Nos llega por fin, con el comienzo del verano, la esperada encíclica del Papa Francisco, con la temática de fondo del problema ecológico que el desarrollo rapidísimo de la sociedad tecnológica esta generando.
Las consecuencias de la actividad humana sobre el mundo, la casa común de la humanidad, son evidentes. En la Encíclica encontramos un estudio detallado de los graves problemas que aparecen en muchos ecosistemas del mundo, aunque estas situaciones no están limitadas geográficamente; como en un organismo no hay partes independientes, todo comunica y el daño en los ecosistemas acaba siendo un daño al conjunto del planeta. El problema se agrava cuando se constata que los primeros afectados por la situación y que están recibiendo el impacto directo del deterioro ambiental son las poblaciones más pobres y desfavorecidas.
La Encíclica es un llamamiento a las conciencias de todos, especialmente a la de aquellos que tienen capacidad de decisión: existe la obligación ética y moral de buscar la manera de detener este rapidísimo deterioro.El estudio va mucho mas allá de las cuestiones bioecológicas. Se plantean las raíces teológicas de la necesidad de cuidar la Creación, se estudian las razones que se encuentran detrás de las actuaciones antiecológicas que se descubren en el mundo y se aportan una serie de lineas de orientación y acción para poder ayudar a resolver los problemas.
Como todas las encíclicas conviene leerla despacio, comprender bien el mensaje contenido, pensar como podemos secundarlo, y difundirlo cuanto mas mejor.
Mn Francesc Perarnau