En versión original A passo d’uomo, Recuerdos y Reflexiones, es una visión privilegiada de muchos acontecimientos vividos junto al amado Santo Padre Juan Pablo II, a lo largo del 22 años en el que Joaquin Navarro Valls fue el portavoz del Vaticano, en el periodo de 1984 al 2005, y posteriormente 15 meses más con el Santo Padre Benedicto XVI.
El acto se celebró, al atardecer del 17 de agosto, en los jardines de Can Vilumara, en Cabrils, población costera del Maresme (Barcelona), al cual asistieron más de trescientas personas, y fue presentado por la Sra. Fina Montuenga.
El Sr. Navarro refirió que este libro no era el libro que todos esperamos, porque él habría de encerrarse durante un año y medio para poder repasar todos sus archivos. Tampoco ha sido un libro escrito como habitualmente se escriben los libros, es de decir, con una estructura previamente pensada, sino que es un libro de recuerdos, mirando los hechos del pasado, reflexionándolos de cara al futuro.
A continuación explicó algunos temas del libro como la inautenticidad con uno mismo, problema que pueden tener algunos personajes públicos que viven del resultado de la su propia imagen; también de la nueva visión y usos de la drogadicción. O de personajes tan conocidos como Mijaiíl Gorvachov o la Madre Teresa de Calcuta, entre otros. No obstante, la mayoría de los asistentes lo que estaba esperando era que hablase sobre Juan Pablo II, por lo que casi todas las preguntas fueron en aquella dirección y el conferenciante, en broma dijo “ya sabía que en el turno de preguntas no se hablaría de mi libro….”
Del pontificado de Juan Pablo II refirió muchas anécdotas como jefe de estado, como por ejemplo, cuando el Cardenal Cassaroli y el propio periodista entraron por primera vez en el Kremlin, no teniendo muy claro si iban a salir… y saludaron a Gorvachov, el cual les dijo que la su abuela lo había bautizado cuando era pequeño; o bien el primer viaje del Santo Padre a Polonia, hecho que resultó ser el primer detonante de la caída del muro. También destacó la vida mortificada del Santo Padre, pero siempre, siempre, conservando un buen humor y un afán apostólico impresionantes hasta los últimos momentos de su vida.
Nos conmovieron las explicaciones de cómo rezaba Juan Pablo II por todas las peticiones que recibía. Había ordenado a sus secretarios que las cartas dirigidas a él que no es perdieran, y que le preparasen una nota con los datos del país de procedencia, el nombre, y la petición, así en el reclinatorio de su oratorio ponía todas las notas y una a una las encomendaba, cada día.
El acto duró más de dos horas, al final del cual el Sr. Navarro nos proyectó una serie de fotografías entrañables, hechas por él mismo, de las excursiones que hicieron a la montaña. Era habitual que se encontrasen con otros excursionistas, ciclistas, familias que trabajaban en el campo, a todos los saludaba y se dejaba hacer fotos. Las imágenes iban avanzando según la edad del Santo Padre; variaba el paisaje, variaba alguna prenda de vestir, pero Juan Pablo II en los caminos siempre rezaba el rosario (cuántos?), se paraba pensativo y por supuesto leía; aquí, con simpatía, Joaquin Navarro Valls indicaba a los asistentes el protagonismo de una mochila, (que el Sr. Navarro porteaba en las excursiones) siempre llena de libros que por el camino leería el Santo Padre.
Al final del acto la Sra. Vallet nos ofreció un piscolabis refrescante, mientras el conferenciante autografió y dedicó con mucho afecto los libros, en conjunto fue una tarde de verano inolvidable.
Isabel Hernández Esteban