Un año más en el Santuario de Torreciudad en Huesca se celebró la el 17 de septiembre la Jornada Mariana de la Familia, cumpliéndose en esta ocasión su vigésimo segundo encuentro. Fue presidida por el Emmo. Y Rvdmo. Sr. D. Antonio María Rouco Varela, Cardenal Arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española. El programa de la jornada se inició con las ofrendas de las familias a la Virgen, siguió la Santa Misa y el mensaje de Su Santidad Benedicto XVI; y después del almuerzo las Actuaciones de las familias, Santo Rosario con procesión de la Virgen y Exposición Solemne. Todos estos actos se desarrollaron en la explanada del santuario, a pleno sol, como viene siendo habitual. Estuvimos presentes unas 16000 personas, número de peregrinos que cada año va en aumento, motivo por el cual la organización ha de superar anualmente todos sus esfuerzos para el buen desarrollo y movimientos de todos los participantes.
La novedad de XXII Jornada de Familia ha sido su retrasmisión en directo por el canal TV 13, cosa que ha hecho posible que la celebración entrara en muchos hogares de incontables telespectadores. Se esperaba que la homilía de D. Antonio María Rouco nos inyectara de su ánimo todo el impulso de la JMJ de Madrid, del pasado mes de agosto, en la que él tuvo una participación totalmente activa junto a Benedicto XVI.
Y efectivamente, señaló que este año 2011 era un año singular pues había coincidido con la Jornada Mundial de la Juventud, cosa que ocurrió en el año 1989 en la I Jornada Mariana de la Familia en la que coincidió con la Jornada Mundial de la Juventud en Santiago de Compostela, coincidencias que fueron el presagio de que las pocas semanas se produjera la caída del muro de Berlín. Y la JMJ y la JMF celebradas este año las calificó como inolvidables pues formarán parte de la historia de la gracia de los jóvenes y las familias, pues “Aquí –dijo- se viene a buscar el misterio de la gracia”. Ahí se conoce quien sigue a Cristo: firmes en la fe, y al amparo de la Virgen; y añadió –como recordando las palabras de San José María “Hay que luchar…nuestra vocación es la vocación a la santidad, la cual es la verdadera vocación para la cual ha nacido el hombre”…”La Virgen es instrumento de gracia y de misericordia… No hay que tener miedo a las contrariedades, hay que tener miedo al pecado, a las debilidades”.
Por último, y haciendo referencia a la coyuntura actual insistió en que “La crisis actual no es técnica, es moral, es la de haber renunciado a Dios…”. D. Antonio María Rouco después del almuerzo participó en la ofrenda de los niños a la Virgen, se paseo por la explanada saludando a los peregrinos, y rezó junto con todos nosotros en el presbiterio en la Exposición Solemne.
Isabel Hernández Esteban