Con mucha ilusión nos reunimos en Nochebuena en la Iglesia de Santa María de Montalegre para participar en la Misa de Gallo a las 11 de la noche. El rector presidió la celebración de la santa misa solemne, concelebrada por Mn . Manel Mallol . La soprano Patricia Sendra dirigió los cantos navideños y Josep Masabeu interpretó los villancicos en el órgano impresionante que está situado en el coro de la iglesia.
En la homilía Mn . Francesc Perarnau nos situó en aquella noche santa, en el momento en que Dios entró en la historia, momento en el que se abrieron las puertas del cielo para todos y entró la alegría para todos los fieles de Dios. Sin embargo, recordó el rector que “La alegría no va separada de la cruz. Desde la anunciación del ángel a la Virgen, la cruz apareció , así antes del Nacimiento del Niño Jesús ya estaba presente. María y José tuvieron que cambiar sus planes por el edicto de César, tuvieron que salir de Nazaret, y de camino tuvieron que parar a Belén. No encontraron más lugar que un establo, que nosotros hemos idealizado, pero realmente debería oler mal, haber pulgas … y ser incómodo . Después tuvieron que huir para zafarse de los crímenes del rey Herodes, y pasar muchos años en Egipto, escondidos, y después más años de vida oculta hasta que Jesús se manifestó públicamente. Y estas cruces también se ven reflejadas en los villancicos, que son una verdadera catequesis. Toda la vida del Señor integra un plan de salvación, todo a la vez es alegría y cruz, todo es un misterio, todo es camino de salvación “.
Al terminar el rector nos recordó las palabras que el Papa Francisco había pronunciado sobre los pobres y las personas con carencias , haciéndonos ver que debemos estar pendientes de las personas que nos rodean , y también las de todo el mundo con nuestra oración .
Como siempre, en Nochebuena, un centenar de fieles nos reunimos para cantar villancicos y degustar barquillos y turrones, deseándonos una Feliz Navidad. Debemos agradecer a los músicos Josep Masabeu y Edu Serrabou su intervención ya que aportaron simpatía y alegría a todos los que estábamos presentes.
Isabel Hernández Esteban