El día en el que se hizo la celebración litúrgica de dar sepultura a José María Hernández Garnica en la iglesia, se anunció que el 9 de diciembre se haría la misa en sufragio de su alma. En este sentido, media hora antes la nave central se fue llenando de fieles en los que ya ha arraigado la devoción privada hacia el Siervo de Dios; mientras tanto el organista de la Casa, Josep Masabeu, facilitaba un ambiente sereno para la oración personal.
Al comienzo de la misa, el rector nos recordó que el traspaso de José María se produjo el 7 de diciembre y del que ya se cumplían 39 años, pero al ser una fecha en la que se celebra la novena de la Inmaculada, se entendió que era mejor seguir la tradición del día 9 de diciembre. Añadió que pese a que estamos convencidos de que ya está en el cielo, tenemos la obligación de ofrecer sufragios por su alma hasta que la Iglesia determine su santidad, con la certeza de que nunca se pierden las oraciones ya que se aplican a quien más las necesite.
Mn. Francesc Perarnau en su homilía hizo referencia a las cosas que se han realizado en los últimos cinco años desde que se inició el proceso de canonización, y destacó: Todo empezó como una ilusión, la de tener a José María aquí, pero ninguna de las personas que han participado podíamos imaginar que todo el proceso fuera tan rápido…En esto se ha producido lo que decía San Josemaría, “soñad y os quedaréis cortos “…. Y ahora que se ve que todo se ha producido en tan poco tiempo hemos de entender lo que significa: es urgente promover la devoción privada, y sobre todo, escribir a la Causa de los Santos los favores que hemos recibido. En este punto hizo una pequeña recomendación que a veces olvidamos: “Tenemos que separar lo que se pide, es decir, pedir al Siervo de Dios en concreto y con fe, eso es lo más importante, debemos confiar en su intercesión.
Muchos de los que estábamos en la iglesia podíamos repetir, dentro nuestro, las palabras que un fiel le había dicho al rector, “A mí José María me ayuda”. Y si promovemos la devoción privada hablando de él, distribuyendo estampas, etc. conseguiremos, a base de insistir, rezar y rezar, arrancar de Dios el milagro que se espera.
Después de la misa que fue la propia del Adviento, nos trasladamos a la Capilla del Santísimo donde el oficiante dirigió un responso por el alma de José María, y por todas las almas del purgatorio, Que la luz perpetua los ilumine.
Isabel Hernández Esteban