Iniciado el tiempo de pascua y de alegría, el pintor restaurador Sr. Antoni Luque ha proseguido los trabajos de la restauración de algunos elementos antiguos de la decoración de la iglesia, que había comenzado a lo largo del mes de marzo. Previamente y con la finalidad de ajustarse a las propias características históricas del templo, se estudiaron unas fotografíes antiguas que se conservan en el archivo, y se observó que bajo la grada se habían representado, en otro tiempo, unas aves que las identificaron como pavos.
La restauración se hará en las dos bajo gradas. Se puede ver (en la fotografía de la izquierda) al Sr. Luque en plena actividad. El acercamiento a la superficie de la pared se hace imprescindible para limpiar, dibujar y pintar con detalle las figuras de los pavos y así representar la majestuosidad y la belleza de estas aves, y de los adornos de las cenefas.
Una vez acabado el trabajo finísimo del artista, también se puede observar que el color verde agua que predominaba va desapareciendo de las paredes de la nave central, dando paso a otros colores más adecuados a una iglesia con tantos años de historia.
Este tipo de ave es de la clasificación de los fasianiformes y de la familia de los fasiánidas, cuyo nombre en latín es Pavo Cristatus; actualmente es muy común, y se utiliza para la ornamentación gracias a sus espléndidas plumas de colores y para el deleite culinario. No obstante en la historia del arte la representación este animal tiene una trayectoria muy larga como símbolo.
Es un símbolo solar, debido a su fantástica cola desplegada en forma de rueda. En el Libro de los Muertos tibetano sirve como trono a Amitabha o Amida, símbolo de la inmortalidad. En la Grecia Clásica el pavo era el ave de la diosa Hera, y en las pinturas que representan la seducción a Zeus, suele ir acompañada del pavo.
En relación con la iconografía cristiana es el símbolo de la resurrección de Cristo, y, por medio de ésta, de la resurrección del alma. Todo ello contribuyó a creer que la carne del pavo era incorruptible. Ya desde los inicios del cristianismo, en las catacumbas se podían encontrar pinturas de estas aves.
Pero también se le han relacionado con otros significados menos apreciados. Se le representa como símbolo de vanidad fruto de la combinación de su breve belleza y escasa vivacidad, en contraste con su majestuosidad.
Isabel Hernández Esteban