María ha sido llevada por Dios en cuerpo y alma al cielo ¡y los Ángeles se alegran! Así canta la liturgia en la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María que, como todos los años, celebraremos el día 15 de este mes. Nosotros también nos alegramos porque el Señor ha querido premiar la entrega de su Madre con este nuevo privilegio.
Esta Fiesta nos recuerda que Dios nos quiere con Él en el cielo. ¡Qué gran misericordia! La Asunción de la Virgen es la prueba evidente de que es así. Ella es la criatura más excelsa, la que ha secundado mejor la voluntad de Dios, y por eso ha obtenido ya el premio definitivo. Por la misericordia de Dios también nosotros alcanzaremos esta gracia, y la Asunción de la Virgen María es nuestra garantía más segura. Acudamos especialmente a Santa María para dejarnos llenar de esa misericordia: ¡no la rechacemos nunca! La vida del cristiano es una vida llena de esperanza; no cabe otra actitud en los hombres y mujeres que aman a Dios.
Mn. Xavier Argelich