Ens anem a Polònia 7 dies, ja et pots inscriure!

Amics i amigues de Montalegre, en l’any del Centenari del Naixement de Sant Joan Pau II, ens anem de Peregrinació a Polònia, país on va néixer Karol Wojtyla, del 28 d’agost al 3 de setembre de 2020, un total de 7 dies.

El primer dia del viatge, volarem cap a Cracòvia fent escala a Varsòvia, així que la primera nit a Polònia la farem en Cracòvia i serà el lloc central on passarem tres dies.

A Cracòvia visitarem els llocs més emblemàtics com ho són: la Colina Wawel, el Castell Reial (Zamlek), la Catedral de Wenceslao i del Bisbe Sant Estanislau, considerat el centre espiritual de Polònia; també la Ciutat Vella de Cracòvia, la plaça del Mercat, l’Església de Santa Maria; l’espectacle del Trompetista de Cracòvia; el Santuari de la Divina Misericòrdia, entre d’altres llocs de la ciutat.

Sortint de Cracòvia, anirem a Oswiecim, ciutat on es troba el camp de concentració i extermini nazi Auschwitz. Després visitarem Les Mines de Sal de Wielizcka on es troba la Capella de Sant Antoni i l’Altar Major de la Benaventurada Kinga. A l’endemà anirem a Wadowice on visitarem l’Església de la Santíssima Verge i la Casa Museu del Sant Pare. A la tarda emprendrem viatge a Czestochowa. Allí visitarem el Santuari de Jasna Gora. Després de dinar, ens traslladarem a Varsòvia on hi farem nit.

Al sisè dia de peregrinació, visitarem Varsòvia, el centre monumental i la ruta reial. Farem una passejada pel casc històric de la ciutat, Stare Miasto, el Castell Reial de Varsòvia, la columna de Segimon, la Catedral de Sant Joan Baptista i la Plaça del Mercat Vell. A la tarda farem la ruta reial amb el nostre autocar, un dels trajectes més prestigiosos de la ciutat; també el Parc Lazienki amb el monument del compositor Frederyk Chopin i el Palau sobre l’Aigua.

El dia 3 de setembre de 2020 que serà el setè dia volarem de Varsòvia a Barcelona i s’haurà acabat la peregrinació.

Notes importants

Els trasllats per l’interior de Polònia es faran en un autocar privat pel grup i disposarem tots els dies d’una guia polonesa de parla castellana. A excepció dels dies 1 i 7 de viatge, els altres 5 dies, el mossèn que anirà amb nosaltres celebrarà la eucaristia en un lloc diferent cada dia.

Ja us podeu inscriure a  RUTH TRAVEL 934673244.

S’adjunta el programa de la peregrinació amb tota mena de detalls.

ESGLESIA DE MONTALEGRE. PELEGRINATGE POLONIA – 28 AGOST – 03 SETEMBRE 2020

Comunicació Montalegre

EL HERMOSO SIGNO DEL PESEBRE 

Carta apostólica Admirabile signum del Santo Padre Francisco sobre el significado y el valor del Belén, 01.12.2019

 

CARTA APOSTÓLICA EL HERMOSO SIGNO DEL PESEBRE DEL SANTO PADRE FRANCISCO SOBRE EL SIGNIFICADO Y EL VALOR DEL BELÉN

1. El hermoso signo del pesebre, tan estimado por el pueblo cristiano, causa siempre asombro y admiración. La representación del acontecimiento del nacimiento de Jesús equivale a anunciar el misterio de la encarnación del Hijo de Dios con sencillez y alegría. El belén, en efecto, es como un Evangelio vivo, que surge de las páginas de la Sagrada Escritura. La contemplación de la escena de la Navidad, nos invita a ponernos espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre. Y descubrimos que Él nos ama hasta el punto de unirse a nosotros, para que también nosotros podamos unirnos a Él.

