El día 15 de diciembre es la fiesta inamovible de la Inmaculada Virgen de la Puerta, patrona del Perú del norte y de los peruanos del exterior, teniendo su origen en Otuzco. Es por ello que alrededor de esa fecha, la Hermandad de la Virgen de la Puerta en Barcelona rinde homenaje a su patrona. Y durante muchos años lo ha hecho en la Iglesia de Santa María de Montalegre.
La bajada de la Virgen
El sábado día 12 de diciembre de 2015 se iniciaron los actos con la “bajada” de la imagen de la Virgen que está permanente expuesta y engalanada al fondo de la nave central, justo en el acceso a la capilla de la Virgen de la Medalla Milagrosa del templo de Montalegre. La imagen salió de la iglesia en volandas por sus “mayordomos” a la calle Valldonzella. Para estas fiestas la habían vestido con un traje nuevo de color naranja y dorado, motivo por el que revistieron la puerta de acceso al templo con globos de color naranja y blanco.
El rector, Mn. Xavier Argelich dirigió la liturgia de la Palabra. Leyó las lecturas correspondientes a la festividad de la Virgen de la Inmaculada, revestido con alba y estola. Pronunció una breve homilía y acabó la celebración con las bendiciones finales.
El domingo 13 de diciembre de 2015 en el que se celebraba el Domingo Laudete o de la Alegría, correspondiente al III Domingo de Adviento, la misa solemne del mediodía fue ofrecida a la Virgen de la Puerta. Al acto acudieron representantes de diversas hermandades y autoridades, especialmente el cónsul adscrito del Perú en Barcelona, señor Rubén Blote.
En la homilía, el rector refirió que en este día en todas las diócesis del mundo se abrían las puertas santas. La Virgen es nuestra protectora y en el año de la misericordia será la puerta de nuestro corazón. Dará paz a los corazones atribulados por los problemas, pero atribulados, sobre todo, porque estén alejados de Dios. Con Ella nuestro corazón alcanzará ese gozo de paz, una paz por haber perdona a los demás, porque nos llevará a la puerta que nos conducirá a la paz interior y a llevar la paz a los demás. El rector siguió diciendo que hemos de estar alegres porque el Señor está cerca. Y gracias a la Virgen, el Hijo de Dios llegará a través de Ella. Nuestra alegría será mayor en la medida que estemos más metidos en el Señor. La llegada del Hijo de Dios cambió el mundo y hemos de estar alegres por ello. Pidámosle a la Virgen la alegría y que esta alegría perdure siempre, pues a Jesús se va y se vuelve por María.
Al final de la celebración, un coro formado por miembros de las Hermandades de la Virgen de la Puerta en Barcelona, la Virgen de la Puerta de Vilafranca del Penedés, la del Señor de los Milagros de l’Hospitalet de Llobregat y de Barcelona, y la Hermandad de san Martín de Porres, cantaron el himno a la Virgen de la Puerta.
Seguidamente, los “mayordomos” llevaron en volandas a la Virgen al exterior del templo.
La fiesta en la calle Valldonzella
Los organizadores habían extendido una alfombra roja que seguía el camino de la puerta exterior de Montalegre hasta el entarimado que le habían preparado a la imagen. El pasillo fue escoltado por devotos, gitanillos y negritos, como así se hacen llamar, vestidos con los atuendos más típicos del norte del Perú. Se dispararon tubos de confite de colores, sonaron cohetes y petardos, tocó un grupo de músicos, fundiéndose todo con profusión de aplausos. Allí estaba el Secretario de formación y ciudadanía del PSC, señor Josep Maria Sala, el rector de Montalegre, y los representantes de las hermandades y otras entidades. Estas autoridades pronunciaron palabras de agradecimiento, se cantó el himno del Perú y se gritaron vivas a la Virgen, en medio de un ambiente perfumado y humeante de palo santo.
Isabel Hernández Esteban