El dia 27 de este mes tendrá lugar en Madrid, ciudad en la que nació, la beatificación del siervo de Dios Álvaro del Portillo. Tengo como una gracia de Dios el haber tenido la oportunidad de vivir en Roma en los años de mi preparación para el sacerdocio y de haber podido estar muy cerca del Don Alvaro. Para mi, esta beatificación es la confirmación de algo que se podía constatar cada vez que le veíamos o le oíamos: era un hombre de Dios, que hablaba de Dios, que llevaba a Dios.
En la información que nos brinda la pagina web del Opus Dei se puede leer una entrevista con el actual postulador de la Causa en la que responde a esta pregunta: ¿Por qué es D. Álvaro candidato a la Beatificación? Lo hace con estas palabras:
Para abrir una causa de canonización, el elemento determinante es la existencia de una sólida fama de santidad, espontánea y difundida entre una parte significativa del Pueblo de Dios. Se dio inicio a la causa de Mons. del Portillo porque, desde el día de su muerte, había demostraciones evidentes de esta fama. Mucha gente en todo el mundo estaba convencida de que era una persona santa e invocaba su intercesión con el objeto de obtener favores del Cielo. La función de la causa es verificar si esa fama de santidad tiene un fundamento real. El decreto sobre las virtudes heroicas promulgado por la Congregación para las Causas de los Santos el 28 de junio de 2012 nos dice que la Iglesia ha llegado a un juicio positivo sobre su santidad de vida.
La Iglesia confirma de esta manera la certeza que tantos teníamos sobre la santidad de vida de ese hombre de Dios.
Muchas personas constatan, además, que es un buen intercesor delante de Dios. Hay algunos hechos, como los que se han aportado para la Causa, que son verdaderos milagros, pero sobre todo hay muchos favores pequeños que se atribuyen a su intercesión. También así Don Álvaro sigue llevando almas a Dios.
Mn Francesc Perarnau