Gran profesional de la educación, comenzó a colaborar en Braval como voluntario casi desde el principio, y desde el 2001 fue el secretario del Comité de Braval. Además, a partir de 2009 asumió también la secretaría de la asociación.
Era una persona que aportaba serenidad, afabilidad, seguridad y constancia en el trabajo. Protegía su gran corazón con un ademán distante que no lograba ocultar su bonhomía.
Callado y discreto, ha sido un gran apoyo en el trabajo, muchas veces muy complicado, del día a día de Braval. Estaba dispuesto para lo que fuera necesario: delegado de equipo, el casal de verano, torneo de primavera, seguimiento académico, acompañamiento familiar…
No se quejó nunca de las dificultades del trabajo en Braval. Tampoco de las molestias de la enfermedad en estos pocos meses.
Pasaron por el tanatorio y asistieron al funeral, celebrado en la iglesia de Montalegre, donde tantas veces había rezado, un buen número de los chicos que él atendió en estos años; también voluntarios y familias.
Su colaboración ha sido larga, constante y eficaz. Le echaremos mucho de menos. Le queremos decir: ¡Gracias!, ¡Muchas Gracias! Y no te olvides de Braval.”