En ASM tenemos gente que vale para todo, Kiko por ejemplo, hace cualquier tipo de reparación que necesitan nuestras familias.
Lucía ya tiene 81 años y su familia no le visita a penas, la voluntaria que le visita, Regina, que lleva desde los inicios en la asociación y muchos años con Lucía, le pidió a Kiko si podía hacer algún arreglo en la nevera que no funcionaba bien. Kiko se lo miró y confirmó que no valía la pena arreglarlo, que debía comprarse una nueva, pues era imposible su reparación. Entre ella y una ayuda hemos podido cambiársela.