El día 23 de marzo de 2010 a las 19.00 horas se celebró en Montalegre la misa en sufragio por el alma del primer sucesor de San Josemaria como prelado del Opus Dei. Fue una misa concelebrada por cuatro sacerdotes que presidió el Dr. Antoni Pujals, Vicario del Opus Dei en Catalunya, al que acompañaron el Rector de la iglesia, Mn. Francesc Perarnau, Mn. Xavier Argelich y Mn. Manel Mallol. El Maestro de ceremonias fue, como es habitual en estas celebraciones, Mn. Joan Juventeny.
Al inicio de la santa misa, el Dr. Pujals dijo que la celebraban con el deseo de agradecer a D. Álvaro todo el que hizo por nosotros, por la Iglesia y por el Opus Dei, invitándonos a participar con piedad. En esos momentos la iglesia ya se había llenado por completo.
En el 16 aniversario del traspaso de D. Álvaro, que se produjo a las pocas horas de volver del viaje a Tierra Santa, el Dr. Pujals recordó en la homilía un sentimiento de muy generalizado, que estas oraciones son más fructíferas para nosotros que para D. Álvaro, ya que él está en el cielo y él corresponde ayudándonos.
A las puertas de la Semana Santa hemos de acompañar a Jesús en la cruz y en su resurrección gloriosa, obteniendo de todo ello el máximo provecho para nuestra alma. Es muy probable que Jesús nos pida a cada uno alguna cosa, y hemos de saber responder con generosidad, y no dejarlo solo como muchos de sus discípulos lo hicieron en el momento más difícil.
El Vicario del Opus Dei recordó que estábamos inmersos en el Año Sacerdotal instituido por el Santo Padre Benedicto XVI, que no es trataba solo del año por el bien de las vocaciones sacerdotales sino también por el alma sacerdotal de todos los cristianos, don que hemos recibido por el bautismo. D. Álvaro había hablado y predicado mucho sobre el sacerdocio común, una característica del Opus Dei, del sentido de la doctrina cristiana y de nuestra vida. Recordó también que San Josemaria decía de él que era un hijo fidelísimo y que había puesto muchas veces su espalda para que a él no lo pegaran, pidiendo que lo imitásemos sobre todo en la fidelidad, y con una sonrisa, ya que su ilusión era siempre hacer la voluntad de Dios.
Por último, el Dr. Pujals dijo a todos los presentes, pero también para que lo hiciésemos saber, que hemos de amar la misa ya que es donde encontraremos la fuerza que necesitemos. La celebración finalizó con el Virolai a la Virgen Santísima, pidiéndole que nos ayude a responder a Jesús con fidelidad, haciendo uso, si era posible, de la estampa de D. Álvaro.
Isabel Hernández Esteban