Los santuarios de Nuestra Señora son lugares de oración adónde acudimos los católicos para rezar más cerca de la Virgen, la Madre de Nuestro Señor Jesucristo. Por eso la Iglesia de Santa Maria de Montalegre ha peregrinado a lugares donde la Virgen se apareció y, en su caso vivió, como lo fue en los lugares santos de Tierra Santa, en Israel. Hay otros santuarios dónde la oración también puede alcanzarse en total recogimiento con la Virgen sin que antes se hubiera aparecido y dejara a aquellos escogidos unos mensajes y encargos que hasta la fecha habían sido únicos.
Así podemos citar un santuario que hemos visitado recientemente, y que está situado a pocos metros sobre el nivel del mar, pero rodeado de unas montañas altísimas y unos lagos bellísimos, como lo son los Picos de Europa, en Asturias. Nos referimos al santuario de la Virgen de Covadonga. Como pasa en otros lugares, la imagen de la Virgen está en una cueva, la Santa Cueva, llamada hace siglos Cova Dominica, y que con los años pasó a llamarse como se la conoce hoy, Covadonga. Hasta llegar a la cueva se transita por un corredor dentro de la propia roca de la montaña, se circula en silencio. Unos van, otros regresan, con el corazón puesto en la Virgen y lleno de peticiones y agradecimientos. La talla es policromada y posterior al año 1777, año en el que sufrió un incendio, motivo por el que más tarde se realizó una nueva imagen la cual también ha sufrido otros incidentes, como un robo en 1939, y posterior hallazgo en Francia hasta su regreso a la santa cueva. Es una Virgen vestida y enjoyada, suele ir de rojo, pero en ocasiones especiales va de blanco o azul, y los que la quieren con afecto la llaman La Santina.
El entorno es de una belleza natural impresionante. El recinto alberga pocas edificaciones, la Colegiata, el museo, la iglesia, un hotel, y los servicios al peregrino. Hay que destacar la fuente de los siete caños de agua. Dice la tradición que si se es capaz de beber seguido de los siete caños, y eres soltero, al año ya vas de camino al altar. Pero lo más importante es que allí se va a rezar y realmente se reza. Es una advocación de la Virgen muy querida en toda Asturias, pero los peregrinos que vamos allí desde muy lejos también nos enamora y nos acoge en su manto.
http://www.santuariodecovadonga.com/nuestrasenora.html
Isabel Hernández Esteban