rector mostró al Padre las particularidades de la imagen de la Virgen de Montalegre así como de la imagen de san Josemaría que había esculpido Etsuro Soto y que a su vez había bendecido el anterior prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría el 16 de mayo de 2008.
De nuevo en el Pati Manning, el Padre fue saludando uno a uno a todos los empleados y colaboradores de la iglesia, desde los sacristanes, al personal de la administración, de las oficinas y del equipo de comunicación y eventos. A continuación saludó a los miembros de la entidad social Acció Social Montalegre; siguió el equipo económico, y finalmente, a la Comisión en pro de la devoción privada de José María Hernández Garnica. En todo momento estuvo atento a aquello que se le explicaba o se le mostraba, tuvo palabras cariñosas con los presentes, sin excepción y se dejó fotografiar hasta la saciedad. Antes de marcharse nos bendijo especialmente y nos pidió que rezásemos por el Papa y la Iglesia.
Para más información, puedes entrar en el BLOG DE JOSÉ MARÍA HERNÁNDEZ GARNICA
¡Gracias Padre!
Isabel Hernández Esteban