Es el título de un libro que hace referencia a la evangelización del Japón, de José Miguel Cejas, editado por Rialp. Está compuesto de una treintena de relatos personales. En primer lugar, de aquellas personas que fueron al Japón por impulso del beato Álvaro del Portillo, cuando era el prelado y padre en el Opus Dei, primer sucesor de san Josemaria, cumpliendo así un deseo del fundador de la Obra, el de dar a conocer a los japoneses el Opus Dei. Y también de japoneses que dieron fruto a la evangelización. Cada relato sitúa al lector en un punto fijo del país del lejano Oriente y de su historia, pues algunos relatos refieren la llegada de los primeros evangelizadores al Japón, las persecuciones subsiguientes y la estabilización religiosa, así como hechos de la historia política y social de aquel país. Lo que más conmueve son las referencias que hacen los protagonistas del relato a sus antepasados.
Uno de ellos es del escultor de la Basílica de la Sagrada Familia (Barcelona), señor Etsuro Soto, un japonés que llegó por casualidad a Barcelona y aquí se ha quedado, lugar en donde ha conocido la fe de Cristo. En su relato, realizado a la par con el arquitecto de la Sagrada Familia, señor José Manuel Almuzara López, se refiere a su Japón natal, de su conversión al catolicismo, de su obra escultórica, y también de la Iglesia de Santa María de Montalegre, para la cual esculpió una imagen de san Josemaria, que fue bendecida el día 18 de mayo de 2008 por el actual prelado del Opus Dei, Dr. Javier Echevarria.
Isabel Hernández Esteban