Con esta Carta quisiera alentar la hermosa tradición de nuestras familias que en los días previos a la Navidad preparan el belén, como también la costumbre de ponerlo en los lugares de trabajo, en las escuelas, en los hospitales, en las cárceles, en las plazas… Es realmente un ejercicio de fantasía creativa, que utiliza los materiales más dispares para crear pequeñas obras maestras llenas de belleza. Se aprende desde niños: cuando papá y mamá, junto a los abuelos, transmiten esta alegre tradición, que contiene en sí una rica espiritualidad popular. Espero que esta práctica nunca se debilite; es más, confío en que, allí donde hubiera caído en desuso, sea descubierta de nuevo y revitalizada.

2. El origen del pesebre encuentra confirmación ante todo en algunos detalles evangélicos del nacimiento de Jesús en Belén. El evangelista Lucas dice sencillamente que María «dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada» (2,7). Jesús fue colocado en un pesebre; palabra que procede del latín: praesepium.

El Hijo de Dios, viniendo a este mundo, encuentra sitio donde los animales van a comer. El heno se convierte en el primer lecho para Aquel que se revelará como «el pan bajado del cielo» (Jn 6,41). Un simbolismo que ya san Agustín, junto con otros Padres, había captado cuando escribía: «Puesto en el pesebre, se convirtió en alimento para nosotros» (Serm. 189,4). En realidad, el belén contiene diversos misterios de la vida de Jesús y nos los hace sentir cercanos a nuestra vida cotidiana.

Pero volvamos de nuevo al origen del belén tal como nosotros lo entendemos. Nos trasladamos con la mente a Greccio, en el valle Reatino; allí san Francisco se detuvo viniendo probablemente de Roma, donde el 29 de noviembre de 1223 había recibido del Papa Honorio III la confirmación de su Regla. Después de su viaje a Tierra Santa, aquellas grutas le recordaban de manera especial el paisaje de Belén. Y es posible que el Poverello quedase impresionado en Roma, por los mosaicos de la Basílica de Santa María la Mayor que representan el nacimiento de Jesús, justo al lado del lugar donde se conservaban, según una antigua tradición, las tablas del pesebre.

Las Fuentes Franciscanas narran en detalle lo que sucedió en Greccio. Quince días antes de la Navidad, Francisco llamó a un hombre del lugar, de nombre Juan, y le pidió que lo ayudara a cumplir un deseo: «Deseo celebrar la memoria del Niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno»[1]. Tan pronto como lo escuchó, ese hombre bueno y fiel fue rápidamente y preparó en el lugar señalado lo que el santo le había indicado. El 25 de diciembre, llegaron a Greccio muchos frailes de distintos lugares, como también hombres y mujeres de las granjas de la comarca, trayendo flores y antorchas para iluminar aquella noche santa. Cuando llegó Francisco, encontró el pesebre con el heno, el buey y el asno. Las personas que llegaron mostraron frente a la escena de la Navidad una alegría indescriptible, como nunca antes habían experimentado. Después el sacerdote, ante el Nacimiento, celebró solemnemente la Eucaristía, mostrando el vínculo entre la encarnación del Hijo de Dios y la Eucaristía. En aquella ocasión, en Greccio, no había figuras: el belén fue realizado y vivido por todos los presentes[2].

Así nace nuestra tradición: todos alrededor de la gruta y llenos de alegría, sin distancia alguna entre el acontecimiento que se cumple y cuantos participan en el misterio.

El primer biógrafo de san Francisco, Tomás de Celano, recuerda que esa noche, se añadió a la escena simple y conmovedora el don de una visión maravillosa: uno de los presentes vio acostado en el pesebre al mismo Niño Jesús. De aquel belén de la Navidad de 1223, «todos regresaron a sus casas colmados de alegría»[3].

3. San Francisco realizó una gran obra de evangelización con la simplicidad de aquel signo. Su enseñanza ha penetrado en los corazones de los cristianos y permanece hasta nuestros días como un modo genuino de representar con sencillez la belleza de nuestra fe. Por otro lado, el mismo lugar donde se realizó el primer belén expresa y evoca estos sentimientos. Greccio se ha convertido en un refugio para el alma que se esconde en la roca para dejarse envolver en el silencio.

¿Por qué el belén suscita tanto asombro y nos conmueve? En primer lugar, porque manifiesta la ternura de Dios. Él, el Creador del universo, se abaja a nuestra pequeñez. El don de la vida, siempre misterioso para nosotros, nos cautiva aún más viendo que Aquel que nació de María es la fuente y protección de cada vida. En Jesús, el Padre nos ha dado un hermano que viene a buscarnos cuando estamos desorientados y perdemos el rumbo; un amigo fiel que siempre está cerca de nosotros; nos ha dado a su Hijo que nos perdona y nos levanta del pecado.

La preparación del pesebre en nuestras casas nos ayuda a revivir la historia que ocurrió en Belén. Naturalmente, los evangelios son siempre la fuente que permite conocer y meditar aquel acontecimiento; sin embargo, su representación en el belén nos ayuda a imaginar las escenas, estimula los afectos, invita a sentirnos implicados en la historia de la salvación, contemporáneos del acontecimiento que se hace vivo y actual en los más diversos contextos históricos y culturales.

De modo particular, el pesebre es desde su origen franciscano una invitación a “sentir”, a “tocar” la pobreza que el Hijo de Dios eligió para sí mismo en su encarnación. Y así, es implícitamente una llamada a seguirlo en el camino de la humildad, de la pobreza, del despojo, que desde la gruta de Belén conduce hasta la Cruz. Es una llamada a encontrarlo y servirlo con misericordia en los hermanos y hermanas más necesitados (cf. Mt 25,31-46).

4. Me gustaría ahora repasar los diversos signos del belén para comprender el significado que llevan consigo. En primer lugar, representamos el contexto del cielo estrellado en la oscuridad y el silencio de la noche. Lo hacemos así, no sólo por fidelidad a los relatos evangélicos, sino también por el significado que tiene. Pensemos en cuántas veces la noche envuelve nuestras vidas. Pues bien, incluso en esos instantes, Dios no nos deja solos, sino que se hace presente para responder a las preguntas decisivas sobre el sentido de nuestra existencia: ¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Por qué nací en este momento? ¿Por qué amo? ¿Por qué sufro? ¿Por qué moriré? Para responder a estas preguntas, Dios se hizo hombre. Su cercanía trae luz donde hay oscuridad e ilumina a cuantos atraviesan las tinieblas del sufrimiento (cf. Lc 1,79).

Merecen también alguna mención los paisajes que forman parte del belén y que a menudo representan las ruinas de casas y palacios antiguos, que en algunos casos sustituyen a la gruta de Belén y se convierten en la estancia de la Sagrada Familia. Estas ruinas parecen estar inspiradas en la Leyenda Áurea del dominico Jacopo da Varazze (siglo XIII), donde se narra una creencia pagana según la cual el templo de la Paz en Roma se derrumbaría cuando una Virgen diera a luz. Esas ruinas son sobre todo el signo visible de la humanidad caída, de todo lo que está en ruinas, que está corrompido y deprimido. Este escenario dice que Jesús es la novedad en medio de un mundo viejo, y que ha venido a sanar y reconstruir, a devolverle a nuestra vida y al mundo su esplendor original.

5. ¡Cuánta emoción debería acompañarnos mientras colocamos en el belén las montañas, los riachuelos, las ovejas y los pastores! De esta manera recordamos, como lo habían anunciado los profetas, que toda la creación participa en la fiesta de la venida del Mesías. Los ángeles y la estrella son la señal de que también nosotros estamos llamados a ponernos en camino para llegar a la gruta y adorar al Señor.

«Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado» (Lc 2,15), así dicen los pastores después del anuncio hecho por los ángeles. Es una enseñanza muy hermosa que se muestra en la sencillez de la descripción. A diferencia de tanta gente que pretende hacer otras mil cosas, los pastores se convierten en los primeros testigos de lo esencial, es decir, de la salvación que se les ofrece. Son los más humildes y los más pobres quienes saben acoger el acontecimiento de la encarnación. A Dios que viene a nuestro encuentro en el Niño Jesús, los pastores responden poniéndose en camino hacia Él, para un encuentro de amor y de agradable asombro. Este encuentro entre Dios y sus hijos, gracias a Jesús, es el que da vida precisamente a nuestra religión y constituye su singular belleza, y resplandece de una manera particular en el pesebre.

6. Tenemos la costumbre de poner en nuestros belenes muchas figuras simbólicas, sobre todo, las de mendigos y de gente que no conocen otra abundancia que la del corazón. Ellos también están cerca del Niño Jesús por derecho propio, sin que nadie pueda echarlos o alejarlos de una cuna tan improvisada que los pobres a su alrededor no desentonan en absoluto. De hecho, los pobres son los privilegiados de este misterio y, a menudo, aquellos que son más capaces de reconocer la presencia de Dios en medio de nosotros.

Los pobres y los sencillos en el Nacimiento recuerdan que Dios se hace hombre para aquellos que más sienten la necesidad de su amor y piden su cercanía. Jesús, «manso y humilde de corazón» (Mt 11,29), nació pobre, llevó una vida sencilla para enseñarnos a comprender lo esencial y a vivir de ello. Desde el belén emerge claramente el mensaje de que no podemos dejarnos engañar por la riqueza y por tantas propuestas efímeras de felicidad. El palacio de Herodes está al fondo, cerrado, sordo al anuncio de alegría. Al nacer en el pesebre, Dios mismo inicia la única revolución verdadera que da esperanza y dignidad a los desheredados, a los marginados: la revolución del amor, la revolución de la ternura. Desde el belén, Jesús proclama, con manso poder, la llamada a compartir con los últimos el camino hacia un mundo más humano y fraterno, donde nadie sea excluido ni marginado.

Con frecuencia a los niños —¡pero también a los adultos!— les encanta añadir otras figuras al belén que parecen no tener relación alguna con los relatos evangélicos. Y, sin embargo, esta imaginación pretende expresar que en este nuevo mundo inaugurado por Jesús hay espacio para todo lo que es humano y para toda criatura. Del pastor al herrero, del panadero a los músicos, de las mujeres que llevan jarras de agua a los niños que juegan…, todo esto representa la santidad cotidiana, la alegría de hacer de manera extraordinaria las cosas de todos los días, cuando Jesús comparte con nosotros su vida divina.

7. Poco a poco, el belén nos lleva a la gruta, donde encontramos las figuras de María y de José. María es una madre que contempla a su hijo y lo muestra a cuantos vienen a visitarlo. Su imagen hace pensar en el gran misterio que ha envuelto a esta joven cuando Dios ha llamado a la puerta de su corazón inmaculado. Ante el anuncio del ángel, que le pedía que fuera la madre de Dios, María respondió con obediencia plena y total. Sus palabras: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38), son para todos nosotros el testimonio del abandono en la fe a la voluntad de Dios. Con aquel “sí”, María se convertía en la madre del Hijo de Dios sin perder su virginidad, antes bien consagrándola gracias a Él. Vemos en ella a la Madre de Dios que no tiene a su Hijo sólo para sí misma, sino que pide a todos que obedezcan a su palabra y la pongan en práctica (cf. Jn 2,5).

Junto a María, en una actitud de protección del Niño y de su madre, está san José. Por lo general, se representa con el bastón en la mano y, a veces, también sosteniendo una lámpara. San José juega un papel muy importante en la vida de Jesús y de María. Él es el custodio que nunca se cansa de proteger a su familia. Cuando Dios le advirtió de la amenaza de Herodes, no dudó en ponerse en camino y emigrar a Egipto (cf. Mt 2,13-15). Y una vez pasado el peligro, trajo a la familia de vuelta a Nazaret, donde fue el primer educador de Jesús niño y adolescente. José llevaba en su corazón el gran misterio que envolvía a Jesús y a María su esposa, y como hombre justo confió siempre en la voluntad de Dios y la puso en práctica.

8. El corazón del pesebre comienza a palpitar cuando, en Navidad, colocamos la imagen del Niño Jesús. Dios se presenta así, en un niño, para ser recibido en nuestros brazos. En la debilidad y en la fragilidad esconde su poder que todo lo crea y transforma. Parece imposible, pero es así: en Jesús, Dios ha sido un niño y en esta condición ha querido revelar la grandeza de su amor, que se manifiesta en la sonrisa y en el tender sus manos hacia todos.

El nacimiento de un niño suscita alegría y asombro, porque nos pone ante el gran misterio de la vida. Viendo brillar los ojos de los jóvenes esposos ante su hijo recién nacido, entendemos los sentimientos de María y José que, mirando al niño Jesús, percibían la presencia de Dios en sus vidas.

«La Vida se hizo visible» (1Jn 1,2); así el apóstol Juan resume el misterio de la encarnación. El belén nos hace ver, nos hace tocar este acontecimiento único y extraordinario que ha cambiado el curso de la historia, y a partir del cual también se ordena la numeración de los años, antes y después del nacimiento de Cristo.

El modo de actuar de Dios casi aturde, porque parece imposible que Él renuncie a su gloria para hacerse hombre como nosotros. Qué sorpresa ver a Dios que asume nuestros propios comportamientos: duerme, toma la leche de su madre, llora y juega como todos los niños. Como siempre, Dios desconcierta, es impredecible, continuamente va más allá de nuestros esquemas. Así, pues, el pesebre, mientras nos muestra a Dios tal y como ha venido al mundo, nos invita a pensar en nuestra vida injertada en la de Dios; nos invita a ser discípulos suyos si queremos alcanzar el sentido último de la vida.

9. Cuando se acerca la fiesta de la Epifanía, se colocan en el Nacimiento las tres figuras de los Reyes Magos. Observando la estrella, aquellos sabios y ricos señores de Oriente se habían puesto en camino hacia Belén para conocer a Jesús y ofrecerle dones: oro, incienso y mirra. También estos regalos tienen un significado alegórico: el oro honra la realeza de Jesús; el incienso su divinidad; la mirra su santa humanidad que conocerá la muerte y la sepultura.

Contemplando esta escena en el belén, estamos llamados a reflexionar sobre la responsabilidad que cada cristiano tiene de ser evangelizador. Cada uno de nosotros se hace portador de la Buena Noticia con los que encuentra, testimoniando con acciones concretas de misericordia la alegría de haber encontrado a Jesús y su amor.

Los Magos enseñan que se puede comenzar desde muy lejos para llegar a Cristo. Son hombres ricos, sabios extranjeros, sedientos de lo infinito, que parten para un largo y peligroso viaje que los lleva hasta Belén (cf. Mt 2,1-12). Una gran alegría los invade ante el Niño Rey. No se dejan escandalizar por la pobreza del ambiente; no dudan en ponerse de rodillas y adorarlo. Ante Él comprenden que Dios, igual que regula con soberana sabiduría el curso de las estrellas, guía el curso de la historia, abajando a los poderosos y exaltando a los humildes. Y ciertamente, llegados a su país, habrán contado este encuentro sorprendente con el Mesías, inaugurando el viaje del Evangelio entre las gentes.

10. Ante el belén, la mente va espontáneamente a cuando uno era niño y se esperaba con impaciencia el tiempo para empezar a construirlo. Estos recuerdos nos llevan a tomar nuevamente conciencia del gran don que se nos ha dado al transmitirnos la fe; y al mismo tiempo nos hacen sentir el deber y la alegría de transmitir a los hijos y a los nietos la misma experiencia. No es importante cómo se prepara el pesebre, puede ser siempre igual o modificarse cada año; lo que cuenta es que este hable a nuestra vida. En cualquier lugar y de cualquier manera, el belén habla del amor de Dios, el Dios que se ha hecho niño para decirnos lo cerca que está de todo ser humano, cualquiera que sea su condición.

Queridos hermanos y hermanas: El belén forma parte del dulce y exigente proceso de transmisión de la fe. Comenzando desde la infancia y luego en cada etapa de la vida, nos educa a contemplar a Jesús, a sentir el amor de Dios por nosotros, a sentir y creer que Dios está con nosotros y que nosotros estamos con Él, todos hijos y hermanos gracias a aquel Niño Hijo de Dios y de la Virgen María. Y a sentir que en esto está la felicidad. Que en la escuela de san Francisco abramos el corazón a esta gracia sencilla, dejemos que del asombro nazca una oración humilde: nuestro “gracias” a Dios, que ha querido compartir todo con nosotros para no dejarnos nunca solos.

 

FRANCISCO

Dado en Greccio, en el Santuario del Pesebre, 1 de diciembre de 2019.

 

[1] Tomás de Celano, Vida Primera, 84: Fuentes franciscanas (FF), n. 468.

[2] Cf. ibíd., 85: FF, n. 469.

[3] Ibíd., 86: FF, n. 470.

Carta Apostólica del Papa Francisco sobre el Pesebre

La visió divina de l’Obra

El dia 2 d’octubre de 2019, al vespre, l’Església de Santa Maria de Montalegre ha celebrat la festivitat dels Sants Àngels de la Guarda amb solemnitat. La Providència volgué que en aquell dia però de l’any 1928 Sant Josepmaria veiés l’Obra, motiu pel que, en aquesta data, es concreta la fundació de l’Opus Dei.

El rector en la seva homilia ens va recordar uns fets que es van produir ja fa 91 anys però que segueixen vius, expandint-se per molts països: A l’Església de la Mare de Déu dels Àngels de Madrid, al moment de doblar las campanades, Sant Josepmaria tingué una visió divina que no solament era per a ell, sinó per a l’Església i per a la santedat de tots els homes i dones del món… Tot ens encamina cap a la santedat, però sempre cal humilitat, com la d’aquests nens que s’apropen a Jesús… El Senyor ens dona mitjans. Sant Josepmaria deia de si mateix que al moment de veure l’Opus Dei tenia 26 anys, la gràcia de Déu i bon humor, i amb això  Déu volia que emprengués l’Obra. Aquests mitjans igualment són al nostre abast, la gràcia de Déu dels sagraments i l’oració, el sacrifici i el treball. També tenim l’ajuda de la Mare de Déu, dels sants del cel i dels àngels de la Guarda.

Mn. Argelich continuà dient, tot citant a Sant Jerònim, del que s’ha celebrat la festa recentment, “Com deu ser de gran l’ànima de cada persona per donar el Senyor un àngel de la guarda a cadascuna!”… Sembla que no pugui ser la santedat en aquest món que s’aparta de Déu o bé provoquen escàndol les persones que haurien de ser models de santedat… A més podem tenir la temptació de sortir d’aquest ambient, a vegades pudent com un bassal estancat. No, aquest és el món on ens toca viure, hem de ser constants i pacients, amb l’ajuda dels sagraments i la Mare de Déu dels Àngels.

A l’acabar la celebració, el rector agraí la presència dels assistents i la seva pietat. Mn. Juventeny dirigí els cants i Josep Masabeu l’orgue romàntic de Montalegre.

Isabel Hernández Esteban

Un grup del IFFD de Família sense barreres i amistat familiar, a Montalegre

Qui és el IFFD?

La International Federation for Family Development (IFFD) és una ONG sense ànim de lucre i independent que té la missió donar suport a la família a través de formació, creada el 1978. Està present amb els seus programes en 68 països treballant en col·laboració amb nombroses entitats, també a Espanya. IFFD és membre consultiu amb Estatus Consultiu General davant l’ECOSOC de Nacions Unides.

A Espanya

IFFD Espanya és una associació independent, no lucrativa. Constituïda per treballar en la promoció, difusió i desenvolupament de l’Orientació Familiar encaminat a millorar la vida familiar i social.
L’Orientació Familiar és, en essència, una ajuda als pares en l’educació dels seus fills i en la seva pròpia millora personal i matrimonial.
A IFFD Espanya volem ajudar els pares a prendre les decisions correctes i a desenvolupar el seu propi pla familiar.

Què és exactament el que fan?

Des IFFD Espanya formen als moderadors que integren la xarxa nacional de professors que imparteixen els cursos d’Orientació Familiar en els nostres centres, també els donem assistència i formació per a tot el centre.

En què consisteix el projecte actual?

El projecte consisteix a reflexionar sobre la nostra família, en un ambient d’amistat i ajuda mútua.
La unió familiar i la professionalitat en l’educació dels fills enforteix a la persona i la família en tots els aspectes de la seva vida.
Compartir experiències educatives entre famílies constitueix un guany recíproca.

Quin és l’objectiu?

Proporcionar eines a les famílies perquè siguin més feliços:
Millor coneixement dels fills. Compartir idees amb altres pares per afrontar millor les situacions complexes. Millor comunicació entre els pares. Vivència més plena de la vida familiar i conjugal.

Com treballen?

L’activitat és formativa i d’amistat. Es fan reunions de grups molt reduïts, 4 o 5 parelles, en un ambient distès. Les famílies són diverses, per procedència o entorn social. Entre 5 i 7 sessions cada curs, una sessió al mes, segons concreti amb el grup. A cada sessió es debat sobre un tema específic d’educació i família de forma participativa.

On es desenvolupen aquestes activitats?

Actualment la xarxa de formadors es mou en les esglésies i parròquies catòliques. Contacten amb el rector. Li expliquen el projecte. Si al rector li sembla bé, informa a les famílies i a partir d’ací es creen els grups de famílies. L’activitat es desenvolupa en els locals de l’església o de la parròquia.

En Montalegre
El curs passat va començar a treballar un grup amb un matrimoni moderador i ha anat molt bé. Se segueix a partir de setembre de 2019.

Coordinador: Agustín García agar.fsb@iffd.org

IFFD Internacional

IFFD España

 

Isabel Hernández Esteban

Viure en l’Esperança del Senyor

Un any més, entre Sant Joan Baptista i Sant Pere i Sant Pau, se celebra el traspàs de sant Josepmaria, el fundador de l’Opus Dei, camí de santificació en el treball i en la vida ordinària. Així, el dia 26 de juny de 2019, a les 19 h es va celebrar a Montalegre la missa de la solemnitat del sant.

Va presidir la celebració Mn. Joaquim Rodríguez, director espiritual de l’Obra a Catalunya. En la seva homilia ens va parlar de la pesca miraculosa al Mar de Galilea: “Quan Pere i els seus, en el desànim de recollir les xarxes buides després d’estar tota la nit pescant, cansats, van confiar en el Senyor, remant mar endins. En aquestes circumstàncies ens podem trobar nosaltres, en què el nostre apostolat no doni fruit, aparent, o en les que li demanem al Senyor que ens estalviï esforços en el camí de santedat … Però el Senyor ens diu que ens vol, a més, plens de alegria, que no ens estalviarà res, però que amb Ell al seu costat perseverarem … Ens demana també la conversió del nostre cor, i com ens diu sant Josepmaria: A viure amb Esperança i a no rendir-nos …. Que siguem persones de memòria, oració i Evangeli diaris “.

El bes a la relíquia

L’assistència de fidels a Montalegre va ser multitudinària, no solament es va ocupar la nau central, sinó també la grada, les capelles de la Mare de Déu de la Medalla Miraculosa, la del Santíssim i la de les Confessions. Igualment, moltíssimes persones van seguir la celebració dempeus, sobretot al fons del temple. Impressionant Gràcies a Déu!

La Coral Canigó va acompanyar amb els seus cants la celebració la qual es va perllongar més temps a causa de la veneració de les relíquies de sant Josepmaria, les quals s’exposen i veneren un cop l’any a Montalegre.

Isabel Hernández Esteban

Celebracions després de la beatificació de Guadalupe Ortiz

Celebrem el 24 de maig de 2019, a l’Església de Santa Maria de Montalegre, la Missa d’Acció de Gràcies i el Concert Membra Iesu Nostri Patientis Sanctissima a càrrec de la Coral Non Nobis en agraïment i honor de Guadalupe Ortiz de Landázuri recentment beatificada a Madrid, lloc on es poden venerar les seves restes mortals a l’Església del Caballero de Gracia, situada a la Gran Via madrilenya.

La santa missa solemne la va presidir Mn. Nacho Font, vicari de la delegació de l’Opus Dei a Catalunya, al costat de set sacerdots més. El vicari a l’homilia va expressar aquesta gratitud que li devem a Déu per tenir una nova beata a la llista dels sants d’altar “Perquè ella ha arribat al cel i ha vist Déu cara a cara. A Guadalupe ja es compte entre les benaventurades … Tenim a la nostra disposició i publicada la correspondència que Guadalupe va mantenir amb sant Josepmaria entre els anys 1943 i 1975 … En les cartes veiem com Déu tenia un pla per a Guadalupe, per a la seva vocació … Guadalupe li serà fidel perquè sap per convenciment propi que sortirà guanyant … malgrat els seus patiments físics pels quals en alguna ocasió se li havia sentit dir No puc més! mai va perdre l’alegria, res li justificava perdre-la. Per això va desplegar una gran il·lusió apostòlica … Mirem com ho va fer Guadalupe a la nostra Mare del Cel, confiant plenament en la seva ajuda.”

L’església de Montalegre es va omplir fins a la grada i els fidels van participar plenament i amb pietat en la celebració, embolcallats en un fi núvol d’encens que ens s’elevava a Déu.

La Coral Non Nobis de Bonaigua

Part de la Coral Non Nobis ens va acompanyar des del Cor amb els seus cants durant la missa d’Acció de Gràcies. Un cop finalitzada la celebració, altres veus de la coral, tant masculines com femenines, es van situar en les escalinates del presbiteri del temple, a més de l’organista, el chelo, el violí  i la directora del grup coral.

Van interpretar en llatí una obra certament difícil de Dieterich Buxtehude Membra Iesu Nostri Patientis Sanctissima, pensada i dirigida a l’amor de Crist crucificat.

Els organitzadors de l’esdeveniment van repartir a tots els presents un full amb el text de Buxtehude en llatí, traduïda al català i l’espanyol, per poder seguir el vibrant contingut dels seus textos.

Durant una hora, gaudim de música i veus bellíssimes, en honor i agraïment a la beatificació de Guadalupe.

Isabel Hernández Esteban

Romiatge a Torreciudad

A la web del Santuari de Torreciudad, situat a Osca, s’ha publicat una ressenya del pelegrinatge que ha organitzat l’Església de Santa Maria de Montalegre. Vam ser 62 persones! el passat dia 1 de maig de 2019, inaugurant així el mes de Maria amb un romiatge ofert a la Mare de Déu. Ja a Torreciudad, al matí, a la sala d’actes, vam veure un vídeo sobre testimonis d’amor a la Mare de Déu de Torreciudad. Va seguir la processó i cants a la rèplica de la Mare de Déu de Santa Maria de Montalegre, entre ells, “Els Goigs que va dirigir la soprano que ens acompanyava. A continuació, un delegat del santuari va oferir una visita guiada. Molts visitants van acudir als confessionaris. Després de la celebració de l’Eucaristia es van fer diversos grups de dinar, tant a l’exterior del temple com en un restaurant a 4 km. del santuari. Participem amb la nostra imatge en el rosari de les 5 de la tarda, en què processionaren al costat de la Mare de Déu de Torreciudad, altres imatges de la Verge Santíssima, amb els pelegrins que les acompanyaven.

En tot moment, el delegat de Torreciudad que va pelegrinar amb nosaltres va estar atent a tots els requeriments que li vam fer. Un dia esplèndid de sol i d’amor a la Mare de Déu.

 

Isabel Hernández Esteban

Fes un clic aquí i veuràs fotos i vídeo del pelegrinatge de Montalegre:

https://www.torreciudad.org/iglesia-de-montalegre-barcelona/

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