Para los alumnos de los colegios y de las universidades, el mes de septiembre marca el inicio de un nuevo curso. Pero esto no es solamente para ellos, también se habla de un nuevo curso político y, en general, después del parón que ha supuesto el mes de agosto, todos tenemos la impresión de que “volvemos a empezar”.
De alguna manera, en el mes de septiembre todos recomenzamos: recomienza la vida escolar, la vida universitaria, la vida política y la laboral…
Aunque en Montalegre no hemos detenido la actividad pastoral a lo largo del verano, puesto que la iglesia ha estado abierta todos los días y se han mantenido las Misas y los retiros, sí se han notado las ausencias de los sacerdotes que, por turnos, ha tomado un tiempo para sus necesarias vacaciones y también se ha notado en la atención de despachos, tanto de la iglesia como de la Acció Social.
Y ahora “volvemos a empezar”.
Abrirán los despachos, volverán las actividades, aparecerán nuevas iniciativas para un año especial que se despliega ante nosotros.
En nuestro horizonte cercano vemos con esperanza el comienzo en el mes de octubre del Año de la Fe que ha convocado el papa Benedicto XVI. Será un año estupendo en el que el Romano Pontífice nos pide a todos los católicos que sepamos dar “un testimonio creíble” de nuestra fe. Se trata de implicarse en esta ilusión del Papa, de escucharle y de procurar estar en sintonía con lo que nos está pidiendo en estos momentos. A medida que nos acerquemos al comienzo de este Año de la Fe, los Obispos nos irán marcando el camino por donde debe irse desarrollando nuestra vida cristiana.
Mn Francesc Perarnau