Volumen 13, Numero 44
ESTRASBURGO, 15 de octubre (C-FAM) – Tras un drástico vuelco legislativo se reafirmó el derecho a la objeción de conciencia de los profesionales médicos y de las instituciones en Europa la semana pasada.
La legislatura del Consejo de Europa sometió a consideración un proyecto de resolución que exigía importantes restricciones a la objeción de conciencia, incluyendo la privación de las garantías de este derecho a los médicos que se rehúsan a practicar abortos.
Una alianza de legisladores encabezada por dos políticos, uno de Italia y otro de Irlanda, aseguró la aprobación de 29 enmiendas que transformaron el proyecto en una resolución que preserva el derecho universalmente reconocido a la libertad de conciencia.
El proyecto de resolución, conocido como Informe McCafferty pretendía sancionar al personal sanitario que se negara a realizar prácticas contrarias al dictamen de su conciencia. Además, exigía un nuevo registro de objetores de conciencia.
Christine McCafferty, política británica y principal autora de la resolución inicial, dijo, en el transcurso de las deliberaciones, que pretendía forzar a clínicas y hospitales privados y confesionales a practicar abortos.
Un comité aprobó la resolución inicial de McCafferty, pero fue anulada en la última votación legislativa. La mayoría de los observadores daba por sentado que sería aprobada prácticamente sin enmiendas, por lo que el resultado impactó casi a todos, especialmente a McCafferty, quien terminó votando en contra de su propia resolución.
El nuevo texto establece que «ningún hospital, establecimiento o persona puede ser objeto de presiones, ser considerado responsable o sufrir discriminación de ningún tipo por negarse a realizar, aceptar o asistir un aborto».
«Esta resolución tendrá un impacto real en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos», aseguró Gregor Puppinck, director del European Centre for Law and Justice. Asimismo, manifestó que el tribunal frecuentemente cita resoluciones de la legislatura europea como reflejo del parecer del continente en general.
Puppinck dijo a Friday Fax que la legislatura a menudo reserva las votaciones sobre los asuntos más discutidos para los jueves a la tarde o los viernes. Como la mayoría de los miembros conservadores suele vivir en lugares más alejados de la sede de Estrasburgo que los liberales, los preparativos de los viajes, por lo general, hacen más difícil que puedan estar presentes en las votaciones que se efectúan hacia el fin de la semana. Puppinck atribuyó gran parte del éxito a los esfuerzos por mantener a los miembros conservadores en la sala para el la votación del jueves por la tarde.
Quienes respaldaron las enmiendas atribuyeron ampliamente el resultado final al liderazgo del senador italiano Luca Volonte, jefe del Partido Popular Europeo, y del senador irlandés Ronan Mullen.
«La Sra. McCafferty y sus seguidores deberían preguntarse, en primer lugar, por qué tantos profesionales de la salud se niegan a verse involucrados en abortos», reza un comunicado de prensa de Mullen. «Es porque consideran al aborto en sí mismo como una violación de los derechos humanos, y no como parte de un tratamiento médico responsable».
Diversos acuerdos internacionales vinculantes garantizan el derecho a la objeción de conciencia. Entre ellos se encuentran el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención Europea de Derechos Humanos y la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
Un número de asociaciones médicas, entre ellas el Consejo Nacional de Médicos de Francia, condenó el informe inicial de McCafferty. Figuras destacadas, como un ex magistrado del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y un ex presidente de conducta profesional del principal consejo médico del Reino Unido, se manifestaron en contra del proyecto inicial en una reunión realizada el día previo a la votación.
(Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano)