En la clausura del ciclo de conferencias sobre el Venerable Siervo de Dios, D. Álvaro del Portillo, que se celebraron en el oratorio de Santa María de Bonaigua, en Barcelona , el colaborador de la iglesia de Santa María de Montalegre, el dia 27 de marzo de 2014 el Dr. Josep Masabeu, ofreció una interesante y amena conferencia sobre los viajes y las estancias de D. Álvaro en Cataluña, a lo largo de su vida.
Tras la presentación del acto a cargo de su moderador, Mn. Jesús María Pons, el Dr. Masabeu refirió, a modo de resumen, la cifra total de viajes que sumaban 37. En vida de san Josemaría, D. Álvaro vino con él 12 veces y en 9 ocasiones lo hizo solo. A partir del año de 1975 en que sucedió a san Josemaría al frente del Opus Dei, vino 16 veces. El Dr. Masabeu destacó que en muchos de estos viajes , D. Álvaro fue a Montserrat dada la extensa y buena relación que había entre el abad Escarré y san Josemaría, así como con D. Álvaro .
La primera vez que vino D. Álvaro en Cataluña, fue con ocasión de la Exposición Universal que se celebró en Barcelona en 1929. A continuación, en 1939 cuando su Regimiento fue trasladado a Olot. Como era costumbre en aquella época, los oficiales se alojaban en casas de familias acomodadas. Considerando que apreciaban a D. Álvaro como un hombre de futuro por sus estudios de ingeniero de Caminos , lo alojaron en casa de una familia donde vivía una joven en edad de merecer. Cuando D. Álvaro detectó la jugada, se fue de aquel lugar . Si bien esto podría haber sido un anécdota de juventud, ha pasado a referirse con detalle, porque en el momento que se produjeron estos hechos, y D. Álvaro lo estaba pasando mal, san Josemaría, que en aquellas fechas se encontraba en Madrid, percibió que D. Álvaro estaba sufriendo y pidió a las personas que se encontraban con él que rezaran un Acordaos. Más adelante, D. Álvaro le agradeció a san Josemaría su ayuda, porque se dio cuenta del apoyo que sintió para superar esa prueba. Así nació la costumbre en la Obra de rezar cada día un Acordaos por la persona del Opus Dei que más lo necesite .
Volvió del 28 al 30 de octubre de 1939 en Barcelona, fechas en las que fue el Tibidabo donde expresó su premoción sobre el apostolado que él veía posible hacer en la Obra. Regresó a Barcelona en tres ocasiones más en 1940, año en el que se logró abrir el primer centro, ” Palau”. En 1941 se iniciaron las relaciones con el abad Escarré, monje de Montserrat, con el que D. Álvaro mantuvo una extensa relación epistolar y varios encuentros. El abad Escarré le facilitó recomendaciones de gran utilidad para poder apoyar el inicio de la tramitación jurídica del Opus Dei ante el Vaticano. En 1946 vino a Barcelona en varias ocasiones más. Con san Josemaría, en el año 1958, viniendo de Zaragoza, estuvieron en Castelldaura ( Premià de Mar). Y en 1962 en Barcelona, de nuevo, para ir a Monterols, Llar y el IESE. En 1966 y 1969 fueron a Castelldaura, y también en 1973, año en que intervinieron de una enfermedad prostática a D. Álvaro, en una clínica de Barcelona. En 1972, se puede ver a san Josemaría y D. Álvaro en la tertulia de Brafa (Barcelona). Finalmente, en el año 1974, en Castelldaura, lugar donde terminaron juntos los documentos del itinerario jurídico del Opus Dei . Volvieron a Roma el 30 de septiembre de 1974 .
Una vez que D. Álvaro del Portillo sucedió a san Josemaría, entre el 26 de julio de 1978 y el 24 de enero de 1994 vino en 16 ocasiones, a Barcelona, Lleida y el Papiol, entre otros lugares. Visitó la basílica de la Virgen de la Merced en 7 ocasiones, en los años 1980, 1982, 1989, 1990, 1992, 1991 y 1993. Cabe decir que D. Álvaro puso de manifiesto el conocimiento del catalán porque, como él había dicho, a los 14 años de edad ya había leído “Blanquerna” de Ramón Llull .
Como detalle final, el Dr. Masabeu explicó que D. Álvaro del Portillo tenía la costumbre de conservar, encima de su mesa, durante unos días, las estampas de los oratorios o santuarios de la Virgen, para encomendar la labor apostólica de aquel lugar. Y dijo que la penúltima estampa de su mesa fue la de Virgen del oratorio de Santa María de Bonaigua .
Isabel Hernández Esteban